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Dos libros tasados en 3,3 y 1,5 millones de la Biblioteca Menéndez Pelayo en Santander han tenido que ser restaurados

Exterior de la Biblioteca de Menéndez Pelayo en Santander.

Javier Fernández Rubio

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Dos libros tasados en 3,3 y 1,5 millones de euros procedentes de la Biblioteca Menéndez Pelayo han tenido que ser restaurados. Se trata de 'Libro de la miseria de Omne y otros tratados', del siglo XIV, y 'El arte cisoria', de Enrique de Villena, del siglo XV, dos de las piezas intervenidas más valiosas en una colección que tiene 591 ejemplares húmedos y otros 648 necesitados de restauración.

La Biblioteca Menéndez Pelayo alberga 1.032 manuscritos de todo tipo y 41.500 títulos, de los cuales 21 son incunables del siglo XV, 1.124 del siglo XVI y 1.125 del siglo XVII. También hay ejemplares del siglo XIV, como el citado anteriormente. El legado del polígrafo Marcelino Menéndez Pelayo tiene un valor cultural incalculable, por más que económicamente haya sido tasado en 77 millones de euros en un estudio realizado por la Biblioteca Nacional.

Los libros de la Menéndez Pelayo fueron tasados, no sin dificultades, por el Servicio de Valoración e Incremento de Patrimonio de la Biblioteca Nacional contratado al efecto por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santander en 2018, con la finalidad de tener una referencia económica como base para asegurar el fondo bibliográfico y documental de la institución. 

De dicha tasación, cruzada con un diagnóstico de los libros que realizó un año después la empresa especializada TSA, se revela un listado de ejemplares valiosos y deteriorados que requieren o han requerido una intervención restauradora. Se trata de los siguientes:

  • 'El arte cisoria', de Enrique de Villena (siglo XV), valorado en 1,5 millones de euros.
  • 'Libro de la miseria de Omne y otros tratados' (siglo XIV), 3,3 millones de euros.
  • 'Fios sanctorum' (siglos XIV-XV), 0,9 millones de euros.
  • 'Oracional', de Fernán Pérez (siglo XV), 0.6 millones.
  • 'Libro de las colaciones' (siglo XIV), 0,6 millones de euros.
  • 'Los versos del Conde Lucanor', de Don Juan Manuel, 0,6 millones de euros.
  • 'Menor daño de la medicina', de Alonso Chirino de Cuenva (siglo XV), 0,5 millones de euros.
  • 'Crónica de España en portugués' (siglo XV), 0,5 millones de euros.
  • 'Ensañamiento del corazón' (siglo XV), 0,5 millones de euros.

La relación, que es mucho más amplia, viene recogida en un informe que elevó a la Concejalía la técnica responsable de la Biblioteca, Paz Delgado, quien aprovechó la comunicación para recordar a las autoridades que la labor de prevención en la conservación de los fondos es esencial para tener que “evitar llegar a la restauración, puesto que significa que tienen daños”.

Trabajos en la Biblioteca

La Biblioteca se encuentra ahora en un proceso de restauración, tanto en lo que es la sede física de la calle Gravina como del fondo, custodiado mientras dure la obra en el Archivo Histórico Provincial. La labor de diagnóstico, custodia y desinsectación y primera deshumidificación del fondo la realizó la empresa TSA, una de las más importantes del país, encargada entre otros trabajos de la restauración del Pórtico de la Gloria en la Catedral de Santiago de Compostela.

La labor de recuperación del edificio, también donado por Menéndez Pelayo, lo lleva a cabo la empresa Trycsa, que ha introducido mejorar en el proyecto, que al final dispondrá de una cámara acorazada para los fondos más valiosos, sin necesidad de micropilotar el edificio. La intervención en la Biblioteca, pues, está siendo integral... pero con décadas de retraso.

Pese a estar 'enferma', la colección sigue deparando sorpresas. Ha ocurrido que al retirarse la encuadernación de un libro apareció material que se utilizó para dar espesor a las tapas: son documentos y textos de gran valor bibliográfico que han permitido recuperar obras o enriquecer al catálogo; como también han aparecido obras que no estaban catalogadas pese a estar guardadas en cajas (los ficheros de catalogación databan de los años 40 y eran imprecisos e incompletos: en algunos casos se catalogaba la caja, pero no adecuadamente su contenido).

Actualmente, el edificio de la Biblioteca se está rehabilitando, los fondos se están catalogando informáticamente y se restaura paulatinamente el fondo para recuperar todo los recuperable y volver a poner esta colección histórica a disposición de los investigadores (tanto de forma física como digital en un proceso que se acometerá a medida que los ejemplares lo permitan).

“La colección está formada por tesoros bibliográficos que van desde códices del siglo XIV hasta libros impresos y manuscritos de principios del siglo XX, formando una de las más importantes bibliotecas patrimoniales del mundo. Su valor cultural y económico es incalculable, y la perdurabilidad de las mismas estará sujeta a la restauración de los ejemplares dañados y al establecimiento de unas condiciones de conservación adecuadas”, es la advertencia que realiza la técnica al frente de la colección, un aviso del que han tomado nota en el Ayuntamiento, que va a profundizar en las labores de recuperación, con fondos regionales también o de otra procedencia.

Zona cero, el despacho del director

Según el informe de la técnica responsable, el edificio no reunía las condiciones adecuadas para conservar libros: el agua penetraba por filtraciones de cubierta y paredes, así como la humedad ascendía por capilaridad desde el sótano, que durante el incendio del colindante Museo de Arte de Santander (MAS) en 2017 se inundó por el agua utilizada en la extinción del mismo, un hecho que agravó la humedad del recinto que se arrastraba desde hace años y que tenía en el despacho del director su 'zona cero' de deterioro.

En 2018, coincidiendo con la jubilación de la anterior directora en funciones, la Biblioteca se internó en un proceso de recuperación que empezó repasando los fondos, diagnosticando y catalogando la colección. Una de las conclusiones fue que la biblioteca era objeto de un “ataque biológico” con el despacho del director como lugar más conflictivo.

“Se detectó especialmente un área, el denominado Despacho del Director -dice el informe-, que sufría un ataque biológico importante. En este espacio se encuentran los ejemplares más valiosos y destacados de toda la biblioteca, reunidos allí por su valor, singularidad y unicidad: incunables (primeros impresos anteriores a 1500), libros raros (con muy pocos ejemplares conocidos en el mundo), y manuscritos (códices medievales y manuscritos). La presencia de hongos activos y de mohos apuntaban a una entrada importante de agua no detectada, y una gran parte de ejemplares ubicados en las estanterías de esa pared estaban todavía húmedos en el verano de 2018”.

La técnica baraja la posibilidad de que el agua utilizada en sofocar el incendio del Museo de Arte de Santander MAS afectara a la colección, algo que ha provocado la respuesta airada del Cuerpo de Bomberos, que negó que las paredes se mojaran. Sea como fuera su origen, la humedad existía de antiguo y el agua que inundó el sótano compartido con el MAS humidificó el ambiente de la biblioteca, sin que existiera sistema de climatización que detectara lo que ocurría.

Los daños en la colección son múltiples: “disolución de tintas solubles, adhesión de materiales, deformaciones, oxidación de tintas ferrogálicas, encuadernaciones de piel acartonadas, frágiles y ennegrecidas, pergaminos que se encogen tras el secado, papeles hinchados y con las paginas adheridas…”. Tras ponerse en conocimiento de Cultura el estado de la colección por su elevada humedad, se ordenó reparar cinco manuscritos y, sobre todo, se pidió la intervención de TSA.

TSA confirmó la especial gravedad del estado de los volúmenes almacenados en el despacho del director. Según el informe técnico municipal, TSA “verifica el estado crítico y deficiente de una serie de volúmenes en puntos concretos del edificio, en los que sin una intervención a corto plazo las posibilidades de que perduren en el tiempo son nulas. Las principales áreas afectadas son:

  • La parte superior de la sala de lectura, con algunos puntos 'calientes' detectados de entrada de agua desde las cubiertas, y en general degradaciones en todas las cubiertas por el exceso de insolación a través de la vidriera superior.
  • Despacho del director. Todos los ejemplares sufren, en mayor o menor medida, un ataque generalizado de hongos, especialmente los situados en las estanterías del callejón colindante con el MAS“.

Catálogo de daños: soportes, tintas y cubiertas

Hay que indicar que la Biblioteca Nacional inventarió la colección en 2018 y la valoró en 77 millones de euros, lo cual hace que los daños detectados tengan un valor difícilmente cuantificable pero en todo caso importante. Prácticamente la mitad de la colección ha perdido lo que se denomina 'resistencia mecánica', es decir, el papel adquiere consistencia de hoja seca y la mínima presión puede desmenuzarlo y convertirlo en polvo.

La colección de agentes biológicos que atacaba la Biblioteca ha sido variada: microorganismos (hongos y mohos) que dejan inservibles las zonas afectadas; insectos xilófagos que excavaron cavernas en algunos volúmenes; e insectos bibliófagos, principalmente la Lepisma Saccharina (pececillo de plata), que han llegado a generar 'lagunas' de tamaño considerable.

Ejemplares con tapas de origen animal se han deteriorado en algunos casos, especialmente por acción del agua. Este ha hinchado algunos ejemplares y los ha convertido en bloques por adhesión de unos con otros. Se han detectado procesos de oxidación, derivados de la presencia de metal en la composición del papel y por el metal de las propias estanterías, lo que ha producido manchas y perforaciones.

Las tintas han acabado siendo enemigas de los libros. La corrosión de algunas aleaciones, ayudada por la humedad, ha inducido procesos de corrosión que han perforado el papel en algunos casos, cuando no se han diluido extendiéndose por la página y su reverso y haciendo ilegible el contenido.

Las cubiertas han experimentado cambios de color por exposición al calor, la luz, la humedad y la oxidación, cuando no también por la presencia de microrganismos. Las cubiertas estaban sucias con restos de esqueletos de insectos, excrementos de los mismos, detritus y restos inorgánicos de yeso, pintura, óxido de estantería y otras fuentes de deterioro.

1.649 cajas, 600.000 euros

El alcance de los daños es cuantioso y fue valorado y jerarquizado por la empresa TSA en sus trabajos de limpieza y traslado. De las 1.649 cajas que contienen los fondos, 42 contienen 648 ejemplares volúmenes con graves daños que requieren restauración. Si no se interviene, se perderán; pero es especialmente urgente la recuperación de 37 libros, de tres cajas.

Hay otro grupo de cajas que contiene libros húmedos, con microorganismos o posibilidad de tenerlos. Son 591 ejemplares. De hecho, TSA ya intervino de urgencia y lo hizo alargando el proceso de anoxia (privación de oxígeno) aplicado al fondo más allá del mes necesario, hasta los tres meses, para conseguir así una mayor desecación.

Una primera estimación hace que la intervención restauradora necesaria tenga un coste que no esté por debajo de los 600.000 euros. “En una valoración estimativa y considerando un precio mínimo [de restauración] de media de 1.000 euros por ejemplar, aunque hay volúmenes que puedan requerir más intervención y otros menos, el coste de las restauraciones superaría los 600.000 euros”, se dice en el informe de la técnico bibliotecaria.

Políticamente, los partidos han puesto en el punto de mira el estado de la colección. Mientras unos se ponen las pilas para recuperarla (PP y Cs), otros advierten de que no se permitirá la privatización de la gestión (Unidas por Santander), mientras el resto de la oposición pide explicaciones, un proyecto ambicioso de recuperación (PSOE) o directamente la convocatoria de una comisión de investigación (PRC).

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