En materia de recogida de residuos y limpieza de calle, ya no hay barrios ricos ni barrios pobres en Santander, al menos desde el punto de vista de sus deficiencias, que llevan años universalizadas. El estado del servicio ha 'democratizado' las quejas, que se reparten sin grandes diferencias por todos los barrios, desde Peñacastillo a El Sardinero, pasando por el Paseo de Pereda.
Prezero, antes llamado Cespa, lleva gestionando el servicio de regida desde noviembre de 2021 en sustitución de Ascan-Geaser al que el Ayuntamiento de Santander retiró la concesión. De las 56 quejas formalizadas ante Prezero, entre el 4 de julio y el 2 de agosto, prácticamente un mes, 24 se dieron por resueltas. Este 42,8% de atención a las reclamaciones se ha aplicado a las de menor trascendencia, quedando sin respuesta las verdaderamente sustanciales, de tipo estructural dado que están pendientes del nuevo contrato de residuos, como es el mal estado de lo contenedores de residuos.
El mayor número de quejas son las relativas a contenedores de basura, tanto de superficie como subterráneos: por su inexistencia, por su mal estado o mal funcionamiento. La concesionario Prezero no da respuesta a estas demandas, salvo en aquellos casos en que el mal funcionamiento sea subsanable o se haya de mover de su sitio el contenedor. Sí que atiende, por contra, prácticamente todas las peticiones de retirada de maleza, una queja también reiterativa.
Pero también los vecinos denuncian comportamientos incívicos: bolsas de basuras que se depositan donde más a mano cuadre o en papeleras, excrementos de perro, restos de latas de bebida en zonas de consumo de alcohol en la calle… “Es un asco vivir con esta situación a diario y no se va a solucionar si no se hace algo con esta gente tan incívica. ¿Cuánto tiempo más vamos a tener que vivir con este problema?”, se pregunta una vecina de la calle San Sebastián.
Las quejas están repartidas por toda la ciudad, desde sus pueblos hasta el centro. En los barrios alejados del centro se demandan papeleras y contenedores (Una vecina denuncia que en 800 metros de una calle de Peñacastillo solo hay una papelera); en el centro también, pero en las calles más transitadas se pide más limpieza de aceras y acabar con los malos olores que emanan de los contenedores. También alejadas del centro, pero en la zona del Sardinero las reclamaciones son más efectivas dado que se resuelven más a menudo, como ha ocurrido en Los Pinares, Pellegrini Zuyer (Cueto-Valdenoja) y propiamente Sardinero, También han sido resueltas quejas en San Fernando, Isabel II y Juan XIII.
Se solucionan quejas que pueden resolverse en el momento como la limpieza de grafitis o el vaciado del contenedor de vidrio, y queda claro cuál es la opinión del vecindario después de que el servicio ampliara las frecuencias de paso de barrenderos por algunas calles.
Llama la atención la anotación hecha a una queja de un vecino de la calle Limón, en el Cabildo de Arriba, que advierte de que “nunca se riega” su calle y “se barre uno o dos días a la semana cuando antes se hacía a diario”. El vecino comenta que “es evidente que desde el 2020 se nota una dejadez en la atención a la limpieza de las calles en todo el centro de Santander, sin que el Ayuntamiento tome ninguna medida, dando una imagen penosa al turismo y a los vecinos, que lo sufrimos a diario”. La anotación de la empresa, al respecto, es que la calle “se baldea cada dos viernes”.
Otras quejas hacen referencia al punto limpio móvil, el cual paradójicamente, va dejando allá por donde pasa rastros del aceite que en él se deposita.
Un hotel reclama más contenedores, dado que los existentes no dan abasto para dar servicio a sus 150 clientes. Entre el Grupo San Francisco y la glorieta de los Osos se pide la recogida de “ciruelas” que caen de los árboles, ya que la acera queda resbaladiza si se pisan. Tampoco los contenedores para pilas se salvan de las quejas. Excrementos de palomas, colillas entre Rualasal y Pasaje de Aciillero motivan otra reclamación. Un usuario denuncia cómo en un punto “no es la primera vez que veo en el suelo alrededor de estos contenedores un reguero de pilas de botón que, en el mejor de los casos, acabarán en un contenedor convencional”.
En Isabel II, una vecina denuncia que un contenedor de su calle “está realmente asqueroso, sin tapa y la basura por el suelo, en el centro de Santander, en plena temporada de verano (con la falta que nos hacen los turistas). A mí como ciudadana que paga muchos impuestos me da vergüenza la imagen que damos. En otras partes de la ciudad están escondidos y al lado del Ayuntamiento en la calle y en muy malas condiciones […]. Voy a decir al señor que limpia la calle con agua que le dé una pasadita… Por favor, dentro de unos días empiezan las fiestas y hay muchísima gente, ocúpense de ello, pasar al lado es vomitivo y llegan los olores a nuestras casas”.
En Ciudad Jardín piden más contenedores. En Valdenoja un usuario se queja de la cancelación de los soterrados y que la basura depositada haya quedado dentro, preguntándose si “el Ayuntamiento está haciendo compostaje con ella”. [La contenerización subterránea está a la espera de un informe sobre el estado de la infraestructura tras el relevo del adjudicatario del servicio de basuras en noviembre de 2021]. También denuncia la aparición de insectos y ratas por las calles: “Algunas tiendas de alimentación ya han sufrido plagas de insectos y se empiezan a ver grandes roedores por la calle. Ya se han interpuesto algunas denuncias a la Consejería de Sanidad por la cantidad de insectos que hay sobre los alimentos y los peligros de transmisión de enfermedades que ello conlleva. Pero todavía hay algo que me sorprende más -prosigue-, y es la falta de noticias al respecto”.
En Paseo de Pereda-Castelar también hay quejas: contenedores llenos y plásticos por el suelo, según denuncia un vecino. “Mi obsesión es que mi ciudad sea envidiada y puesta de ejemplo, pero ni lo uno ni lo otro”. Y como colofón pide “mano dura, arriba y abajo” para acabar con la “dejadez”.
“Todos los días dejan basura en la puerta de mi local de tatuaje, que necesita la máxima higiene. Siguen entrándome insectos y cucarachas. Esto se vuelve insoportable. Por favor, hagan algo”, reclama un usuario de otra zona de la ciudad.
Prezero estaba desratizando una zona entre Cazoña y Cierro del Alisa, en torno la calle Gutiérrez Solana, por la “presencia de gran cantidad de ratas”. No es el único lugar que denuncian los vecinos con sus quejas. En la calle Las Areneras hubo de repetirse la queja al no ser atendida la primera incidencia. En Barrio Bolado otra queja más: “Vivo al lado de unas parcelas propiedad del Ayuntamiento que están en estado lamentable siendo insalubres. Está la hierba muy alta, mucha suciedad y presencia de ratones”. También en La Pereda, en calle Concha Espina, un administrador de fincas notifica que “se han visto ratas”, algo que atribuye a la basura que “desde hace meses se acumula en los contenedores soterrados”.
Esta misma semana, el PRC de Santander volvió a sacar a relucir el estado de la contenerización de los residuos, denunciando el aspecto “sucio” y “maloliente” que presenta la ciudad, “una situación que se está viendo agudizada con el calor y que supone un grave problema para la salud de los santanderinos quienes se están viendo obligados a convivir con contenedores en un lamentable estado a las puertas de sus viviendas”.
“Hay contenedores que tardan días en recogerse, papeleras a rebosar, calles que se ennegrecen y como resultado final, olores nauseabundos que empiezan a convertirse en el aroma habitual de las calles”, apuntó.
Asimismo, añadió que la falta de reposición de los contenedores provoca que otros estén saturados, lo que contribuye a la proliferación de roedores e insectos. Por ello consideró que debe incrementarse la limpieza de forma más continua de contenedores e isletas, así como las tareas de baldeo de las calles.
“Mantener una ciudad sucia y maloliente está siendo uno de los grandes logros de este equipo de gobierno, PP-Cs, en esta legislatura cuando precisamente mantenerla limpia debiera ser una de sus mayores obligaciones”, concluyó el PRC.
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