Marta Peirano es una experta en periodismo y tecnología que no ha perdido el optimismo con el paso de los años y, sobre todo, el conocimiento del opaco mundo de la información y las relaciones sociales basadas en lo digital. No todo está perdido, ha afirmado en Santander, a donde ha acudido a un foro de periodismo, pero la respuesta ante problemas como la desinformación y la vulnerabilidad, a su juicio, ha de ser colectiva. Para ella, las soluciones individuales conducen a la frustración, al nihilismo, al descrédito de la política y el periodismo. La desinformación es un fenómeno que no es nuevo, pero que rebrota con fuerza en sociedades en donde la desigualdad goza de buena salud, según el diagnóstico de la comunicadora.
“La desinformación siempre ha existido -ha afirmado, tras lo cual ha puesto un ejemplo-: La gran desinformación climática siempre ha sido creada por las grandes empresas, que son generadoras de bulos”.
El Colegio de Periodistas de Cantabria ha celebrado así el Día Mundial de la Libertad de Prensa, con una charla con la periodista y escritora Marta Peirano, quien ha intervenido en el Foro de Periodismo Matilde Zapata, con la Sala María Blanchard del Palacio de Festivales de Santander como escenario. Peirano es periodista, escritora e investigadora y su trabajo se centra especialmente en la relación entre tecnología y poder. Ha sido fundadora del periódico ADN, de la revista Campobase y de los proyectos Copyfight, Cryptoparty Berlin y Hack Hackers Berlin. En 2015 regresó a España para trabajar en elDiario.es, donde fue jefa de Cultura y Tecnología y, en los dos últimos años, adjunta a la dirección.
Respuesta colectiva
En su diálogo con Olga Agüero, decana del Colegio de Periodistas de Cantabria, Peirano ha afirmado que “tenemos que aprender a hacer acción colectiva. El nihilismo del capitalismo nos ha hecho vulnerables”. ¿Cómo superar esa vulnerabilidad o indefensión ante las grandes corporaciones? A su juicio, solo hay un camino: “La crisis climática y la vigilancia no pueden resolverse con decisiones individuales. Con la vigilancia pasa igual. No te salvarás aislándote. Tiene que ser una respuesta colectiva. La frustración genera nihilismo. No es que no nos importe, pero sentimos que todo da igual”, ha respondido.
Peirano ha censurado el efecto de las redes sociales sobre el auge de la sobreinformación, que no produce una ciudadanía bien informada, paradójicamente. “No estamos bien informados -ha dicho- Estamos sobreinformados y, al tiempo, mal informados. Como con la obesidad, se puede estar sobrealimentado y malnutrido a la vez”.
Ello no quiere decir que no haya una fascinación por los cambios tecnológicos que se producen, pero siendo conscientes de cómo se gesta un mercado pilotado por las empresas. “Vivimos una época fascinante dominada por empresas que colonizan nuestras cabezas con la lógica de un mercado en el que solo ganan ellos” y, además, “estamos enganchados a un sistema cada vez más opaco”, ha señalado.
Ha advertido de la tentación de los medios de vincular su oferta informativa a su repercusión en redes sociales y ha considerado que del mismo modo que la introducción de la inteligencia artificial en la generación de contenidos pueda ser tentadora, al final hay razón para el optimismo: el público demandará periodismo hecho por profesionales, no por procesos informáticos.
“Los bots ya han acabado con los textos en internet. Ahora están convirtiendo en texto audios y vídeos de YouTube, pero Chat GPT no distingue realidad de ficción. Es un modelo que genera solo palabras. A lo mejor, los periódicos vuelven así a llenarse de periodistas. Tal vez se produzca un Renacimiento de las noticias que se deben publicar”, ha sido su deseo.
Los medios dominados por las redes sociales “optimizan la producción periodística para la interacción, y la interacción no nos lleva a las noticias más importantes. Las noticias que te hacen interactuar son las que tienen cero estrellas o siete estrellas. Publicamos noticias que no se han leído, que ni siquiera son noticias, solo para convertirse en contenido de Google. Estamos sobreconsumiendo no información”.
Redes sociales y psicopatía
“Las redes sociales son fabulosas, pero están en manos de psicópatas, un poco como la política” es la opinión de la periodista. Para ella, las redes son generadoras de infelicidad, algo reconocido en informes internos de las propias grandes compañías. Aun así procuran tener 'enganchado' al usuario el mayor tiempo posible. La frustración y el descrédito de las instituciones suelen ser la consecuencia.
Facebook sabe que destruye la vida de las personas, mostrándole ejemplos con los que no se puede competir
“Las redes sociales generan una gran infelicidad. Generan envidia, que corroe a las personas. Facebook sabe que destruye la vida de las personas, mostrándole ejemplos con los que no se puede competir, lo que conduce al autoodio, la vergüenza, la culpa en el usuario”, ha lamentado.