Brigadas Internacionales de Paz (BIP), una organización no gubernamental independiente que trabaja para la protección de los derechos humanos (DDHH) y la promoción de la resolución de conflictos a través de la no violencia, ejerce una labor fundamental en Cantabria de educación y sensibilización en torno al respeto hacia los mismos y con el objetivo de que la ciudadanía tenga presente que hay países en los que se vulneran.
Esta organización desarrolla su labor en Colombia, Guatemala, México y Honduras, y se centra en el “acompañamiento físico y político” de defensores de DDHH amenazados en estos países en conflicto. No obstante, también han estado en otros lugares porque trabajan “bajo petición”. “Es el movimiento social el que reclama la presencia de voluntarios internacionales”, explica Beltrán Uriarte, coordinador estatal de proyectos, a este medio.
Y es que son cuarenta años de lucha pacífica y acompañamiento en los que han conseguido “resultados muy efectivos en la disuasión de vulneraciones de derechos”, tal y como subraya este integrante activo de la organización. Sin embargo, esto no sería posible sin una “red internacional” a lo largo de 16 países como Francia, Inglaterra, Canadá, Estados Unidos, España o Nueva Zelanda que se encarga de trasladar a la ciudadanía la situación que viven los países en los que trabajan y las “violaciones constantes de DDHH que se producen en ellos”.
Y este es precisamente el cometido que lleva a cabo Brigadas Internacionales de Paz en Cantabria, siguiendo la estrategia nacional e internacional, a través de diferentes proyectos subvencionados por el Gobierno autonómico, concretamente por la Dirección General de Cooperación al Desarrollo de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte.
Los integrantes de esta organización en la Comunidad se encargan de “difundir y potenciar” la labor de las personas y colectivos que trabajan en defensa de los derechos humanos. Para ello, llevan a cabo tres actuaciones: por un lado, la “incidencia política”, es decir, establecer una interlocución con las diferentes autoridades políticas autonómicas y municipales.
“Pretendemos acercarles las realidades de los países en los que trabajamos para que en el supuesto de que se produzca una alerta de seguridad o haya una amenaza grave contra una persona defensora de DDHH que está cubierta bajo algún proyecto puedan firmar alguna carta de apoyo o ejercer algún tipo de actuación que nos ayude a dar respuesta a esa situación de vulneración y poder disipar ese hostigamiento”, explica Sergio Velasco a eldiario.es, responsable de Educación para el Desarrollo en Cantabria y a nivel estatal.
Educación y sensibilización
Además, esa misma línea de actuación con los políticos basada en la sensibilización la llevan a cabo con la ciudadanía a través de charlas, ponencias o ciclos de cine, con informes y material bibliográfico que ellos mismos elaboran y promocionan. Y por último, el tercer pilar, uno de los más potentes en Cantabria, financiado por tercer año consecutivo por el Gobierno autonómico, aborda la educación para el desarrollo y la transformación social.
Esta actuación se divide en la producción de materiales didácticos, en la formación a formadores y en el contacto con el alumnado. Velasco valora positivamente que el año pasado se llevó a cabo una reelaboración y producción de nuevo material didáctico, con el que “se pretende, a través de una filosofía cooperativa, evolucionar desde nuestra realidad a un pensamiento global de la defensa de los DDHH”.
En cuanto a la formación de formadores, abarca desde profesores y maestros a monitores de tiempo libre, a quienes les enseñan los materiales didácticos así como dinámicas con enfoque de DDHH. Y finalmente, el contacto con el alumnado es un trabajo que desde Brigadas Internacionales de Paz en Cantabria tienen pensado potenciar este 2019 y que ya han llevado a cabo en alguna ocasión. Concretamente, durante el mes de febrero, la defensora colombiana María Ninfa Cruz ofreció una charla en el IES Garcilaso de la Vega de Torrelavega.
“El proyecto, además de ocupar esta visión de acercar la defensa de los DDHH por parte de sus protagonistas al alumnado, pretende ser integral, de manera que, atendiendo a la educación formal, no se descuide ni la no formal ni la sensibilización y la incidencia”, concluye Velasco, haciendo hincapié en que tratan de desarrollar “trabajo en red con otras asociaciones”, como la coordinadora cántabra de ONGDs.