Los acuerdos de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmados en 2016 siguen cimentándose para dotar al país de una buena convivencia y estabilidad. En este sentido, dos proyectos cántabros trabajan en la zona para colaborar en esta tarea.
Concretamente, las ONG Mundubat y Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) llevan desde el mes de diciembre inmersos en sendas iniciativas sobre el terreno financiadas por el Gobierno de Cantabria -desde el departamento de Cooperación de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte- con mujeres campesinas y jóvenes de una comuna como protagonistas.
Angélica María Ariza, del equipo técnico de la Delegación de Mundubat en Colombia y Nello Schisano, responsable de soberanía alimentaria de esta ONG, explican a eldiario.es que el objetivo de la propuesta es “fortalecer el papel de las mujeres campesinas” del sindicato agrario Fensuagro, a nivel social, institucional y dentro de la propia organización.
“Es un proyecto en el que participa casi un millar de mujeres con la colaboración de 42 organizaciones”, señalan, asegurando que el nivel de influencia de esta iniciativa alcanza las 17.000 personas, entre familiares y entorno de las protagonistas. Schisano considera que es necesario tener muy en cuenta el contexto del país, donde “la violencia sigue siendo protagonista”.
“Desde que empezó el proyecto hace seis meses han asesinado a 30 personas de Fensuagro”, afirma, denunciando que el nuevo presidente está “incumpliendo el acuerdo”. En este sentido, trabajan para “empoderar a las mujeres” y que consigan estructurar una “agenda de incidencia política propia”.
Por su parte, FAD trata con adolescentes en una zona especialmente conflictiva de la ciudad de Cali, en una comuna que se creó en los años 70 y que tiene mucha población desplazada a causa del conflicto. Cuenta con 126.500 habitantes (47% hombres y 53% mujeres). “Trabajamos con adolescentes y jóvenes para construir una cultura de paz”, sostiene Paloma Albo, coordinadora de gestión técnica de cooperación de esta ONG.
Así pues, este colectivo ofrece en instituciones educativas apoyo psicosocial y forma lo que conocen como “mediadores de paz”. “Tienen que desarrollar e implementar en sus instituciones educativas y en su comunidad acciones sociales para promover la paz y la inclusión”, explica Albo sobre el cometido de esta figura.
Y es que, según detalla, “en una comuna integrada por desplazados forzosos surgen pequeños conflictos que hay que poner remedio desde el inicio”. En este sentido, también trabajan con organizaciones sociales comunitarias. “Las identificamos, vemos cuáles tienen mayor sensibilidad en promover la inclusión, les hacemos una formación e intentamos que planteen acciones en su comuna para promover la paz”, sentencia.
Los acuerdos de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmados en 2016 siguen cimentándose para dotar al país de una buena convivencia y estabilidad. En este sentido, dos proyectos cántabros trabajan en la zona para colaborar en esta tarea.
Concretamente, las ONG Mundubat y Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) llevan desde el mes de diciembre inmersos en sendas iniciativas sobre el terreno financiadas por el Gobierno de Cantabria -desde el departamento de Cooperación de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte- con mujeres campesinas y jóvenes de una comuna como protagonistas.