El programa 'Jóvenes y Valores' tiene el objetivo de educar en solidaridad a los adolescentes cántabros y participar en los pilares de una sociedad justa y sostenible. En un mundo cada vez más globalizado, los más jóvenes tienen la necesidad de comprender la relación de unos países con otros, el poder de la democracia y el cambio como herramienta para un mundo más justo. Deben actuar, además, en consecuencia con la Agenda 2030 y los objetivos para el desarrollo sostenible de Naciones Unidas.
Los institutos cántabros están poniendo su grano de arena en esa iniciativa sostenible que promovió la ONU en 2016. 686 estudiantes y 38 docentes de ESO han participado en un campamento, organizado por el Gobierno de Cantabria, donde pudieron conocer de primera mano las medidas tomadas por los países miembros de la organización.
La actividad, que cuenta ya dos ediciones -en 2017 y 2018-, ofrece a los participantes, en turnos de 60 estudiantes por estancia y de manera gratuita, la oportunidad de interiorizar valores sociales, ser solidarios y conocer los pequeños gestos que pueden cambiar el destino del planeta.
Los estudiantes conviven con sus profesores durante dos días y medio en el Albergue Gerardo Diego de Solórzano y allí reciben clases en las que hablan de cooperación, del mundo actual y del papel que cada uno tiene en el mismo. Pero la educación es integral y va más allá de las horas lectivas.
El resto del tiempo lo dedican a actividades lúdicas e, incluso, el tiempo libre o las comidas sirven para interiorizar los contenidos. Así, tienen un papel importante el reciclaje, el desperdicio de alimentos y el respeto a los compañeros.
Objetivo conseguido
Los participantes de las anteriores ediciones destacan, sobre todo, “la utilidad y relevancia para su desarrollo personal”. Además de los objetivos principales del programa, han conseguido otros secundarios, pero igual de importantes, como fomentar la relación con los compañeros, la cooperación entre todos y la cohesión del grupo.
No en vano, en la segunda edición casi se duplicó el número de asistentes al campamento. Si en 2017 participaron un total de 272 personas, en 2018 fueron 414 quienes aprendieron cómo funciona el mundo y qué podemos hacer por él en las charlas y talleres durante su estancia en el Albergue.
A la hora de seleccionar a los centros participantes, la Unidad de Innovación Educativa atiende a distintos criterios para la elección, como el trabajo previo en Educación para el Desarrollo, la ubicación o la fecha de solicitud.
Nuevos proyectos
El último proyecto para promover la educación al desarrollo es un curso de especialización, promovido por la Consejería de Educación, para los monitores de ocio. El consejero, Francisco Fernández Mañanes, destaca la contribución de estas personas para lograr “una transformación social a nivel local y global”.
El objetivo final de esta iniciativa es “potenciar una ciudadanía formada y comprometida” y el primer paso para conseguirlo es la educación. En este sentido, Mañanes ha destacado la importancia de ofrecer un espacio que forme en la materia y, para ello, el Ejecutivo cántabro implantó en septiembre la nueva titulación para el personal de educación en tiempo libre.
Estos cursos se imparten en la Escuela 'Carlos de Guadiana' y proporcionan a los monitores herramientas teóricas y prácticas relacionadas con los derechos humanos, la cultura, la equidad y la justicia social. La meta no es otra que aprovechar la educación como “factor de transformación y desarrollo de sociedades más justas, sostenibles y democráticas”.
El programa 'Jóvenes y Valores' tiene el objetivo de educar en solidaridad a los adolescentes cántabros y participar en los pilares de una sociedad justa y sostenible. En un mundo cada vez más globalizado, los más jóvenes tienen la necesidad de comprender la relación de unos países con otros, el poder de la democracia y el cambio como herramienta para un mundo más justo. Deben actuar, además, en consecuencia con la Agenda 2030 y los objetivos para el desarrollo sostenible de Naciones Unidas.
Los institutos cántabros están poniendo su grano de arena en esa iniciativa sostenible que promovió la ONU en 2016. 686 estudiantes y 38 docentes de ESO han participado en un campamento, organizado por el Gobierno de Cantabria, donde pudieron conocer de primera mano las medidas tomadas por los países miembros de la organización.