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El nuevo Plan de Movilidad de Santander prevé cambios sustanciales en la circulación y aparcamiento de vehículos

Zona de Bajas Emisiones, nueva OLA, nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible con un nuevo Plan de Movilidad... Santander está gestando actualmente cómo será la relación entre peatones y vehículos para la próxima década y, de fondo, cómo será la capital cántabra del futuro. En este contexto, el borrador del Plan de Movilidad para los próximos años plantea a los grupos políticos y a los interlocutores sociales que los patinetes eléctricos (WMP) solo puedan circular por carriles-bici y por calzadas con un único carril por sentido, pero no más.

A expensas de la negociación y lo que finalmente se acuerde, de llevarse adelante esta intención, los patinetes no podrían circular por las calzadas de doble carril por sentido como son las calles más céntricas, caso de San Fernando, Jesús de Monasterio, Calvo Sotelo, Paseo Pereda, Castelar, Casimiro Sainz, Avenida de los Castros y otras.

La alternativa de los carriles-bici, buena parte de ellos marcados con un simple trazo de pintura en aceras, paseos máritimos e incluso por delante de pasos de peatones, no compensaría esta restricción completamente, ya que estos carriles o no existen en el centro o se cortan abruptamente como ocurre a la entrada de la Biblioteca Central o del barrio de Tetuán, este cerrado mediante un bloque de hormigón que pone en riesgo a usuarios desprevenidos.

Según ha comunicado el equipo de gobierno municipal, “los VMP solo podrían circular por los carriles bici y las calzadas limitadas a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora. Las bicicletas, además de por los carriles bici, podrían circular por las calzadas, lo más pegado a la derecha posible, excepto en calles de un solo carril o cuando exista aparcamiento a la derecha, que podrán hacerlo por el centro del carril de circulación”.

Los problemas de movilidad de la capital cántabra colisionan habitualmente con dos condicionantes a los que no se quiere renunciar desde las instancias políticas: la cada vez mayor privatización del espacio público, sobre todo con las ampliaciones y nuevas licencias de terrazas hosteleras que compiten con los viandantes por ocupar aceras y calles peatonales; y la resistencia a restringir el tráfico de vehículos a motor, que hace que las últimas restricciones en velocidad sean prácticamente papel mojado y las semipeatonalizaciones no hayan provocado nunca una modificación del comportamiento de los conductores que siguen circulando por ellas como si estuvieran asfaltadas.

Actualmente, el nuevo Plan de Movilidad tiene más avanzadas las medidas relativas al transporte vertical mediante instrumentos como las pasarelas y escaleras mecánicas. El proyecto en ciernes más importante es el que conectará la Residencia Cantabria con el Hospital Valdecilla.

Parkings disuasorios

El Partido Popular, de quien depende el área de Movilidad, se resiste a descartar que el Puerto ceda el uso como parking disuasorio una amplia parcela colindante con La Marga. Aunque la Autoridad Portuaria de Santander, en la órbita del PRC, ya le comunicó que necesitaba de todo el suelo disponible y que por lo tanto no habría cesión, los populares aún no lo ha descartado, mientras siguen tramitando la excavación del aparcamiento de los Campos de Sport para que se convierta en otro espacio en donde los visitantes de la capital dejen sus coches antes de realizar sus gestiones en la misma.

Los redactores del nuevo Plan de Movilidad han propuesto otros tres emplazamientos que hagan las veces de parkings disuasorios, lo que no quiere decir que finalmente acaben siéndolo. Son una propuesta. Los tres estarían distribuidos en el entorno de la S-20: en la estrecha franja al norte del Complejo de La Albericia, en la Vaguada de las Llamas, continuando el parque ya construido hacia el oeste, y en el entorno del Primero de Mayo.

La S-20 como espacio idóneo para aparcamientos disuasorios ya fue propuesto por la federación vecinal Fecav, que también considera pertinente la ubicación de uno en la parcela de las antiguas cocheras del TUS en Cajo.

Plantes y retrasos

Los cambios de la movilidad en Santander están presididos por las malas relaciones políticas entre los grupos municipales y del Ayuntamiento con los colectivos implicados en este ámbito. La oposición acusa al Partido Popular de no tener un interés real por regular este área, al tiempo de establecer una comunicación unidireccional que ya ha llevado al PSOE a levantarse de la mesa en señal de protesta por no abrir el cauce de participación social.

Unidas por Santander, que habitualmente centra parte de sus iniciativas en la movilidad, especialmente en el centro, recuerda no sin ironía que la primera vez que pidió iniciar los trabajos de la nueva ordenanza de movilidad fue hace siete años.

A juicio de su concejal, Miguel Saro, “la mesa de trabajo de movilidad no ha sido una herramienta útil hasta la fecha debido a la ausencia de participación de colectivos implicados y a la falta de interés en tratar propuestas que hemos presentado desde Unidas por Santander. La única tarea tratada hasta la fecha ha sido la revisión del plan de movilidad sostenible 2010-2020, lo que ha traslucido el gran retraso del equipo de gobierno local en afrontar soluciones para las necesidades de movilidad urbanas actuales y el incumplimiento de numerosas actuaciones ya previstas para el periodo anterior”.

“Nuestras propuestas irán encaminadas a acelerar las actuaciones no realizadas más prioritarias, como favorecer la coordinación entre transporte metropolitano y municipal, fomentar la intermodalidad entre medios de transporte urbanos públicos y privados, dar seguridad a peatones y a usuarios de vehículos de movilidad personal alternativo como bicicletas y monopatines, especialmente en zonas sensibles como entornos escolares y sanitarios, y favorecer la liberación de zonas de espacio público con criterios de sostenibilidad ambiental y social”, asegura.