Las arcas del Ayuntamientos de Santander dejarán de ingresar 1,7 millones de euros por la concesión del parking situado sobre el falso túnel del Distribuidor de La Marga. Ésta es la cantidad que los santanderinos iban a obtener a cambio de ceder a una empresa privada la gestión y explotación del aparcamiento subterráneo. Sin embargo, Ascan Sadisa no abonará ningún canon a la Administración local, tal y como figura en el contrato rubricado por ambas partes y publicado en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC).
El Ayuntamiento de la ciudad, gobernado por el PP, sacó a licitación la construcción y explotación del parking, así como un parque sobre la superficie del mismo, por un presupuesto de 7,7 millones de euros. Al concurso público se presentaron dos empresas: la UTE formada por Emilio Bolado, Tratado y Transitia, y el grupo empresarial Ascan Sadisa. En junio de 2011, la Mesa de Contratación resolvió adjudicar la obra a la UTE “por ser la mejor oferta para los intereses municipales”.
En el concurso, el Grupo Empresarial Sadisa obtuvo “tan solo 38,28 puntos” frente a los 100 que logró el grupo encabezado por Emilio Bolado, según figura en la resolución consultada por este diario. El motivo de esa puntuación tan baja -explica el acta- es que Ascan Sadisa ofertaba un canon de cero euros, y su propuesta también era inferior en cuanto al valor técnico.
Así, la UTE de Emilio Bolado, Tratado y Transitia resultó adjudicataria de la obra, logrando la explotación del aparcamiento subterráneo por un periodo de 50 años a cambio de pagar al Ayuntamiento de Santander 1,7 millones de euros.
Sin embargo, un año más tarde, en junio de 2012, Emilio Bolado y Tratado anunciaron que renunciaban a la obra, de la que ya se había desmarcado Transitia. El motivo oficial que se apuntó desde el equipo de Gobierno es que las empresas no lograron la financiación suficiente para acometer la inversión, aunque la falta de demanda planeaba sobre un parking que los propios vecinos de la zona habían manifestado públicamente que creían innecesario, ya que la mayoría de las viviendas del entorno cuentan con garaje.
Los 'populares' sostuvieron que el aparcamiento era “prioritario”, por lo que anunciaron que no renunciarían a él. “Se trata de una nueva infraestructura concebida para dar servicio, no sólo a los vecinos de la zona, sino a miles de ciudadanos que usan esta vía de acceso a la ciudad, al Hospital Valdecilla y a la Residencia Cantabria”, defendió por aquellas fechas el concejal de Obras, César Díaz.
Tras seis meses de negociación, el PP anunció que Ascan Sadisa se haría cargo de la obra aunque omitió los detalles del acuerdo. El nuevo contrato se adjudicó en noviembre y no se publicó en el BOC hasta mayo de 2013. En él se recoge que ésta empresa pagará un canon de cero euros al Ayuntamiento, a diferencia de las empresas adjudicatarias del resto de aparcamientos que funcionan en Santander.
Una vez rubricado el acuerdo, las obras todavía tardaron en comenzar otros seis meses más. Según dijo el alcalde, Íñigo de la Serna, a preguntas de la prensa, porque en el Ayuntamiento estaban pendientes de que el Ministerio de Fomento -también bajo la gestión el PP- les entregasen la licencia oportuna. Finalmente, la infraestructura entró en servicio en noviembre de 2014, dos años y diez meses más tarde de lo previsto.
Un millón de euros gastado
El aparcamiento fue una propuesta que realizó el propio De la Serna en el año 2007, a raíz de que el Ministerio de Fomento acometiese la conexión del paso subterráneo que une la entrada de la ciudad con La Albericia. El regidor reclamó al Gobierno central -presidido entonces por José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE)- que dispusiera sobre el enlace urbano un aparcamiento, a lo que el Ejecutivo nacional se negó destacando que la obra ya suponía una inversión de 36 millones de euros en la ciudad y el cumplimiento de una reivindicación histórica.
Tras un intenso y prolongado debate en los medios de comunicación, De la Serna y Agustín Ibáñez -delegado del Gobierno de España en Cantabria- llegaron al acuerdo de que el Ministerio construiría la estructura del aparcamiento pero los trabajos serían sufragados por las arcas municipales -776.000 euros-. El Ayuntamiento también asumió los 335.000 euros que supuso la modificación del proyecto, con lo que el parking ha tenido un coste para los santaderinos de algo más de un millón de euros.
Una planta cerrada
Ha pasado ya medio año desde que entrara en funcionamiento el aparcamiento. Una infraestructura moderna y perfectamente dotada, pero que no ha encontrado demanda entre los ciudadanos. O al menos no la suficiente para que funcione a pleno rendimiento. Una de las tres plantas permanece cerrada ante la falta de usuarios.
En concreto se trata del segundo nivel, que cuenta con más de un tercio de las 455 plazas de las que dispone el parking. El PP había anunciado que esta sala estaría destinada a una explotación mixta: plazas en rotación y en alquiler. Durante el periodo de presentación de solicitudes, tampoco los vecinos solicitaron ninguna de los 85 plazas que el Ayuntamiento había reservado para residentes. El precio fijado por el Consistorio santanderino es de 23.000 euros más IVA.