“Las obras públicas están siendo las grandes paganas de la crisis”

José María Mazón (Oviedo, 1951) es un clásico de la política cántabra. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de formación y funcionario de profesión, lleva casi tres décadas ocupando cargos públicos en la Administración autonómica. Ha formado parte de todos los gobiernos presididos por el regionalista Miguel Ángel Revilla y presume de conocer el departamento que dirige por tercera vez como la palma de su mano. La Consejería de Obras Públicas y Vivienda es su hábitat natural, aunque en esta etapa las prioridades son muy distintas. Quedan lejos las inauguraciones, los grandes fastos y las infraestructuras desarrolladas durante el anterior periodo del bipartito PRC-PSOE. La crisis económica ha hecho estragos en los presupuestos de las familias y de las instituciones, así que el cometido ahora es “hacer más con menos”.

¿Qué balance hace de este primer año al frente de la Consejería?

No puede ser un balance triunfalista ni mucho menos, porque no hemos podido hacer muchas cosas. De todas formas, estoy relativamente satisfecho porque con poco dinero hemos sacado proyectos importantes adelante y hemos cumplido con los compromisos iniciales que teníamos al iniciar el ejercicio. En materia de Vivienda, nos hemos volcado en temas de emergencia habitacional, en ir atendiendo a la gente que más lo necesita y en ir dando las ayudas al alquiler, donde se ha mejorado mucho la gestión. No estamos contentos en cuanto al pago, porque se ha retrasado, aunque no depende de nuestra competencia, es una cuestión de la Consejería de Hacienda. Es lo que nos hubiera faltado para haber hecho un ejercicio redondo. De todas formas, vamos a intentar hacerlo de una manera distinta el año que viene para que esta regularidad en el pago no falle y los beneficiarios cobren mes a mes. Introduciremos un mecanismo que lo permita.

Lo que no hay es margen presupuestario para grandes obras...

En materia de carreteras autonómicas hemos ido avanzando con poquísimo dinero. Hemos recibido un plan con muchísimos incumplimientos, tanto en los plazos como en los compromisos del Gobierno anterior. Esperamos que en 2017 le demos un impulso y en los dos años siguientes mejoren las cosas. Entiendo que 2016 ha sido un año de transición, después de muchos de parálisis en materia de carreteras. En lo que respecta a obras municipales, tenemos muy poco dinero, porque el PP nos dejó un compromiso del orden de 15 millones anuales a lo largo de tres años, por lo que tenemos que sacar partidas para pagar obras anteriores. Estamos con unas disposiciones financieras mínimas y nuestra capacidad de actuación es muy pequeña. Tampoco estoy descontento con lo que hemos hecho, porque se han ejecutado muchas pequeñas obras. No aspiramos a proyectos millonarios ni mucho menos.

En los puertos hay alguna obra importante, como la que hicimos en la Lonja de Colindres, y esperamos que esta legislatura mejore la cobertura económica. Nuestro gran problema es el Puerto de Laredo. Por desgracia, el Gobierno anterior no hizo nada por ayudar a los concesionarios, más bien los acabó de hundir, y nosotros estamos sufriendo las consecuencias de algo que podría haberse arreglado decentemente. Una vez que lo estamos explotando directamente, tampoco soy pesimista y creo que en el plazo de un año o dos vamos a notar que hay actividad. Estamos con ganas de hacer más cosas.

En el balance que hace, queda claro que hay un cambio de prioridades con respecto a su anterior etapa al frente de este departamento. ¿Tenemos que olvidarnos de grandes inversiones en Obras Públicas?

Sí, efectivamente. La prioridad este año ha sido la vivienda. El objetivo es salvar las situaciones difíciles de la gente, algo que era muy urgente y que estaba incluido en el pacto que firmamos con Podemos. Fue una de sus condiciones, algo que a nosotros no nos parecía nada mal. Compartíamos sus inquietudes y teníamos otras mucho mayores, como el paro. Creemos que hay que reactivar la obra pública, que es el gran motor de la actividad económica. Afecta a todos los sectores. Todos necesitamos buenas carreteras, buenas comunicaciones, buenos puertos, aeropuertos, polígonos industriales… Por otro lado, están las infraestructuras sociales, como son las de Sanidad, Educación o Servicios Sociales, claro. Nosotros nos ocupamos más de las infraestructuras que son el soporte de la actividad productiva. El transporte es la base del comercio en el mundo, y el comercio es la base de la riqueza.

Tanto usted como el presidente Revilla siempre han defendido esta importancia de la obra pública para la reactivación económica. ¿Va a haber sorpresas en el presupuesto de 2017?

Yo espero que para el próximo ejercicio podamos empezar a notar este cambio. En estos momentos, no tenemos una cifra clara porque el presupuesto no tiene un techo de gasto y, mientras desde el Estado no lo marquen, no podemos avanzar mucho. Dependemos del Gobierno central, tanto por las transferencias como por las restricciones que ponen. Si este límite nos permite un poco de holgura, yo creo que se va a notar. Si no, estaremos como siempre: las obras públicas están siendo las grandes paganas de la crisis, de donde siempre se acaba recortando.

Estamos a punto de cumplir un año con un Gobierno en funciones. ¿Está paralizando la actividad y el margen de actuación en las comunidades?

Yo creo que sí. Está paralizando la actividad en dos sentidos: primero, en cuanto a que nuestras cuentas están muy intervenidas desde hace tiempo y cualquier gasto hay que comunicarlo a Madrid. No te permiten ningún tipo de flexibilidad. Y luego influye en otro sentido, y es que las inversiones del Estado en estos momentos son mínimas, y creo que el año que viene no serán mucho mayores. La inversión en obra pública tiene un periodo de maduración que no es de la noche a la mañana. Un proyecto no se hace en tres meses, sino que lleva años de tramitación, de diseño, de análisis de impacto ambiental. El Estado apenas tiene ninguna inversión en marcha en Cantabria. Nosotros estamos exigiendo continuamente, sobre todo en materia de ferrocarril. Concretamente, yo estoy pidiendo permanentemente al Ministerio de Fomento que cumpla los plazos y lleve a cabo sus compromisos. Esta misma semana he estado en Madrid viendo cómo están las cosas. Me han intentado tranquilizar y se reafirman en sus compromisos, pero seguiremos vigilantes.

¿No hay una falta de interlocución después del cese de Ana Pastor como ministra?

Yo mantengo una interlocución directa con el secretario general de Infraestructuras, que sigue en funciones. De todas maneras, en estos momentos me preocupa mucho más la parte técnica que la política o la económica. Es muy importante que se cumplan los trámites. Podemos hablar lo que queramos de cuándo se acabarán las obras, pero lo realmente importante es cuándo se aprueban los proyectos. Sin ese paso previo no hay siguiente paso.

¿Es mejor un mal Gobierno que un Gobierno en funciones?

Yo creo que sí. Lo importante es que haya alguien al frente. Los gobiernos siempre son malos para la oposición [ríe]. Es fundamental que se tomen decisiones, mejores o peores, pero no podemos quedarnos parados. Hay mucha gente pendiente de los presupuestos del Estado. A medio plazo, que no haya Gobierno tiene una repercusión clara en el desarrollo económico.

Esta semana se celebraba una reunión de trabajo con distintos colectivos sociales y plataformas que luchan contra los desahucios, mientras que no hace tanto tiempo lo que veíamos eran manifestaciones y protestas en la misma puerta de la Consejería contra su antecesor en el cargo. ¿Era solo una cuestión de voluntad política?

Yo creo que la gente valora mucho que estemos con ellos y que hagamos un esfuerzo para ayudarles. Estamos siempre abiertos a buscar soluciones. Cuando llega alguien con un problema, lo mínimo es recibirlo y acompañarlo. Hasta ahora, lo que obtenían era un rechazo, se les trataba como a un adversario, se minimizaba incluso su problema. Por supuesto, hay casos que no son exactamente como te los plantean, pero eso no quiere decir que no haya que atenderlos y que no se les reciba.

Para hacer ese papel de intermediación se puso en marcha una oficina que es bien valorada por las plataformas de afectados por las hipotecas. ¿Cómo está funcionando?es bien valorada por las plataformas de afectados por las hipotecas

Trabaja bien y está haciendo todo lo necesario para alcanzar soluciones en todos los casos que se presentan. Yo estoy muy satisfecho de cómo va. Sabemos que el mundo no se puede arreglar y que las necesidades son infinitas, pero sí hay cosas que se pueden hacer. Lo primero es escuchar y atender. Lo segundo, buscar soluciones reales. Ahora, la situación de emergencia queda resuelta.

Entre las soluciones que plantean desde su departamento está la ampliación del parque público de vivienda. ¿Qué actuaciones tienen previstas a corto plazo?la ampliación del parque público de vivienda

Hemos comprado viviendas en distintas localidades, hemos llegado a un acuerdo con la Sareb para que nos ceda inmuebles y nosotros ponerlos a disposición de los ciudadanos, y el siguiente paso que tenemos previsto es hacer lo mismo con los bancos. Les hemos dado la posibilidad de que estudien un modelo parecido al que tenemos con la Sareb, que es una cesión de sus viviendas para ponerlas en servicio, después de arreglarlas y ponerlas a punto. Si se puede ampliar el parque público con otro tipo de instituciones, lo haremos así. También hay promociones, como la que hicimos en Laredo, que a final de año estará ocupada.

¿Y qué disposición encuentra por parte de las entidades financieras?

Bueno, las entidades financieras siempre te plantean un panorama tranquilo, un escenario de calma. Luego, la realidad no es exactamente así, como nos transmiten las plataformas. Por otra parte, los bancos tienen un problema con sus activos inmobiliarios, que a veces les conviene superar y otras veces no. El hecho es que en la oferta pública de adquisición que hemos lanzado, ninguna entidad financiera ofertó sus viviendas. En esta última reunión hemos vuelto a repetirles que podemos llegar a acuerdos. De momento, lo que nos dicen es que practican el código de buenas prácticas bancarias y que a casi todas las familias que están en situación de emergencia les están dando la posibilidad de un alquiler social o incluso la dación en pago con alquiler. Hay que abordar los casos uno a uno. 

¿Hay posibilidad desde la Administración de obligar a los bancos para que pasen de las buenas palabras a los hechos?

Algunas entidades financieras lo están haciendo bien de verdad y están ofreciendo muchas daciones con alquiler social. Muchas están llegando a acuerdos con los afectados mediante quitas o aplazamientos, por ejemplo. Hay mecanismos que están funcionando bien.

En su anterior etapa al frente del departamento se impulsó la construcción de VPO. ¿Ahora hay que pensar más en el alquiler, dados los problemas para acceder a crédito de muchos particulares?

En estos momentos, parece lo lógico fomentar el alquiler dado que hay mucho parque construido. Incluso el sector privado tiene mucha vivienda barata en el mercado. Aquellos tiempos en los que se construían miles de viviendas de protección oficial, en la que todos los meses se estaban entregando una o dos promociones, han quedado atrás. En materia de vivienda, la ayuda al alquiler es la clave para ayudar a los ciudadanos y la rehabilitación es fundamental para la economía y para impulsar la construcción.

¿Y cómo explica a los afectados los continuos retrasos en el pago de las ayudas al alquiler?

Esta misma semana se debatió en el Parlamento. Todos los grupos aprobaron exigir al Gobierno el pago inmediato de estas ayudas. Me han asegurado desde Economía que estará resuelto este mismo mes. Confío en eso. El problema es que yo no tengo el dinero en mi bolsillo… Nosotros nos encargamos de los trámites administrativos y el pago se realiza desde la Tesorería, que es donde se ha producido el retraso.

Otro de los problemas que le ha tocado gestionar es el rescate financiero del Puerto de Laredo tras la quiebra de la empresa concesionaria. ¿Cantabria recuperará algún día ese gran desembolso económico que ha supuesto este proyecto fallido?el rescate financiero del Puerto de Laredo

En un futuro, este puerto lo vamos a volver a sacar a concesión. Con lo cual, el dinero que hemos empleado hasta ahora podrá recuperarse. De todas formas, hay que tener en cuenta que el Puerto de Laredo tiene dos grandes dársenas. La dársena pesquera y todas sus instalaciones está funcionando estupendamente. Ha crecido una barbaridad el número de kilos de pescado que se subastan en la lonja, el número de barcos que atracan… El puerto pesquero de Laredo es un éxito. Muchísimos barcos del País Vasco lo están utilizando como referencia. En el otro aspecto, en la dársena náutica y deportiva, es donde al retornar la concesión y tener que pagar por el conjunto vamos a tener que recuperar el valor. Yo espero que, en un plazo razonable, pueda sacarse a concesión y obtener un ingreso para las arcas públicas. Tampoco quiero aventurar nada, porque es hacer siempre previsiones o pronósticos sobre la economía y es muy difícil acertar. El sector de la náutica va muy ligado al crecimiento económico y a la riqueza. Cuando sube, sube mucho. Y cuando baja, baja más. Es muy elástico. Espero que de aquí a dos años empiece a notarse un cambio de ciclo. Entonces pensaremos en recuperar una parte de la inversión.

¿Cuándo conoceremos los cántabros cuánto nos costará su rescate?

Estamos preparando la liquidación. Lo sabremos a final de mes.

La oposición hablaba de cerca de 50 millones de euros. ¿La factura final quedará muy lejos de esa cifra?

Sí, sí, sí. No tiene nada que ver. Mucho menos, por supuesto. Todavía no podemos decir nada porque el expediente está en plena tramitación. No hay una cifra final, pero la habrá pronto.

¿Y tienen avanzado el presupuesto de 2017?

Sí, naturalmente. Estamos a la espera de que nos den una cifra de hasta dónde podemos llegar. Pensamos en aumentar las cifras de este año.

¿La primera negociación es con sus socios de Gobierno?

Por supuesto. [Ríe]. Primero debemos llegar a un acuerdo dentro del Gobierno en sí. Luego se remitirá al Parlamento. Estamos preparando nuestras previsiones y somos optimistas.

¿Confía en sumar el apoyo necesario de alguno de los grupos de la oposición?

Bueno, vamos a ver. La oposición siempre te apoya si pides más. Nunca te dicen de dónde hay que quitar, sino dónde hay que poner… Siempre les parece poco el gasto. Se preocupan menos de los ingresos.

El ejercicio pasado se aprobaron con cierta facilidad con el visto bueno de Podemos. En este caso, ¿espera una negociación más convulsa?

Yo espero que haya presupuesto. Sin presupuesto, es muy difícil gobernar, porque las prórrogas no afectan a los capítulos importantes. Creo que tenemos que plantearnos que tiene que haber presupuestos sin falta. Hay que buscar soluciones.

No le he preguntado aún por lo que fue durante muchos años el eje del debate: el tren de alta velocidad. ¿Tendremos novedades a corto plazo?

En el primer semestre de 2017 tenemos que ver ya las primeras licitaciones de las obras del tren de altas prestaciones con Madrid. A final de año tienen que estar los proyectos acabados y en información pública. No soy ni optimista ni pesimista, estoy a la expectativa de que se cumplan los compromisos adquiridos con Cantabria por parte del Ministerio de Fomento.

¿Qué gran proyecto quiere ver finalizado o bien encaminado a final de legislatura?

Me gustaría que las necesidades de vivienda fueran menores, por supuesto. También que se pudiera impulsar el plan de carreteras, porque es muy importante mantenerlo en buen estado. Si no, a la larga sale mucho más caro. En los puertos, estoy muy orgulloso de lo que hemos hecho a lo largo del tiempo. Hay que culminar las nuevas infraestructuras y ver acabado alguno de los nuevos puertos, como el de San Vicente, que está proyectado.