Eva Díaz Tezanos (Puente San Miguel, 1964) lo ha sido todo en el PSOE de Cantabria. En casi tres décadas de militancia ha tenido tiempo para acumular experiencias de todo tipo, como concejala o diputada primero, como consejera o vicepresidenta en la actualidad. Ostenta el cargo de secretaria general de los socialistas cántabros desde el año 2012, cuando sustituyó a su compañera y amiga Dolores Gorostiaga, y ahora se enfrenta a un disputado proceso de primarias con el objetivo de repetir en el cargo y consolidar su proyecto político.
Reconoce que los resultados electorales no les han acompañado en las últimas convocatorias, pero reivindica lo conseguido con esos cinco diputados que sumó su candidatura en los comicios autonómicos. El pacto de Gobierno con el PRC ha permitido, a su juicio, poner en práctica “políticas de izquierdas”, tanto desde el Ejecutivo como en los muchos ayuntamientos en los que socialistas y regionalistas gobiernan en coalición. Se muestra dolida con su rival en estas primarias, Pablo Zuloaga, al que acusa de “romper un acuerdo” para armar una lista de unidad que hubiera evitado la consulta a la militancia y le hubiera garantizado la reelección. “A mí me educaron con unos valores muy claros: el cumplimiento de la palabra dada y la lealtad”, subraya.
¿Cómo está viviendo a nivel personal este proceso interno de primarias en el PSOE de Cantabria?
Lo estoy viviendo con muchísima ilusión, con muchísimas ganas, con muchísima energía y con muchísima fuerza. Estamos planificando cosas, recibiendo a mucha gente, a muchos afiliados. Una de las cosas que más disfruto es del contacto directo con la militancia y en este momento está siendo muy intenso.
¿Contaba con tener que pasar por este proceso cuando convocó el Congreso Regional o esperaba que hubiera una lista única y que no fueran necesarias las primarias?
Para llegar aquí ha habido una serie de acontecimientos. El mandato que nos dio el Comité y también la reunión que mantuve con alcaldes y secretarios generales era que hiciéramos una lista única y de integración para tener un Congreso Regional en el que el partido saliera fortalecido. Tuvimos un encuentro en el que llegamos a un acuerdo, una reunión de casi ocho horas de trabajo en la que llegamos a un pacto y cerramos una dirección regional, y al día siguiente se rompió ese acuerdo. Por eso estamos en este proceso de primarias, pero realmente el mandato era llegar a una lista de integración a la que yo, obviamente, le dediqué toda la capacidad de diálogo y de consenso que tengo. La palabra dada se rompió al día siguiente.
¿Le hace sentir deslegitimada o desautorizada el hecho de que se haya armado esa candidatura alternativa?
No, para nada. Yo siempre he trabajado por la unidad del partido. Los objetivos que me marqué cuando salí elegida secretaria general en el año 2012 fueron recuperar el poder institucional y conseguir la unidad del partido. Creo que lo hemos conseguido y que la mayoría del partido entendía que teníamos que trasladarlo a un Congreso en el que no hubiera ningún tipo de fractura. Dicho esto, yo soy una convencida de las primarias, de la democracia interna y, por lo tanto, creo que en ningún caso estos procesos deslegitiman a las personas que se presentan a ellos.
Ha explicado reiteradamente durante la campaña que se llegó a un acuerdo en el que se decidió cómo sería la próxima Ejecutiva. ¿Se siente traicionada por Pablo Zuloaga?
Bueno, sorprendida. Sobre todo porque a mí me educaron con unos valores muy claros: el cumplimiento de la palabra dada y la lealtad. Después de estar diez personas todo un día negociando cómo tiene que ser la futura dirección, diseñando cuáles son los cargos más importantes, también del Comité Regional, que al día siguiente se rompa esa palabra dada y se rompa un acuerdo, lógicamente no solamente me ha sorprendido a mí, sino que le ha sorprendido a una parte importante del Partido Socialista.
¿Por qué cree que hubiera sido mejor ese acuerdo de lista unitaria decidido internamente que la convocatoria de primarias con la libre elección de los militantes?
Bueno, porque era algo que habíamos hablado y que era el mandato, como digo, del Comité Regional. En estos momentos, el Partido Socialista está en las instituciones, forma parte del Gobierno de Cantabria, dirige muchos ayuntamientos gracias al pacto que hicimos hace dos años. Las rupturas nos debilitan como partido y generan desconfianza en los ciudadanos. El Partido Socialista ha vivido ya procesos de ruptura anteriormente y el panorama político en Cantabria nos da justamente eso: unos partidos políticos fracturados que no generan confianza en los ciudadanos. Nosotros entendíamos, la mayoría del partido lo entendía así, que era necesario trabajar en una lista de unidad y de integración para fortalecer al partido y renovarlo para trabajar los próximos dos años para ir en mejores condiciones en 2019 a las elecciones.
¿Tiene sensación de haber perdido la primera batalla después de la recogida de avales en la que su rival ha quedado por delante?
No, para nada. La candidatura que yo represento no tenía planificada estas primarias en ningún caso y hemos hecho un trabajo muy importante a lo largo de diez días, en los cuales he ido viendo más y más militantes que se sumaban a este proyecto. Estamos muy satisfechos porque, en los planteamientos iniciales, cuando arrancamos la negociación con la otra candidatura, el reparto era un 70-30 y el acuerdo final fue del 60-40. Lo importante es el voto y ahora mismo estamos prácticamente al 50%. Yo estoy muy contenta, muy satisfecha, y este proceso me está permitiendo ver a muchísimos militantes, hombres y mujeres socialistas que se están sumando y que, además, ahora tienen toda la información de lo que ha pasado.
Lo que se muestra es una movilización espectacular de la militancia cántabra del PSOE, porque hasta el 85% de los afiliados ha dado su firma a favor de uno u otro candidato. ¿Hay margen para hacer cambiar de opinión a esos compañeros o cree que la batalla se juega en esos 300 o 400 militantes que aún no se han pronunciado?
Hay margen, siempre hay margen porque una cosa son los avales y otra es el voto real. En cualquier caso, yo creo que lo positivo es que a lo largo de los últimos meses se ha demostrado que hay una militancia que tiene ganas de participar, una militancia muy motivada, y tenemos que conseguir que eso se mantenga en el tiempo. Que no solamente sea por los procesos de primarias a nivel federal o a nivel regional, sino que eso se mantenga en el tiempo. Para eso, en el próximo Congreso tenemos que decidir muy claramente qué medidas hay que tomar para que la militancia participe activamente en las decisiones del Partido Socialista. Esto es muy importante porque estamos hablando de casi 3.000 personas que, con esa movilización, con esa ilusión y con esas ganas, son activistas políticos y sociales en la calle.
¿Teme por la continuidad del pacto de Gobierno con los regionalistas en el caso de que no sea la ganadora de las primarias?
Creo que son dos procesos totalmente distintos. Una cosa es el proceso interno del partido en el que estamos, y otra cosa es la presencia de los socialistas en el Gobierno. Obviamente, a nadie se le escapa que el PSOE pudo hacer un pacto con el PRC porque yo tenía detrás un partido fuerte, un partido unido, que fue capaz de hacer una buena negociación tanto a nivel autonómico como a nivel municipal. Obviamente, los partidos desunidos o con problemas internos no generan confianza, no solamente a los ciudadanos, sino también al resto de fuerzas políticas a la hora de poder consensuar o pactar políticas. Pero, en cualquier caso, insisto, son dos procesos totalmente distintos.
Usted, pase lo que pase, cuenta con acabar la legislatura como vicepresidenta...
Los procesos internos en el PSOE y las decisiones internas del partido las tomamos los socialistas. Sin embargo, nuestra presencia en los ayuntamientos o nuestra presencia en el Gobierno también está determinada por las decisiones que toman nuestros socios. Esto es algo que no depende solamente del Partido Socialista, sino que depende de otros condicionantes políticos y que nosotros no controlamos como organización política.
Volviendo a las primarias, ¿está preparada para un resultado ajustado o confía en que la militancia muestre claramente sus preferencias?
Estoy trabajando para ganar el Congreso y además lo estoy haciendo con un montón de gente a mi alrededor. Estamos intentando llegar a todos y cada uno de los militantes, porque es el momento en el que cada uno de ellos va a tener la oportunidad de elegir a aquella persona que considere más adecuada para consolidar y para llevar a cabo el proyecto socialista y para afrontar los retos futuros que tiene el partido. Yo lo tengo muy claro, conozco muy bien a este partido por las distintas responsabilidades que he tenido a lo largo del tiempo. Digo además que en este primer mandato que acabo como secretaria general, con todos los errores que haya podido cometer, tiene un balance positivo.
El partido lleva cinco años de paz interna y hemos recuperado el poder institucional que habíamos perdido. Estamos haciendo política todos los días para cambiar leyes y para mejorar la vida a los ciudadanos de esta región. El Partido Socialista es un instrumento que está al servicio de los ciudadanos y creo que en estos momentos es útil. Somos la izquierda, estamos día a día haciendo políticas de izquierdas y somos esa izquierda útil que mejora la vida de la ciudadanía de Cantabria.
¿Un resultado ajustado puede complicar la gestión del día de después?
Estoy acostumbrada a gestionar situaciones complicadas en este partido. Lo hice en 2012 cuando fui elegida secretaria general. Desde ese mismo momento empecé a tejer alianzas, porque creo que es lo que toca siempre y creo además que tengo una capacidad especial para trabajar con equipos plurales, diversos, una capacidad de diálogo parar llegar a acuerdos. Lo he demostrado en todo ese proceso que se ha producido en las semanas previas a la convocatoria de estas primarias. Mi candidatura va a ser siempre la de unidad, la de tejer alianzas, la de la pluralidad y la del consenso. Yo no voy a representar nunca ni la ruptura en el PSOE ni la falta de palabra ni la lealtad, porque eso no va conmigo y no ha ido nunca en mi trayectoria política en el partido.
Hemos hablado de la parte positiva de las primarias, de esa movilización de la militancia, también de la legitimidad del líder que salga elegido, pero existe una parte negativa, como esas fricciones que se dejan ver en el seno interno del partido. ¿Hay margen para la reconciliación?
Yo siempre he sido muy cuidadosa en los procesos internos del partido, como demostré en todo el proceso de primarias federal. Una de las cosas que le dije a mi dirección, en la que había representantes de las tres candidaturas, fue que procuráramos tener un comportamiento ejemplar, que diéramos una lección, porque efectivamente hay cosas que se pueden fracturar que luego es muy difícil de recomponer. Y, desde luego, ese será el trabajo que haya que hacer a partir del día siguiente. Al final aquí no hay etiquetas, somos todos socialistas, estamos en un mismo proyecto y estamos al servicio de la ciudadanía de Cantabria.
¿Contaría con Pablo Zuloaga en su próxima Ejecutiva?
Yo creo que ese momento no ha llegado. Ahora mismo lo que toca es que se desarrolle el proceso de primarias y, como digo, mi capacidad de integración y de unidad está demostrado. De hecho, Pablo Zuloaga formaba parte de mi dirección. Ha estado cinco años conmigo y cuatro años en la de Lola Gorostiaga, es decir, que es una persona que tiene ya un recorrido importante en direcciones del Partido Socialista y nunca he tenido ningún problema para trabajar absolutamente con ningún compañero. Creo que ese es un valor también importante para dirigir una organización política, uno tiene que ser capaz de saber que se es el secretario general de todos los socialistas, independientemente de lo que haya votado cada uno de los militantes. Y no todo el mundo tiene esa capacidad.
¿Aceptaría, llegado el caso, el cargo de presidenta del partido como su rival propone para usted?
La verdad es que me sorprenden este tipo de cosas porque eso no ha formado parte de la negociación.
Él lo ha dicho públicamente y ha mantenido su oferta pase lo que pase en las primarias.
A mí no me ha dicho nada y a mi candidatura no nos ha trasladado nada de eso. En cualquier caso, creo que este tipo de ofrecimiento está fuera de lugar. No sé, es como si yo ahora mismo le ofrezco a él ser presidente. Seguramente ningún militante lo entendería, porque ahora toca el momento de elegir a la persona que los militantes desean que esté al frente del Partido Socialista. Luego tendremos dos semanas hasta el Congreso para conformar la mejor dirección, para renovar cargos, para renovar responsabilidades, para renovar caras, para fortalecer el partido, para poner en marcha un proyecto político con nuevos mecanismos de funcionamiento que nos hagan estar mucho más cerca de la ciudadanía, que ese es el objetivo.
¿Qué errores asume como propios ante el evidente desgaste electoral que ha sufrido el PSOE en los últimos años?
El Partido Socialista lleva los últimos años perdiendo apoyos de los ciudadanos, a todos los niveles: en las elecciones generales, autonómicas y municipales. Obviamente son muchas las circunstancias, entre otras cosas, porque el PSOE lleva unos cuantos años con divisiones internas importantes, con congresos federales complicados... Pero, el caso de Cantabria, fíjese, con unos resultados que no fueron buenos, ni a nivel autonómico ni a nivel municipal, porque solamente conseguimos seis mayorías absolutas y con ellas estaríamos gobernando para 45.000 habitantes, sin embargo, con esos resultados que no fueron buenos, fuimos capaces de pactar un acuerdo de Gobierno a nivel autonómico y a nivel municipal que nos ha dado la mitad de las consejerías, además con áreas muy importantes, y estamos gobernando con alcaldes o alcaldesas en 19 ayuntamientos y cogobernando en 14.
Lo que toca ahora es consolidar todos esos proyectos municipales para que en 2019 los ciudadanos confíen en la gestión que los socialistas hemos hecho tanto a través del Gobierno como en los ayuntamientos. Eso tiene que ir acompañado de una renovación en el partido, de una renovación profunda. Yo hice parte de esa renovación en 2012 con nuevas incorporaciones, pero estoy muy satisfecha de que gracias a ese pacto municipal tengamos alcaldes y alcaldesas que son jóvenes valores de futuro y el relevo natural que el Partido Socialista va a tener en los próximos años.
¿Qué le gustaría cambiar a corto plazo para lograr ese impulso que necesita el partido?
Desde luego hay que hacer una apuesta muy importante por una organización territorial distinta. El 80% de Cantabria es rural. La mayoría de las agrupaciones de nuestra comunidad autónoma son rurales. Necesitamos que en cada una de esas áreas haya un coordinador territorial que esté en contacto directo con la Ejecutiva. Necesitamos también hacer una apuesta especial por la comunicación externa y trasladar a los medios de comunicación toda la acción política que desarrollan los socialistas en el Gobierno, pero también en la oposición, y una comunicación interna que permita que cada militante esté perfectamente informado de qué es lo que hace su partido en las instituciones y a nivel orgánico. Necesitamos también mucha formación. Formación ideológica de base para la militancia, formación técnica para cuando toca asumir responsabilidades. También debemos mejorar todo aquello que tiene que ver con la transparencia, con la compatibilidad de cargos o con las primarias para la elección de nuestros candidatos.
Fue la única secretaria general que mantuvo la neutralidad en el último proceso interno a nivel federal. ¿Está siendo devuelta esa neutralidad o teme alguna injerencia por parte del equipo de Pedro Sánchez en Ferraz?
No, en absoluto. Los únicos representantes que tiene Pedro Sánchez en Cantabria son todos y cada uno de los militantes del PSOE en la comunidad autónoma. Yo, cada paso que he dado, se lo he informado al secretario general porque entiendo que debe ser así. Un valor fundamental para mí es la lealtad hacia el secretario general y creo que di muestra de ello cuando el 1 de octubre fui de las que no dimitió, de las que se mantuvo con Pedro Sánchez hasta el final, de las que defendí el 'no es no' a Rajoy en el Comité Federal y lo hice además hablando allí, donde hay que hablar, porque siempre he sido una gran defensora de que los posicionamientos políticos hay que hacerlos en los órganos internos del partido y lo he hecho siempre desde el convencimiento y desde la lealtad.
Mantuve la neutralidad porque creía que era lo más adecuado. Lógicamente había distintos posicionamientos que yo he respetado profundamente, pero además la víspera de las primarias yo les dije a los representantes de las candidaturas que creía que al día siguiente teníamos que dar una lección y cerrar filas con quien saliera elegido secretario general. Dimos una rueda de prensa conjunta y así lo hicimos. Y eso es lo que nos toca ahora, estar al lado de Pedro Sánchez para consolidar el proyecto que él representa y para conseguir que el Partido Socialista sea un instrumento al servicio de los ciudadanos y sea presidente de este país cuanto antes para acabar con las políticas del Partido Popular.
¿Qué virtudes le concede a Pablo Zuloaga para ser el líder del PSOE de Cantabria?
Yo creo que los socialistas tenemos virtudes muy importantes. Todos los socialistas en general, todos los compañeros y compañeras, a los que nos une un proyecto político transformador que mejora la vida de los ciudadanos. Nos une una izquierda que además hace política todos los días. Por supuesto, para mí cualquier compañero o compañera está por encima de cualquier otra discrepancia o cualquier otra disensión. Además, lo he tenido en mi Ejecutiva durante cinco años y ha sido partícipe de nuestras políticas porque se han aprobado todas las decisiones por unanimidad.