El regionalista Javier López Estrada (PRC) es desde este sábado 15 de junio el nuevo alcalde de Torrelavega al obtener una mayoría absoluta de apoyos en la sesión constitutiva de la Corporación, que tuvo lugar en el recinto de la zona multiusos de La Lechera. Tras el aval, en la noche del viernes, de la militancia socialista al pacto de gobernabilidad con los regionalistas, López Estrada asumió el bastón de regidor tras recibir el respaldo de los ocho votos de sus concejales, otros ocho de los socialistas y uno de Torrelavega Sí, que se sumó a la coalición de gobierno sin que nadie lo esperara o lo pidiera. Los cinco concejales populares votaron a su candidata Marta Fernández Teijeiro, otro tanto hizo a sí mismo el único concejal de Ciudadanos, Ricardo Ricciardiello, mientras que los dos concejales de ACPT se abstuvieron votando en blanco.
El nuevo mandatario regionalista escenificó su entronización en un amplio espacio que fue acondicionado como salón de plenos. No se llenó. Unas 250 personas, entre familiares, amigos y colegas de partido se distribuyeron entre el público. Cabe destacar, en este sentido, la presencia del próximo presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC), quien se sentó en primera fila a la izquierda de Javier López Marcano, padre del actual alcalde y referente máximo del regionalismo en la comarca del Besaya. Entre los presentes también se encontraban el diputado nacional del PRC, José María Mazón, y por parte socialista, la figura más destacada fue el delegado del Gobierno en Cantabria, Eduardo Echevarría.
La Corporación subió al escenario habilitado en la zona multiusos con sus mejores galas. Predominó el color oscuro y los tonos clásicos, aunque no faltaron los brillos y algún que otro color chillón. Como tampoco faltaron las consabidas anécdotas, tan previsibles como la pancarta contra el desarrollo urbanístico de Las Excavadas, un clásico en todos los plenos municipales. Entre las anécdotas, dos: los pitos que parte del público dedicó a los concejales de ACPT, Iván Martínez y Alejandro González, al prometer el cargo “por imperativo legal”; y la confusión que se produjo en el recuento de votos fruto de los nervios. Bastó recontar papeletas y sobres para que el secretario municipal respirara tranquilo y oficializara el resultado.
Con el pleno constitutivo se puso fin así a una larga campaña de dos meses en donde se solventaron las elecciones nacionales de abril y las municipales, autonómicas y europeas de mayo. También quedaron cerradas dos semanas de negociaciones en donde los tres cafés que tomaron las delegaciones regionalista y socialista en la Plaza Baldomero Iglesias solventaron un acuerdo que parecía irresoluble en sus inicios. Del 'lo tomas o lo dejas' inicial al reparto más equitativo de concejalías (4-4), los socialistas hicieron valer que la victoria de los primeros fue más pírrica que contundente, aunque victoria al fin y al cabo: 128 votos de margen y empate a ocho concejales.
A la postre, el bastón de regidor cambia de manos, intercambiando sus papeles el regionalista Javier López Estrada y el socialista José Manuel Cruz Viadero. Este será a partir de ahora el portavoz y concejal de Obras que fue aquel durante los últimos cuatro años. Pero al igual que entonces, ambos estarán obligados a colaborar mano a mano, sin que nadie dude ahora mismo de la estabilidad del nuevo gobierno local, que en esta legislatura cuenta con mayoría absoluta.
Ambos líderes municipales coincidieron en sus alocuciones finales en abogar por la solidez de la coalición, algo que de lo que ya tuvieron experiencia en la pasada legislatura. Los socialistas cargaron la tinta en una Torrelavega “social y para las personas”, mientras el nuevo alcalde abogó por una Torrelavega “innovadora y vanguardista”. No faltaron palabras de respeto y agradecimiento. Cruz Viadero ofreció lealtad institucional a su socio y a los torrelaveguenses, mientras el alcalde cerró su discurso mostrándose seguro de que la Corporación dentro de cuatro años cerrará un ciclo “con la cabeza bien alta y satisfacción por el trabajo bien hecho”.
Trabajo no le va a faltar: los 25 concejales tendrán que poner en marcha el soterramiento de las vías de tren, rematar el Plan General aprobado inicialmente, ofertar suelo industrial, solventar los importantes problemas de movilidad del municipio y, sobre todo, elevar un padrón de habitantes anémico generando empleo, vivienda asequible y dinamismo empresarial y comercial.