Sin sorpresas. Así ganó Luis del Piñal las primarias de Podemos Cantabria el pasado sábado después de ser el único candidato que se presentaba al proceso. Ahora, el concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Bezana será, además, coordinador del partido a nivel autonómico. Tras ser candidato al Congreso de los Diputados tanto en abril como en la repetición de noviembre y no obtener representación, muchas voces apuntaban a que los años de desavenencias internas en el partido habían pasado factura. Del Piñal reconoce ser un apasionado de la política desde pequeño, cuando acompañaba a su madre a manifestaciones y concentraciones: “Vengo de un ambiente muy politizado”, confiesa. A sus 29 años y tras haber encadenado varios trabajos precarios mientras cursaba sus estudios en Ingeniería Civil, reconoció a Podemos como el partido al que debía adherirse para intentar conseguir una de las máximas que no deja de repetir: “Que nadie se quede atrás”.
Podemos Cantabria tiene por fin coordinador autonómico después de que haya estado un año y medio dirigido por una gestora. ¿Esta novedad supondrá un cambio de rumbo en el partido?
Creo que sí, y en gran medida es porque durante todo este tiempo el partido ha estado tratando de calmar las aguas y de cicatrizar las heridas que tenía. Ahora hemos resurgido bastante más fuertes y, por primera vez, vamos todos a una con la idea de crear un partido fuerte que sea realmente una alternativa de gobierno para nuestra comunidad autónoma en tres años.
¿Cómo afronta ser la voz de Podemos en Cantabria?
Con mucha responsabilidad, pero si me presenté a este cargo también fue por responsabilidad. Creo que, de alguna forma, así lo veían los militantes, y ahora que lo han corroborado la mayoría de los inscritos en el partido dándome su apoyo, siento la responsabilidad de estar a la altura. Aún así, tengo que decir que me acompaña un equipo de personas que, sobre todo, se caracterizan por ser unos trabajadores envidiables que se van a dejar la piel.
Básicamente lo que buscamos es que la gente nos vea como una alternativa de gobierno real en Cantabria. Queremos ir más allá de optar a obtener representación parlamentaria para tener un altavoz y ser los Pepito Grillo del Gobierno y decirle todas las cosas que están haciendo mal. Lo que queremos es coger el toro por los cuernos y ser los que desarrollemos las políticas de nuestra comunidad autónoma.
¿Cree que hubiese sido complicado dar 'caña' al bipartito compuesto por PRC y PSOE a la vez que Podemos forma parte del Gobierno de coalición en España con los socialistas?
No, para nada. Estamos ahí para eso. Pero creo que la política estatal y autonómica en este caso no se están pareciendo en mucho en cómo se están desarrollando. No tanto por las consejerías socialistas, como está ocurriendo con la de Sanidad, sino sobre todo por esas consejerías del PRC que tan acostumbradas están a la vieja política. Ha habido polémicas estas semanas que demuestran muy bien cómo se ha estado gobernando Cantabria en los últimos tiempos...
Pero aunque pueda sonar idealista creer que podremos llegar al Gobierno, también es cierto que si pensamos que hace un año le decías a alguien que Podemos iba a estar en el Gobierno, a todo el mundo le iba a sonar a broma. Y andando se va haciendo el camino, y cosas que hace un tiempo nos parecían imposibles, ahora las vemos normales. Y no solo eso, sino que la gente está apreciando que podemos gobernar, que se puede gobernar de otra forma y mejor.
La participación en el proceso que le ha designado como coordinador de Podemos ha sido muy baja y no ha llegado ni al 33%. ¿Cree que hasta los propios inscritos se han desilusionado con el partido en Cantabria?
Como ha pasado en el proceso estatal que designó a Pablo Iglesias, en este tipo de procesos en los que solo se presenta una lista la participación suele ser baja. Al final, lo que acaba llamando a la participación es la competitividad entre distintas listas. Pero pese a eso, no creo que la participación haya sido baja. Hay que tener en cuenta que 440 personas, sabiendo el resultado del proceso, han participado... Así que estamos bastante contentos con el resultado que hemos tenido.
¿Qué ha ocurrido en este tiempo de puertas para adentro? ¿Podemos está más unido tras las revueltas internas?
Pues, sin lugar a dudas, ahora todo el partido va a una. Estamos completamente unidos y tenemos una estructura más fuerte de la que hemos tenido en anteriores ocasiones. Además, nos estamos dando cuenta de que estamos llegando a más sitios, que ha entrado más gente nueva, y que mucha gente que se ha ido está volviendo. Esos que han vuelto lo están haciendo porque han visto que Podemos es un lugar de trabajo agradable, y sobre todo están viendo que estamos trabajando en propuestas que son reales y que están preparadas para mejorar el día a día de los ciudadanos de a pie, no para las élites para las que solían trabajar los gobiernos de Cantabria.
¿En qué influye no haber conseguido representación en las pasadas elecciones generales? Teniendo en cuenta que Unidas Podemos está en el Gobierno de España, parece un fracaso...
Cuando nos presentamos ya sabíamos que iba a ser difícil. Hay que tener en cuenta que estamos en una comunidad autónoma en la que solo se reparten cinco escaños, y además teníamos que competir con un partido fuerte que no se había presentado en otras ocasiones, como es el PRC. Pero aún así tengo que decir que sentó como un jarro de agua fría.
Sin embargo, si lo miramos con perspectiva, vemos que no hemos entrado en el Congreso como representantes de Cantabria, pero sí que hemos conseguido estar en el Gobierno de España, y de alguna forma compensa el mazazo de no haber conseguido el escaño.
¿El equipo ha pensado en alguna estrategia para recuperar la confianza de los cántabros que en algún momento se fijaron en su partido?
Llevamos bastante tiempo trabajando en lo que hemos llamado 'Plan de Futuro para la Cantabria Post-COVID', que consiste en una serie de propuestas que vamos a presentar en el Gobierno de Cantabria en cuanto las tengamos terminadas, previsiblemente el próximo mes. Son propuestas de ámbito autonómico para salir de esta crisis económica que va a venir después de la crisis sanitaria, y sobre todo para que nadie se quede atrás.
En gran medida, queremos que lo que está desarrollando el Gobierno de España se desarrolle aquí también, y no hacer todo lo contrario y aprovechar las competencias autonómicas para volver a cargar el peso de la crisis en los que tradicionalmente la han venido soportando. Son propuestas bastante transversales que tocan varios puntos, como el que puede que sea el mayor problema que tiene ahora Cantabria: el empleo y la industria. El sector secundario y el primario han sido abandonados en Cantabria en beneficio única y exclusivamente del turismo y la construcción.
Estamos en una situación que va a ser muy dura para Cantabria si no ponemos las herramientas para solucionarlo, y tengo la esperanza de que puedan llevar a cabo la mayoría de ellas, o al menos estudien la posibilidad de implantarlas. Así que la estrategia para convencer a la gente de que vuelva a confiar en Podemos será con trabajo duro y constancia, y esta presentación va a ser la primera muestra de ello.
A nivel estatal también ha habido conflictos internos que han dividido al partido, ¿es un mal común en los partidos de izquierdas, como dicen algunos? ¿O hay que intentar quitarse el sambenito?
Creo que pasa en todos los partidos, tanto en los de izquierdas como en los de derechas. Solo hay que ver, si miramos a nivel nacional, las últimas grandes polémicas que ha habido en el PP, en Ciudadanos o en el PSOE. La diferencia es el altavoz que se le da a unos conflictos o a otros... Si, por ejemplo, el último proceso electoral del PP en el que salió elegido Pablo Casado a pesar de haber obtenido menos votos que Soraya Sáenz de Santamaría se hubiese dado en un partido de izquierdas hubiese sido muy diferente. Hemos naturalizado los conflictos internos en la derecha, pero cuando lo hace un partido progresista es un escándalo.
La ultraderecha sigue copando espacios en la vida diaria. ¿Cree que Cantabria puede ser una de las comunidades en las que Vox siga creciendo?
Creo que no, y en gran medida lo creo porque lo que representa Vox en España es el ultracentralismo, pero en Cantabria tenemos un sentimiento muy fuerte hacia la identidad cántabra y eso pelea contra esas propuestas. Así todo, si vemos la evolución de votos que están teniendo esos partidos asusta a cualquier demócrata, sea de izquierdas o de derechas. Pero si estudiamos los movimientos de voto que ha habido, vemos que realmente son votos de personas que ya votaban a la derecha pero se han ido radicalizando. Son votantes del PP o de Ciudadanos que esta vez han decidido dar su apoyo a Vox.
Y está claro que es un problema importante al que hay que dar solución, pero no solo desde los partidos de izquierdas, sino también desde los partidos de derechas. Mirando el ejemplo de otros casos europeos, allí se les enfrenta mientras aquí se buscan alianzas con ellos... Y yo soy de los que piensa que las alianzas con la ultraderecha no llevan a ningún lado bueno, y por desgracia hay muchos políticos conservadores o liberales que están viendo que la ultraderecha es un buen compañero de viaje.
¿Cómo de afectado cree que saldrá Podemos de la gestión de la crisis sanitaria?
Es muy pronto para hacer análisis de cómo se ha vivido esta situación. Al principio todos los medios vendían que España estaba siendo el país más afectado por la COVID-19. Sin embargo., ahora, mirándolo con perspectiva y comparándolo con otros países, nos damos cuenta de que aquí ha habido una respuesta ejemplar. Y yo confío en que la gente se va a ir dando cuenta poco a poco.
Asimismo, confío en que Podemos saldrá reforzado porque la situación económica que vamos a sufrir se está enfrentando de forma ejemplar. Creo que desde Podemos se están haciendo todos los esfuerzos que están en nuestras manos para hacer que nadie se quede atrás, e irremediablemente habrá crisis económica, pero no se va a enfrentar como se han enfrentado otras crisis en este país.
Necesitamos que este problema tan grave que hemos vivido no haga que se pierdan más derechos laborales, que no vuelvan a ser los trabajadores los que tengan que pagar los platos rotos de un problema que no han generado. Estaremos del lado de quienes han hecho que lo que nos ha pasado no se convierta en catastrófico, y ellos son todas esas personas que lo han dado todo para defender a la sanidad pública.