Las primarias del PP amenazan con convertirse en una batalla campal

La guerra fratricida desatada en el seno del Partido Popular de Cantabria no cesa pese a los continuos llamamientos a la calma por parte de los candidatos a las primarias que se celebrarán el 8 de marzo. La lucha por el control interno entre el actual presidente y su número dos ha hecho públicas viejas rencillas y tiene atónita a la militancia, poco acostumbrada a este nivel de violencia verbal y enfrentamiento abierto entre sus máximos dirigentes.

Las votaciones se producirán este próximo miércoles, -en una primera ronda que podría ser definitiva si una de las dos candidaturas consigue sumar más del 50% de las papeletas y logra una distancia superior al 15% con su rival-, pero los nervios en ambos equipos están provocando heridas que serán complicadas de suturar una vez pase el Congreso Regional previsto para el día 25 de marzo.

En las últimas horas, algunos de los compañeros de filas más cercanos al candidato a la reelección, Ignacio Diego, han cuestionado abiertamente el proceso electoral en el seno de su partido. Entre ellos, el portavoz parlamentario Eduardo Van Den Eynde o el exdiputado autonómico Carlos Bedia, que en sus respectivas redes sociales han insinuado alteraciones en el censo y han acusado a la candidatura de la todavía secretaria general, María José Sáenz de Buruaga, de usar la sede como “base de operaciones”, además de contar con el apoyo encubierto de los trabajadores del PP cántabro.

“El día de cierre de las preinscripciones se 'estima' el número en 2.600, y al día siguiente, en el recuento, han crecido 'milagrosamente' hasta casi 3.500”, subrayaba Van den Eynde este fin de semana en un extenso mensaje de Facebook, en el que invitaba a los afiliados a imaginar que “se admitieran preinscripciones con la fecha de ingreso de la cuota posterior a la fecha de presentación”.

También, en esta misma línea, aseguraba que “los correos electorales no llegan a todos los afiliados inscritos, especialmente a aquellos dudosos de apoyar la candidatura que goza de 'especiales simpatías' en la sede, cuyo personal, registros informáticos, censos e instalaciones, controla la secretaria general y candidata”, a la que ha señalado como “desleal y traidora” en varias ocasiones y de forma pública.

Cese de las hostilidades

Ante este panorama, con mensajes cruzados, acusaciones directas, insultos, descalificaciones y disputas entre militantes y cargos medios a través de las redes sociales, el aún presidente ha pedido a los miembros de las dos candidaturas que optan al Congreso Regional -la suya y la de su mano derecha durante más de una década-, que “moderen su discurso” y “cese el enfrentamiento”.

“Parece que nos olvidamos de que somos compañeros y amigos, de que hemos hecho cosas importantes juntos, y de que no hay nada que impida que discrepemos pero tampoco nada que justifique que lo hagamos sin respeto y sin mesura”, ha dicho Diego en un encuentro con afiliados y simpatizantes en Valdáliga.

Además, ha explicado que por eso decidió desde un primer momento no conceder entrevistas a ningún medio de comunicación “ni he contestado a ninguna de las faltas de respeto de las que cada día soy objeto, algunas muy duras y que francamente nunca esperé escuchar”, señalando a María José Sáenz de Buruaga o a Ildefonso Calderón, con el que comparte grupo parlamentario y que fue alcalde de Torrelavega durante la pasada legislatura.

Diego también ha apelado a la responsabilidad de la otra candidata: “Mi propuesta de sentido común, lealtad, verdad... Mi idea de crear un partido de todos y no de unos pocos, que era también su idea hasta hace no mucho tiempo, todo apunta ya a que goza de las preferencias de una amplia mayoría de los militantes”, ha añadido, dándose como vencedor una vez más, en un mensaje que repite desde que se cerrara el censo en los 3.365 afiliados del PP que se han registrado para votar.

Embarrar el terreno

Desde el otro bando, el equipo que acompaña a Buruaga asegura que “lo que no se puede hacer es tirar la piedra y esconder la mano”,  una actitud que consideran que está manteniendo durante todo el proceso electoral el actual presidente del PP cántabro, al que acusan de “embarrar el terreno” mientras reclama sosiego y pide el fin de las “faltas de respeto” entre compañeros.

En declaraciones realizadas a los medios de comunicación antes de participar en el Pleno del Parlamento de Cantabria, el diputado Íñigo Fernández ha considerado que en algunas de estas “agresiones” se ha “llegado demasiado lejos” al haberse “atacado” incluso al personal del propio partido, lo que, a su juicio, supone “traspasar una línea que no debería de haberse traspasado”.

De esta forma se ha referido, sin citarlo expresamente, a los comentarios del portavoz del grupo parlamentario Eduardo Van den Eynde, en los que acusaba a personal del partido de trabajar en favor de Sáenz de Buruaga. Además, ha confiado en que en las primarias del miércoles haya “un voto tan mayoritario a favor del cambio” que permitan cerrar ese mismo día una “etapa agotada”.