A Miguel Ángel Revilla (PRC) le han salido desde hace unos meses dos nuevas 'novias' políticas: PP y Ciudadanos, partidos en la oposición, llevan tiempo tratando de 'cortejar' al presidente de Cantabria con el objetivo de minar su bipartito con los socialistas.
Populares y naranjas han tendido la mano en reiteradas ocasiones al jefe del Ejecutivo autonómico ofreciéndole acuerdos, al tiempo que cargan las críticas por la gestión de la crisis sanitaria en las consejerías dependientes del PSOE.
Y es que a pesar de que durante los meses más críticos de la pandemia la oposición en el Parlamento de Cantabria ha mostrado su apoyo al Gobierno, especialmente en las comisiones de seguimiento de la COVID-19 y con la única excepción de la extrema derecha representada por Vox, lo cierto es que no han faltado los reproches a las medidas impulsadas por el Estado para paliar los efectos del virus a nivel sanitario y económico.
Esta realidad ha generado que los socialistas cántabros hayan sido la diana de las críticas de ambas formaciones, tanto por la gestión del Gobierno central durante el estado de alarma, como por las iniciativas adoptadas por departamentos como Sanidad, Economía, Empleo y Servicios Sociales, en manos del PSOE en la comunidad y fundamentales en la respuesta a la crisis del coronavirus.
Y ello ha venido unido de las advertencias a Revilla sobre el rumbo adoptado por su socio para salir de esta situación crítica. Como ejemplo de ello, la portavoz del PP, María José Sáinz de Buruaga, pidió en abril al líder regionalista que “no fiara” la respuesta de la crisis al PSOE“, que tomara ”las riendas“ y la liderase él mismo. Y una vez pasado lo peor y a las puertas de que se levantara el estado de alarma en Cantabria, la dirigente popular volvió a insistir en su estrategia de cargar contra el ala socialista de la coalición reclamando a Revilla que elevara ”su exigencia“ al Gobierno de Pedro Sánchez por ”el daño“ que, a su juicio, estaba haciendo a la comunidad.
“Le pido que reflexione sobre a qué está llevando a Cantabria su asociación con el PSOE de Sánchez, que burla todos los compromisos con la región y la despacha como una comunidad de segunda”, afirmó la presidenta del PP en una comparecencia.
Y es que los citados compromisos del Estado con la región llevan siendo tiempo motivo de fricción entre regionalistas y socialistas, hasta el punto de que en muchas ocasiones discrepan sobre el análisis de su cumplimiento. Valdecilla, el IVA o las inversiones ferroviarias son asuntos sobre los que Revilla pone el foco una y otra vez señalando a Madrid y que suponen una grieta en la relación con su socio socialista en Cantabria.
Una relación delicada
Una relación que estuvo a punto de estallar por los aires en enero, momento en el que tanto PP como Cs aprovecharon para tender la mano a Revilla, y que finalmente se recondujo con un nuevo pacto entre PRC y PSOE que reforzaba la coalición y que, con una adenda al pacto de gobierno, los regionalistas se comprometieron a apoyar los Presupuestos Generales del Estado y los socialistas a cumplir con las reivindicaciones del PRC para Cantabria. Así todo, este tema sigue coleando y desde la oposición son conocedores de que ahí pueden tener una baza para desgastar al bipartito en la región, abriendo la puerta de nuevo a ofrecer su apoyo al presidente regionalista.
En este contexto, el PP se presentó como “la única alternativa” para Cantabria tras el debate del estado de la región y Ciudadanos, que se ha mostrado menos beligerante con los socialistas tras sus acuerdos con Sánchez en Madrid para las prórrogas del estado de alarma, ha puesto en valor su formación como “necesaria” tras sus “acuerdos con Revilla” en materia presupuestaria para el año que viene.