Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
'Guerra', una mala lectura para sentirte fatal y quizás, cambiar el mundo
Soy de esas personas que figuran en las estadísticas entre las que no leen ni un libro al año. Sin embargo, leo sin parar todo lo que cae en mis manos: artículos, noticias, poemas, instrucciones o prospectos y, bueno sí, algún libro de cuando en cuando.
También voy de cuando en cuando a la peluquería; por eso de mantener la prestancia y de contribuir a mover la economía. Es ahí dónde comienza esta historia.
Ojeando la revista Telva encontré una crítica de Pilar Manzanares sobre el libro al que dedico este artículo: Guerra, de la escritora danesa Janne Teller. Me llamó la atención porque explicaba que su finalidad era hacerte imaginar qué pasaría si dónde hubiera una guerra fuera en nuestro país, en España. Así que salí en su busca.
El libro, editado por Seix Barral, es diminuto. Bien encuadernado y con ilustraciones de Helle Vibeke Jensen. Su texto se lee en quince minutos. Sin embargo, necesité dos semanas. La historia es simple y la redacción, también, en una traducción de Carmen Freixanet. La autora entra en materia desde la cubierta “¿Y si te pasara a ti?” y plantea el texto “Como una invitación a conocer la vida de quien tiene que huir de su país”. Es malo de verdad, porque cuesta digerirlo y se te clava en el alma y en la conciencia.
España entra en guerra
La autora escribió el texto en 2001. Luego lo ha ido adaptando a los países en los que se publica. En España se ha publicado el pasado mes de marzo. En nuestra historia, nos encontramos en guerra con Francia e Italia y tenemos que dejar atrás nuestra casa, familia, trabajo, recuerdos y documentos que demuestran quiénes somos, buscando un sitio seguro al otro lado del Mediterráneo, en el mundo árabe.
Y no puedes evitar imaginarlo, sentirlo. Tengo que huir llevando conmigo “una muda de ropa y un solo objeto personal” - como dice la autora - y pienso ¿Qué me llevo? Tú, ¿qué te llevarías? Esto me angustia y por eso leo poco a poco.
La lectura nos ofrece, además, la visión desde los dos lados. Por una parte, nos hace sentir como los miles de desplazados que deambulan hoy por los perímetros del continente europeo; y, por otra, nos descubre cómo nos ven quienes nos acogen. “No saben árabe y no están acostumbrados a arrimar el hombro. Los refugiados europeos no saben hacer otra cosa que calentar sillas de oficina y mover papeles de un lado a otro. No son útiles en ningún sitio”, porque, no somos así ¿o sí? Y me cuestiono cómo vemos nosotros a los que vienen.
Tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti
En el epílogo que incluye el libro, Teller recuerda dos valores europeos: “Todos los seres humanos nacen iguales” y “Hay que tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti”. La autora expresa su deseo de que el texto “se lea de una forma no politizada, sino como una invitación a adentrarnos en la vida de los otros”.
Mi reflexión es que no debemos pensar solo en los refugiados que están en campos y vemos por televisión, fotos y redes sociales. Sino que les tenemos al lado. Les vemos todos los días. Y quizás podemos contribuir cambiando lo que tenemos cerca.
Durante estos días de desasosiego, @miabuelasabia me envió un tuit: “Ayer era listo, así que quería cambiar el mundo. Hoy en día soy sabio, así que estoy cambiándome a mí mismo” (Rumi, 3 junio) Y me pregunté qué podía hacer y descubrí que este libro tan birria ha cambiado mi forma de mirar porque me ha puesto en la piel de quienes tienen que dejar su tierra. Intento entenderles y comprender sus dificultades en un país extraño.
Será una tontería pero, por primera vez en cinco años que llevan en el barrio, he comprado a una familia pakistaní instalada cerca de mi casa. Me sorprendió su dulzura y amabilidad. También es una forma de mover la economía, repartiendo, no sólo con el comercio de toda la vida. Y mi mirada hacia ellos y todos los extranjeros con los que me cruzo –de otra raza, de otro color, con otro aspecto- ha cambiado, se ha suavizado, porque pienso, como plantea la autora de Guerra ¿Y si el refugiado fuera yo?
Donación a Save the Children
Por último, el libro tiene un precio que no llega a los diez euros, uno de los cuales se destina a la organización no gubernamental Save the Children. Esta entidad es una, entre otras, que ha realizado un video con la misma finalidad que Guerra: intentar que nos sintamos como los refugiados. En este caso, a través de una niña que tiene que abandonar su hogar en Gran Bretaña. Viéndolo es imposible no pensar que puedo ser yo, mi hija o mi hermana.
Este libro tan malo y diminuto sí puede cambiar el mundo. Puede hacerlo si cambia a cada uno como ha conseguido cambiarme a mí.
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