Cantabria Opinión y blogs

Sobre este blog

Humo

Revilla se la tiene guardada a Diego. ¿Seguirá posando el puro “humeante y rechupeteado” en el alfeizar de la ventana del Parlamento? Si es así, propongo a los populares que retomen el asunto para limar asperezas. Puestos a debatir desde lo absurdo hablemos del puro de Revilla, de su trasfondo. Del arrebato de un “pisapuros” que terminó pidiendo disculpas por dejar la colilla en el suelo “de todos” e instaurando una corriente filosófico regionalista que razonó, meditó y reflexionó hasta llegar a la siguiente teoría: “Ignacio Diego no menosprecia al puro sino a su persona”. Una patología de componente político importante.

Cinco años después la herida escuece pero el paro ahoga. Miguel Ángel Revilla e Ignacio Diego no se comunican y el espíritu de la frivolidad que algunos criticaron entonces sigue presente en el hemiciclo. Al presidente le preguntan por el paro, por las medidas para atajarlo y la Cámara se convierte en gallinero. En el escenario propicio para el reproche, para el “y tú más” y la herencia recibida de un ex presidente Diego al que acusa de haber cometido un “fraude” a base de maquillar las cifras. Su rival responde a la “parálisis” de Revilla con otro envite: el de la “desconfianza empresarial”.

A la desconfianza del parado que pide un debate serio, que le den. La altura política que demostraron el pasado lunes huele a humo y es hora de ventilar. De poner los puntos sobre las íes; de ser franco con los 51.399 desempleados que conocen una sola verdad que no miente y que sitúa a Cantabria en posición de descenso. Somos la única comunidad que ha experimentado un incremento del paro interanual. Y el problema es estructural. Así que “tardaremos bastante en salir del agujero”.

Lo dijo Revilla hace unos días, el mismo día en el que la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos, socia de gobierno, lanzaba el mensaje contrario, convencida “de un cambio de tendencia que dará frutos a corto plazo”. Mensaje antagónico que refuerza la teoría de los que se aventuran a hablar de un distanciamiento, una fisura entre el PRC y el PSOE a la hora de comunicar.

Mientras la escena parlamentaria ante un asunto de calado apeste a puro, la falta de respeto seguirá imperando en el sentir de la mayoría. Curiosamente al Partido Popular, su religión, solo le permite atacar al PRC cuando se trata de Cantabria y viceversa. Sin embargo, son capaces de ponerse de acuerdo para aprobar una declaración institucional a favor del pueblo saharaui, sin fisuras, sin remontarse a un pasado y a un presente que debería avergonzarnos como país. Es un ejemplo. Hay muchos más.

Revilla se la tiene guardada a Diego. ¿Seguirá posando el puro “humeante y rechupeteado” en el alfeizar de la ventana del Parlamento? Si es así, propongo a los populares que retomen el asunto para limar asperezas. Puestos a debatir desde lo absurdo hablemos del puro de Revilla, de su trasfondo. Del arrebato de un “pisapuros” que terminó pidiendo disculpas por dejar la colilla en el suelo “de todos” e instaurando una corriente filosófico regionalista que razonó, meditó y reflexionó hasta llegar a la siguiente teoría: “Ignacio Diego no menosprecia al puro sino a su persona”. Una patología de componente político importante.

Cinco años después la herida escuece pero el paro ahoga. Miguel Ángel Revilla e Ignacio Diego no se comunican y el espíritu de la frivolidad que algunos criticaron entonces sigue presente en el hemiciclo. Al presidente le preguntan por el paro, por las medidas para atajarlo y la Cámara se convierte en gallinero. En el escenario propicio para el reproche, para el “y tú más” y la herencia recibida de un ex presidente Diego al que acusa de haber cometido un “fraude” a base de maquillar las cifras. Su rival responde a la “parálisis” de Revilla con otro envite: el de la “desconfianza empresarial”.