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Sobre este blog

Sobre el humor

Cada vez que me asalta una preocupación intento reírme de ella. El humor es un arma poderosa para aliviar el punto de vista, relajar el ánimo y tomar mejores decisiones. Ante una situación difícil el humor equivale a abrir una ventana para que se renueve el aire ya irrespirable de una estancia. La carcajada limpia los pulmones.

A más dificultad, más me río de mí y de lo que me pasa y más brutas son las bromas que me hago. Cuando hay tragedias personales, con enfermedades y muertes de por medio, ya me dejo caer hacia el humor negro, esa forma de llorar y reír al mismo tiempo. El humor no hace desaparecer los dramas pero los aligera, les quita fuelle. Ante la muerte y la enfermedad cabe el dolor, sí, pero también el humor. Me río, sobre todo, de mis miedos, de mis problemas, de mis pequeñas hipocondrías, de la nada que acecha.

Reírme de las tragedias, los miedos y los problemas de los demás ya me interesa menos y, cuando lo hago, es porque los dramas de los otros me angustian verdaderamente a mí y, al reírme de ellos, obtengo alivio. Ojalá pueda reírme de mi muerte cuando mi muerte llegue, o de las enfermedades a las que me enfrentaré. De momento me río de la única gran pérdida que he tenido y no por reírme de esa pérdida le resto importancia o echo menos de menos a la persona que se fue. Diría que es justo al revés, diría que la risa me ayuda a pinchar una burbuja llena de dramatismo y oscuridad y que gracias a ello me acerco con mucha más precisión a la verdad de quien estuvo y ya no está.

Cada vez que me asalta una preocupación intento reírme de ella. El humor es un arma poderosa para aliviar el punto de vista, relajar el ánimo y tomar mejores decisiones. Ante una situación difícil el humor equivale a abrir una ventana para que se renueve el aire ya irrespirable de una estancia. La carcajada limpia los pulmones.

A más dificultad, más me río de mí y de lo que me pasa y más brutas son las bromas que me hago. Cuando hay tragedias personales, con enfermedades y muertes de por medio, ya me dejo caer hacia el humor negro, esa forma de llorar y reír al mismo tiempo. El humor no hace desaparecer los dramas pero los aligera, les quita fuelle. Ante la muerte y la enfermedad cabe el dolor, sí, pero también el humor. Me río, sobre todo, de mis miedos, de mis problemas, de mis pequeñas hipocondrías, de la nada que acecha.