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¿Ibiza del norte? No, gracias

Santander —

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Se llama AB capital, es una asesoría financiera con sede en Palma de Mallorca a la que todo parece apuntar que le importa un bledo Cantabria y su población ya que pretende artificializar unos emblemáticos terrenos costeros de gran riqueza natural en Ribamontán al Mar, entre Loredo y Langre, convirtiéndolos en un gran complejo turístico ligado a un campo de golf para lucro de unos pocos.

Su objetivo declarado es, como han afirmado ante algún medio de comunicación, “convertir Cantabria en la Ibiza del Norte” y comienzan para ello construyendo un hotel, unas 350 viviendas de segunda residencia y una zona comercial. Todo ello ligado, cómo no, a un campo de golf, infraestructura que es ya símbolo del despilfarro de recursos hídricos y del pelotazo urbanístico. Dicen contar con el beneplácito del alcalde regionalista de Ribamontán al Mar, Francisco Asón, en lo que sería el arranque de la urbanización de los 640.000 metros cuadrados que posee el ya extinto Grupo Bolado entre Langre y Loredo, en terrenos calificados según el Plan de Ordenación del Litoral como de zona de Protección Litoral (PL) y zona de Ordenación Ecológica Forestal (OEF).

Pero, ¿son conscientes de lo que significa “convertir Cantabria en la Ibiza del Norte”? ¿Pretenden condenarnos a la sobresaturación y degradación ambiental? Ibiza y Formentera —'Las Pitiusas'— recibieron en 2023 un total de 3.712.160 turistas, según los datos del Institut d'Estadística de les Illes Balears, mientras que su población residente es de alrededor de 172.867 personas según el INE. Hagan cuentas de cómo se las pueden apañar en lo que respecta a servicios en una isla en la que se ha urbanizado casi un millón de metros cuadrados anuales durante los últimos seis años. ¿Tal vez quieren que Ribamontán al Mar sufra el impacto en la calidad de vida de los residentes que sufre Ibiza, donde el coste de la vida ha convertido a Islas Baleares, incluida Ibiza, en uno de los lugares más caros de España, un 2,3% por encima de la media nacional? ¿Pretenderán que consideremos atractivo el deterioro del patrimonio cultural, el insoportable ruido, los comportamientos incívicos, la criminalidad, los problemas de tráfico y aparcamiento, etc. que han hecho que en Ibiza el turismo masificado sea hoy un verdadero problema que convierte la isla en invivible para sus habitantes?

Presentistas ecocidas de todo pelaje empezarán ahora con la cantinela habitual en el pensamiento marrón —insensible al medio ambiente— y cortoplacista que nos ha llevado donde estamos: que si crea puestos de trabajo, que si no se puede negar el progreso, que si el turismo nos da de comer… Por fortuna, estoy segura de que vamos a ser más quienes exijamos al Gobierno de Cantabria que actúe y al Ayuntamiento de Ribamontán al Mar que haga su trabajo y cuide nuestro patrimonio común, que no vendan, ni uno ni otros, un paisaje, flora y fauna que es todas y todos, de quienes estamos y de quienes vendrán, al turismo depredador.

Ibiza es el espejo en el que mirarse para decir no a un modelo económico ya caduco que da muestras de su nocividad cada vez en más lugares: las siete islas canarias vivieron, sin ir más lejos el pasado abril, manifestaciones con el lema “Canarias tiene un límite”, denunciado ese modelo económico basado en el turismo de masas que condena a la ciudadanía local a trabajos precarios, agrava la crisis de la vivienda y destruye los ecosistemas y su biodiversidad. Mañana podría ser Cantabria la que muera de éxito.

Haciendo gala de su enraizamiento en Cantabria y sus movimientos sociales, ha sido Cantabristas, un partido joven y comprometido con la comunidad, quien ha destapado la posible operación y sus potenciales riesgos para el medio ambiente y el bienestar comunitario. Así, han exigido al Gobierno de Cantabria que proteja la zona, desplegando en la isla de Santa Marina una inmensa pancarta con el lema “Cantabria se defiende. Salvemos nuestra costa” y convocando una movilización este próximo sábado 18 de mayo en la zona afectada que cabe esperar que obtenga un fuerte apoyo y que recuerda a aquellas movilizaciones, encabezadas por el movimiento ecologista, que en los años 80 protegieron la zona de Oyambre de la voracidad especulativa, consiguiendo que aún hoy podamos disfrutar de su esplendor natural gracias a que entonces lograsen su declaración como Parque Natural .

Bien cerca, en San Vicente, y al igual que en Laredo, por citar dos ejemplos, la población se multiplica por cuatro en temporada alta, lo que significa que los servicios quedan en chasis. Sube la población visitante y sube la población autóctona precarizada contribuyendo a un país de camareros/as donde la precariedad y la explotación es la ley y donde en temporada baja el paro aumenta sin control.

El principio de responsabilidad del filósofo Hans Jonas dice que hoy es más necesario que nunca considerar como objeto de la ética la dignidad de la vida humana, el futuro remoto y garantizar la existencia de las generaciones venideras. Tenemos el deber de preservar nuestros espacios naturales como Loredo y Langre y no permitir que se exploten y deterioren, sacrificados en el altar del presente, para beneficio de unos pocos.

Se llama AB capital, es una asesoría financiera con sede en Palma de Mallorca a la que todo parece apuntar que le importa un bledo Cantabria y su población ya que pretende artificializar unos emblemáticos terrenos costeros de gran riqueza natural en Ribamontán al Mar, entre Loredo y Langre, convirtiéndolos en un gran complejo turístico ligado a un campo de golf para lucro de unos pocos.

Su objetivo declarado es, como han afirmado ante algún medio de comunicación, “convertir Cantabria en la Ibiza del Norte” y comienzan para ello construyendo un hotel, unas 350 viviendas de segunda residencia y una zona comercial. Todo ello ligado, cómo no, a un campo de golf, infraestructura que es ya símbolo del despilfarro de recursos hídricos y del pelotazo urbanístico. Dicen contar con el beneplácito del alcalde regionalista de Ribamontán al Mar, Francisco Asón, en lo que sería el arranque de la urbanización de los 640.000 metros cuadrados que posee el ya extinto Grupo Bolado entre Langre y Loredo, en terrenos calificados según el Plan de Ordenación del Litoral como de zona de Protección Litoral (PL) y zona de Ordenación Ecológica Forestal (OEF).