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Juntos hacia el cambio

Cuarenta años después de las primeras elecciones democráticas municipales, que se celebraron el 3 de abril de 1979, Santander es la única capital donde nunca se ha producido un cambio de gobierno.

La alternativa y la alternancia política no han sido posibles en una ciudad que necesita, hoy más que nunca, hacer posible ese cambio para que Santander vuelva a ser la ciudad de esperanzas compartidas que atrajo a tanta gente en busca de oportunidades. Y no la ciudad de la que se marchan hoy nuestros jóvenes por no poder vivir y trabajar aquí.

Un cambio para que Santander recupere su identidad y proteja su patrimonio. Un cambio para que Santander defienda su historia y potencie la cultura. Un cambio para que Santander apueste porque el deporte o las tradiciones sean parte del paisaje local, para consolidar derechos para los mayores y dar oportunidades a los jóvenes. Un cambio para que Santander haga de la innovación, del talento, el emprendimiento y la industria los motores del crecimiento. 

Todo ello queremos hacerlo juntos. Juntos y juntas hacia el cambio. Incorporando a este proyecto colectivo a todos aquellos que quieran aportar ideas y propuestas para mejorar Santander desde la participación vecinal, la transparencia y la gestión eficiente de los servicios públicos. 

Juntos hacia el cambio, como una oportunidad para avanzar y garantizar el futuro de la ciudad que tiene como retos prioritarios la elaboración de un PGOU en el que se apueste por la regeneración y la rehabilitación urbana frente a modelos donde se prima la especulación, y la protección de la bahía y del entorno natural privilegiado que rodea al centro urbano de la ciudad. Una apuesta de futuro que pasa irrenunciablemente por la sostenibilidad. 

Un futuro para dejar a las próximas generaciones una ciudad mejor. Con valentía, innovando y apostando por la ecología y el urbanismo sostenible que se están implantando en las ciudades más avanzadas del mundo, y también con responsabilidad, sentido común y con respeto al pasado y al presente que nos ha hecho llegar hasta aquí, un patrimonio urbano y paisajístico de incalculable valor. 

Para lograr ese cambio, tenemos que hacer que los barrios sean el centro de la política. Dinamizándolos con más actividades culturales, sociales y deportivas, nutriéndolos de vida. Y tenemos que hacer que las personas sean la prioridad de los políticos. Para que tengamos mayor protección social, vivienda pública, alquileres sociales para jóvenes, aulas gratuitas de 0 a 3 años para nuestros niños y niñas, atención a nuestros mayores, formación para el empleo, becas para el deporte...

Nuestra ciudad tiene el próximo 26 de mayo una oportunidad histórica de avanzar si lo hacemos entre todos, contando con todos, sumando a todos, para hacer el Santander que queramos que sea en los próximos años. 

Ha llegado la hora de que Santander deje de ser la única ciudad donde nunca ha cambiado nada. Quedan solo 50 días para hacerlo posible, para que llegue ese cambio tan necesario. Quienes han gobernado siempre ya han demostrado que no han sido capaces de dar respuesta a los problemas de las gentes de Santander. 

Las opciones están claras, o elegimos entre el cambio que proponemos o la continuidad que ofrecen ellos. Entre el progreso social  o la desigualdad que ha perpetuado la derecha. Entre un futuro de oportunidades o un modelo arrastrado por la inercia, sin proyectos ni modelo de ciudad.

Hagámoslo posible, hagámoslo real, con compromiso, con convicción, con participación. Hagamos que Santander sea una ciudad donde poder vivir y trabajar.

Cuarenta años después de las primeras elecciones democráticas municipales, que se celebraron el 3 de abril de 1979, Santander es la única capital donde nunca se ha producido un cambio de gobierno.

La alternativa y la alternancia política no han sido posibles en una ciudad que necesita, hoy más que nunca, hacer posible ese cambio para que Santander vuelva a ser la ciudad de esperanzas compartidas que atrajo a tanta gente en busca de oportunidades. Y no la ciudad de la que se marchan hoy nuestros jóvenes por no poder vivir y trabajar aquí.