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Presupuestos Generales de Cantabria 2019 (II)

Continuando con el análisis sobre el realismo de los Presupuestos Generales de Cantabria (PGC), y una vez estudiada la ejecución de los ingresos en los presupuestos de los años recientes, resulta pertinente realizar un cuestionamiento análogo de los gastos del Gobierno de Cantabria. Conviene recordar, y más en año electoral, que lo que tiene un impacto real sobre la situación socioeconómica de Cantabria son las ejecuciones de gasto y no los meros anuncios presupuestarios. Por ello es necesario determinar de qué manera lo que nos anuncian con la aprobación de los PGC se puede acercar a gastos e inversiones que sean una realidad a lo largo del ejercicio presupuestario. Con el análisis de los ingresos ejecutados se pudo ver que no se alcanzaba el nivel de ingresos presupuestados, por lo que es lógico pensar que esas ausencias de ingresos se reflejen en ejecuciones reales de gastos significativamente inferiores a las presupuestadas y anunciadas.

Acudiendo al estudio de los PGC de ejercicios previos ya cerrados, en concreto al del año 2017 que es el más cercano en dicho sentido, se observa que la ejecución del gasto público difirió significativamente de lo presupuestado. En concreto, se ejecutaron 84,8 millones de euros menos de lo aprobado en los presupuestos de ese año. En el gráfico 1 se muestra, además, que dicha ejecución fue asimétrica según el capítulo presupuestario considerado. Únicamente en el capítulo de personal y de pasivos financieros se ejecutó lo presupuestado, incluso un 2% más en el primer capítulo. Las transferencias corrientes, con una ejecución del 99% se acercaron en su ejecución de manera razonable a lo presupuestado. Sin embargo, en otros capítulos hubo una ausencia de ejecución notablemente diferente a la presupuestada, siendo especialmente perjudicial, en términos socioeconómicos para Cantabria, la deficiente ejecución presupuestaria en los capítulos de inversiones y de transferencias de capital. En el caso de las inversiones se dejaron sin ejecutar el 27% de las previstas (43,7 millones de euros) y en el de las transferencias de capital quedaron sin ejecutar el 13% (11,5 millones de euros).

Un patrón que no es exclusivo del año 2017 y se repite a lo largo de la presente legislatura, llegando incluso a agravarse a lo largo del año 2018 cuando al cerrar octubre, y a falta de dos meses para finalizar el año, únicamente se había ejecutado el 37% de las inversiones presupuestadas. Lo que hace muy complicado que se vayan a ejecutar en estos dos meses los 115 millones de euros restantes presupuestados para inversiones que todavía no han salido del cajón de las consejerías. Es altamente probable que buena parte de dicho capítulo presupuestario quede nuevamente sin ejecutar con el consiguiente perjuicio para la economía de Cantabria.

 

Gráfico 1. Gastos del Gobierno de Cantabria ejecutados en millones de euros (en gris, eje izquierda) y porcentaje de gastos ejecutados sobre presupuestados (en rojo, eje derecha) en 2017, por capítulos presupuestarios

 

Si en lugar de poner el foco del análisis en los capítulos presupuestarios se pone en las secciones del PGC se pueden obtener otras interesantes conclusiones complementarias. Por ejemplo, los gráficos 2 y 3 muestran, respectivamente los gastos del Gobierno de Cantabria presupuestados y ejecutados por sección y la relación porcentual entre estas dimensiones. Dichos gráficos dan una idea, por una parte, del peso absoluto y relativo de cada una de las secciones presupuestarias sobre el total del presupuesto y, por otra parte, del grado de ejecución que se ha producido en cada sección.

Las secciones relativas a sanidad y el Servicio Cántabro de Salud (SCS), educación, cultura y deporte y deuda pública son, con diferencia, las que concentran una mayor parte del presupuesto y de su ejecución. Entre estas secciones abarcaron prácticamente dos terceras partes del gasto ejecutado por el Gobierno de Cantabria en 2017, en concreto el 67,6%. Por otra parte, cerca de una ejecución de 200 millones de euros se encuentran los gastos dedicados al Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS) y a la denominada “macroconsejería” que se ocupa de universidades, investigación, medio ambiente y política social. Y por debajo de 100 millones de euros se situó la ejecución del resto de secciones presupuestarias.

En cuanto a la ejecución porcentual de gasto en relación a lo presupuestado, se observa que, generalmente, se han producido incumplimientos significativos en la ejecución situándose esta por debajo del nivel previsto inicialmente. Únicamente hay tres excepciones a esta tendencia: sanidad y SCS, educación, cultura y deporte y el Parlamento de Cantabria. De hecho, en el caso de las secciones de sanidad y el SCS y de educación, cultura y deporte la ejecución ha sido un 2% y un 3%, respectivamente, superior a lo presupuestado. Debido principal, aunque no únicamente, a la insuficiente dotación presupuestaria para los pagos por medicamentos y las remuneraciones de los profesionales sanitarios y docentes. Algo que va camino de convertirse en una mala práctica crónica en la elaboración de los PGC y que debiera resolverse ajustando al alza, a las necesidades reales, las cantidades presupuestadas para tales fines.

En el resto de secciones se produjeron insuficiencias de ejecución. Estas fueron desde casos no preocupantes, como pudiera ser el de la sección de economía, hacienda y empleo (98%), hasta casos en los que las deficiencias en la ejecución han ocasionado graves perjuicios en términos socioeconómicos en Cantabria como los ocurridos en el Servicio Cántabro de Empleo (SCE), con solamente un 77% de ejecución; obras públicas y vivienda, con un 81%; e innovación, industria, turismo y comercio, con un 85% de ejecución. Traduciéndolo a dinero que se presupuestó pero no llegó realmente a la economía de la manera en que se prometió y, por lo tanto, no tuvo impacto en la creación o mejora del empleo, la intensificación en términos de I+D+i, el cambio y modernización en la estructura productiva o la mejora de infraestructuras, el SCE presentó una deficiencia de ejecución de 21 millones de euros, la consejería de obras públicas y vivienda otra de 17 millones y la de innovación, industria, turismo y comercio otra de 11 millones.

Pero no solo el empleo se vio afectado por estas carencias en la ejecución presupuestaria del Gobierno de Cantabria, también la política social las sufrió. Por ejemplo, el programa de políticas sociales de la “macroconsejería” se ejecutó por debajo del 80% y el ICASS dejó sin ejecución 17 millones de euros, afectando esta deficiencia de manera muy intensa al programa de promoción de la autonomía personal y atención a la dependencia.

Gráfico 2. Gastos del Gobierno de Cantabria presupuestados (en gris) y ejecutados (en rojo) en 2017 (en millones de euros), por secciones presupuestarias

 

Gráfico 3. Porcentaje de gastos del Gobierno de Cantabria ejecutados sobre presupuestados en 2017, por secciones presupuestarias

 

En síntesis, dadas las significativas diferencias entre lo que se aprueba en los PGC y lo que finalmente se ejecuta, resulta razonable dudar, en base a la experiencia reciente, del realismo de las propuestas que contienen los PGC. Al menos de buena parte de las mismas. La deficiente técnica presupuestaria del Gobierno de Cantabria, como se pudo observar en el análisis previo de los ingresos, provocó un incremento del endeudamiento y, además, una menor disposición de recursos en relación a los planificados. De dicha falta de ingresos ejecutados, así como de la negligente planificación del gasto, se derivan las importantes desviaciones identificadas en la ejecución presupuestaria que, y esto es lo relevante, han tenido y tienen importantes consecuencias negativas para Cantabria en términos de empleo y cohesión social.

Continuando con el análisis sobre el realismo de los Presupuestos Generales de Cantabria (PGC), y una vez estudiada la ejecución de los ingresos en los presupuestos de los años recientes, resulta pertinente realizar un cuestionamiento análogo de los gastos del Gobierno de Cantabria. Conviene recordar, y más en año electoral, que lo que tiene un impacto real sobre la situación socioeconómica de Cantabria son las ejecuciones de gasto y no los meros anuncios presupuestarios. Por ello es necesario determinar de qué manera lo que nos anuncian con la aprobación de los PGC se puede acercar a gastos e inversiones que sean una realidad a lo largo del ejercicio presupuestario. Con el análisis de los ingresos ejecutados se pudo ver que no se alcanzaba el nivel de ingresos presupuestados, por lo que es lógico pensar que esas ausencias de ingresos se reflejen en ejecuciones reales de gastos significativamente inferiores a las presupuestadas y anunciadas.

Acudiendo al estudio de los PGC de ejercicios previos ya cerrados, en concreto al del año 2017 que es el más cercano en dicho sentido, se observa que la ejecución del gasto público difirió significativamente de lo presupuestado. En concreto, se ejecutaron 84,8 millones de euros menos de lo aprobado en los presupuestos de ese año. En el gráfico 1 se muestra, además, que dicha ejecución fue asimétrica según el capítulo presupuestario considerado. Únicamente en el capítulo de personal y de pasivos financieros se ejecutó lo presupuestado, incluso un 2% más en el primer capítulo. Las transferencias corrientes, con una ejecución del 99% se acercaron en su ejecución de manera razonable a lo presupuestado. Sin embargo, en otros capítulos hubo una ausencia de ejecución notablemente diferente a la presupuestada, siendo especialmente perjudicial, en términos socioeconómicos para Cantabria, la deficiente ejecución presupuestaria en los capítulos de inversiones y de transferencias de capital. En el caso de las inversiones se dejaron sin ejecutar el 27% de las previstas (43,7 millones de euros) y en el de las transferencias de capital quedaron sin ejecutar el 13% (11,5 millones de euros).