Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Pulse o diga “uno”
Una de mis primeras actividades del año ha sido ayudar a mi madre a obtener cita previa para renovar el DNI y les aseguro que no ha sido hazaña pequeña para ser las primeras horas activas del 2017.
Vaya por delante que valoro el afán de ayudar al ciudadano que, en realidad, encierra todo el proceso y admito que hace algunos años este trámite era interminable con esperas inaceptables y horas muertas hasta que te grapaban aquel “papelito” que legalizaba tu situación porque certificaba que la renovación estaba en trámite.
Pero confieso que me cuesta acostumbrarme a estos modernos procesos. Cuando ponen en Carrefour esa cola única interminable, apenas he terminado de desbarrar cuando, para mi asombro, la fila ha ido tan rápido que ya me toca acceder a la caja.
Así que imaginen cuando sobre las 9:30 de la mañana me armo de paciencia y agarro el teléfono para evitarle el mal trago a mi madre. Naturalmente, lo primero que me dice una voz enlatada es que ese ya no es el número para efectuar el trámite, sino que debo llamar a otro que está activo desde marzo. Seguro que no es verdad, pero detecto una especie de sorna en ese “desde marzooo”, y mis neuronas, que no mis oídos, entienden: “Jódete y vuelve a la casilla de salida”.
Por fin con el número correcto, la nueva voz metalizada desglosa un amplísimo catálogo que incluye prácticamente todas las lenguas de la creación para ofrecerme el servicio. Ganas me dan de solicitar que me atiendan en arameo, pero ya estoy tentando demasiado a la suerte.
A partir de este punto, cada frase del contestador termina siempre con la coletilla: “Diga o pulse uno si es que sí o diga o pulse dos si es que no”. Ha pasado media mañana y se me ha metido en el cerebro hasta tal punto, que cada vez que me dirijo a mis hijos, les digo que recojan su habitación y pulsen uno o que vayan a por el pan y pulsen dos.
Después de sus buenos veinte minutos consigo por fin la ansiada cita entre síes, noes y frenéticas pulsaciones, pero como soy de los que no escarmientan respondo uno o pulso que sí cuando me pregunta si quiero que me confirmen la cita en el móvil. Aquí llega la traca final cuando le recito una por una las cifras y me responde más o menos que muchas gracias por llamar desde Teruel y la voz se despide cálida y casi insinuante.
De verdad que agradezco los intentos de ayuda al ciudadano en la resolución de trámites, pero escuchando y leyendo a los agentes sociales que este año el gran desafío es la creación de empleo, me acabo poniendo de mal humos. Primero porque no dicen “desafío” sino “apuesta”. “Nuestra gran apuesta es luchar contra el paro”. Y yo me digo a mí mismo que para apostar uno se va al casino.
Se me ocurre que, en el loable empeño de ayudar al ciudadano, doble podría ser esta ayuda si al otro lado del teléfono hubiera un ser un poco más humano al que le pudiéramos decir: “hola”, “gracias”, “hasta luego”, en lugar de decir “sí” o pulsar uno. Pero quién sabe, quizá acabaría desbarrando como en la cola del Carrefour mientras la telefonista me llamaba la atención: “caballero, ¡que es para hoy!”
Una de mis primeras actividades del año ha sido ayudar a mi madre a obtener cita previa para renovar el DNI y les aseguro que no ha sido hazaña pequeña para ser las primeras horas activas del 2017.
Vaya por delante que valoro el afán de ayudar al ciudadano que, en realidad, encierra todo el proceso y admito que hace algunos años este trámite era interminable con esperas inaceptables y horas muertas hasta que te grapaban aquel “papelito” que legalizaba tu situación porque certificaba que la renovación estaba en trámite.