Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Secretos
La transparencia es, en estos tiempos que corren, una exigencia. Hay que mostrar todo lo que hay porque se presupone que nada bueno se puede ocultar tras un secreto. Debemos ser cristalinos, diáfanos, sin rincones oscuros, sin penumbras, sin sombras, sin misterios.
Tras la demanda de transparencia lo que hay es siempre una falta de confianza. El que confía no necesita que todo se le muestre. Nuestra sociedad no confía y por eso demandamos una necesaria transparencia en la gestión pública. Nadie se fía de nadie y como consecuencia no permitimos que nada se oculte. Y con razón.
En el ámbito privado, en cambio, las cosas debieran ser distintas. Ante tanta transparencia conviene reivindicar el secreto como una herramienta para que, sin el peso del juicio de los demás, el yo se expanda libremente. El secreto es un espacio para la exploración y la libertad, el lugar suceden las cosas que no podrían ser de otra manera. El secreto es raíz para la creación artística. La sombra lo llena todo de matices y da sentido a la luz. Los secretos son necesarios, imprescindibles. Secretos de acción unas veces, casi siempre de pensamiento. Secretos que no se cuentan a nadie. Secretos que nos cuentan y que guardamos con cuidado porque dos personas que comparten un secreto acaban unidas por un vínculo exclusivo y verdadero.
Nadie se puede mostrar totalmente ante todo el mundo. Hay que reivindicar, como dicen los epicúreos, el derecho a vivir ocultos, a no decir todo lo que pensamos, a reservarnos nuestra opinión, a no explicar todo lo que hacemos. No se puede saber todo de alguien. El otro siempre oculta cosas. Da igual que el otro sea madre, hija, pareja o amigo. Menos mal. Qué aburrimiento si no fuera así. Todo el mundo tiene secretos, hasta los que dicen que no los tienen. Yo tengo los míos. Pero no los voy a contar aquí.
La transparencia es, en estos tiempos que corren, una exigencia. Hay que mostrar todo lo que hay porque se presupone que nada bueno se puede ocultar tras un secreto. Debemos ser cristalinos, diáfanos, sin rincones oscuros, sin penumbras, sin sombras, sin misterios.
Tras la demanda de transparencia lo que hay es siempre una falta de confianza. El que confía no necesita que todo se le muestre. Nuestra sociedad no confía y por eso demandamos una necesaria transparencia en la gestión pública. Nadie se fía de nadie y como consecuencia no permitimos que nada se oculte. Y con razón.