Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
En silencio
Agosto de 2015. Cantabria pierde 14 millones de euros destinados a contratar a 4.000 parados. Las irregularidades de las corporaciones locales obligan a renunciar a esos cuantiosos fondos procedentes de Europa.
Noviembre de 2015. El delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, asegura que “son pocos los ayuntamientos...”. Yo lo traduzco al cristiano: que han cogido el dinero de todos (los 14 millones restantes que ha aportado el Gobierno de Cantabria), se han limpiado el culo con las bases de la convocatoria y han orquestado una selección a su antojo. Es
decir, a partir de criterios personales que, en época electoral (abril de 2015), se traduce en: puedo dar el puesto a mi simpatizante.
A ese matiz de “no son muchos” el delegado añadía el pasado mes de noviembre “y son ayuntamientos pequeños”. Claro, municipios en los que todo el mundo se conoce y sabe de qué pie cojea su vecino y, por supuesto, todo eso lo sabe también el alcalde. Como ejemplo tenemos el de María que nunca se postraría ante su regidor por un puesto de seis meses desbrozando hierba. Eso también lo sospechaba ese alcalde. Ambos sabían que nunca habían conectado y que, en este caso, la máxima de un empleo, un voto no iba a funcionar en futuras elecciones. María no se codea con los gerifaltes del pueblo. Entonces, ese máximo representante de los vecinos, se sacó de la manga un condicionante para impedirle el acceso al puesto -no importaban las bases- y le dijo a María que no le parecía apropiado que las mujeres de cierta edad (tenía 59 años) cogieran una motosierra para retirar la maleza. La borró de un plumazo. María habló conmigo y el alcalde me lo corroboró, sin pudor. Mi medio lo contó.
¿Pero son pocos pueblos y pequeños? ¿Cuáles son los que han utilizado ese dinero, si lo ha hecho alguno, para sumar un puñado de votos putrefactos? El delegado considera que él no es quien debe dar esa información. Y, en esa vorágine, se llegó a plantear que los contratados podrían verse obligados a devolver el dinero. ¡Su sueldo!
Punto y final. Nadie nos ha explicado nada más. Tampoco a las personas contratadas, a las que esa estúpida posibilidad les puede segui preocupando porque después de seis meses vuelven a estar en paro. Desviada la atención seguimos sin conocer a qué ayuntamientos apunta la Abogacía General del Estado. Todos callan. No sea que haya pocos ayuntamientos pero mucho colorín. Una especie de guerra fría en la que nadie, ni populares, ni socialistas, ni regionalistas sueltan la primera piedra.
La de María solo es una de las muchas irregularidades que han soportado los parados en Cantabria. Y nos las han contado a los periodistas. Las denunció Comisiones Obreras y, finalmente, las reconocen todos. Pero nadie señala, no vaya a ser que se quemen.
Esos ayuntamientos volverán a recibir financiación en 2016 sin que el resto, los que apoquinamos, podamos opinar. Conformémonos con que el actual Gobierno haya decidido otorgar nuevamente la tarea de selección a las oficinas de empleo y no directamente a los ayuntamientos. Pero no nos desviemos. En 2015 se hizo mal, hay responsables y costó mucho dinero.
Agosto de 2015. Cantabria pierde 14 millones de euros destinados a contratar a 4.000 parados. Las irregularidades de las corporaciones locales obligan a renunciar a esos cuantiosos fondos procedentes de Europa.
Noviembre de 2015. El delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, asegura que “son pocos los ayuntamientos...”. Yo lo traduzco al cristiano: que han cogido el dinero de todos (los 14 millones restantes que ha aportado el Gobierno de Cantabria), se han limpiado el culo con las bases de la convocatoria y han orquestado una selección a su antojo. Es