Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Técnicos para lo (im)posible

He leído una entrevista que me tiene fascinado porque concentra bastante de los imaginarios que atentan contra lo público, primero, y contra idea del bien común, después. Un gerente importante en el Servicio Cántabro de Salud se declara en varias ocasiones como “neutral” y lo atribuye al hecho de ser un “técnico”, es decir, un profesional de la salud. Luego arremete contra “el yugo” de los “criterios políticos, sociales y sindicales” que no hacen más que fastidiar las buenas decisiones que tomarían los técnicos si tuvieran vía libre para hacer lo que su 'sabio' criterio determina.
Algunos elementos esenciales que debería tener en cuenta nuestro “técnico” inmaculado: nadie es “neutral” y menos aún por tener un título de la materia relacionada sobre la que hay que tomar decisiones. Todas y todos somos subjetivos, cargamos ideología en la mochila, tomamos decisiones aparentemente “neutrales” lastrados o espoleados por los imaginarios, prejuicios y certezas míticas que conforman nuestra forma de ver y de estar en el mundo. Ser “técnico” no significa nada —aunque puede hacer toda la diferencia si se es consciente del punto del que se parte—. Las mejores decisiones para el bien público las han tomado líderes que nunca hicieron el máster de liderazgo o de políticas públicas y algunas de las medidas más desastrosas han sido aplicadas por quién sabe mucho de un solo tema pero no tiene un marco sociológico, político o, incluso antropológico que le permita “medir” e “interpretar” las necesidades de la sociedad a la que sirve.
Lo posible y técnicamente fácil es concentrar servicios públicos en tiempos de escasez de profesionales, por ejemplo: veinte grandes centros de salud estupendamente dotados a los que todos acudamos en busca de consuelo médico aunque eso suponga, primero, recorrer decenas de kilómetros y, después, industrializar la Atención Primaria hasta límites insoportables. El sistema sería eficiente desde el punto de vista técnico y nefasto desde el punto de vista social. Bajo criterios “técnicos” es probable que no tengan sentido consultorios en municipios con 300 habitantes, pero si queremos una sociedad diversa y un territorio habitado es imprescindible hacer esa inversión de esfuerzos. Esos son criterios sociales que se deben tener en cuenta cuando se gerencia lo público.
Las políticas y la gestión de los servicios públicos no tienen que ver con la eficacia técnica (que eso quizá es materia de las empresas que ofrecen seguro de salud con atención a través del teléfono por 30 euros al mes) sino con la idea de Cantabria que se tenga a 50 años, aunque esa idea contenga algunos (im)posibles. Luego, los gerentes, directores generales o directores de oficinas deberán encontrar soluciones técnicas viables para hacer que lo imposible comience a ser realidad. Esos son los criterios políticos.
Las políticas y la gestión de los servicios públicos no tienen que ver con la eficacia técnica (que eso quizá es materia de las empresas que ofrecen seguro de salud con atención a través del teléfono por 30 euros al mes) sino con la idea de Cantabria que se tenga a 50 años
[Y el “yugo sindical”, por cierto, es el que logra que los empleados —incluido el gerente de marras— tenga derechos laborales, pueda librar cuando está enfermo, reciba complementos por los sobreesfuerzos o cuente con una baja remunerada cuando los cuidados toquen de cerca.]
A mí me da pánico cuando lo técnico se siente por encima de lo político o lo social. Si estos últimos fallan, habrá que empujar para que su nivel mejore, pero son los dos últimos los que deben trazar los caminos por los que luego transiten los especialistas. No al revés.
Los técnicos deben evitar que lo político o lo social se equivoquen. Por ejemplo, si un gobierno x quiere dar permisos de construcción en terrenos inundables, los técnicos ambientales y los juristas de esa administración deben hacer todo lo posible para que eso indeseable no ocurra. Si por presión social, un alcalde o un presidente quiere expulsar a cientos de inmigrantes serán los técnicos los que deberán evitar el acto de injusticia, aunque eso pueda poner en riesgo su puesto de empleo.
A veces, el 'silencio' técnico, que ocurre en muchas ocasiones, puede llegar a límites de complicidad criminal. Los sistemas totalitarios han sido alimentados por académicos y técnicos que no solo justificaban atrocidades sino que aplicaban fórmulas de eficiencia que atentaban contra la humanidad. La eugenesia se escudaba en criterios científicos y la conocida como “solución final” no habría sido posible sin muy buenos técnicos en logística, en gestión de recursos o en técnicas de reducción de desechos. Hay técnicos detrás de las políticas de Trump y de las atrocidades de Netanyahu.
Contar con técnicos que postulen “lo posible” no mejora la sociedad. Apoyarnos en técnicos para empujar hacia lo (im)posible es lo que permite mejorar nuestras vidas, construir una sociedad de cuidados, imaginar y caminar hacia un futuro que no consista solo en gestionar los desastres del presente.
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