En Unquera, un pueblo no grande pero muy hermoso, como suele ocurrir en la costa cantábrica, desemboca el río Deva, cosa mucho menos frecuente. Tiene una librería infantil notable, con el descriptivo nombre de Librería Infantil Unquera, y es famoso por el descenso del río en canoa. Y por sus corbatas.
Seguramente por las corbatas le tengo mejor fijado que a otros en la memoria infantil, porque mi abuelo solía parar allí a almorzar o merendar de camino a Potes. Mi abuelo Jesús Ortiz tenía coches de línea, como el de la foto, que iban desde la plaza de las Estaciones, en Santander, hasta Espinama, en lo más profundo de Liébana, y varios hombres de confianza atendiendo el negocio en puntos intermedios, a los que había que visitar regularmente. De ahí mi familiaridad con las corbatas. Prenda que no acostumbra interesarme mucho, con esta excepción: las de Unquera son de hojaldre.
Esto lo cuento por dos razones: una, que no queda rastro de la línea Santander-Espinama y sus puntos intermedios, a pesar de que duró muchos años, sobreviviendo unos cuantos a mi abuelo. Transportó muchísimos paisanos y muchísimas gallinas desfiladero de La Hermida arriba y abajo, con infinidad de ruidosos cambios de marchas y velocidades que en lo llano y derecho (es decir, un momento de vez en cuando) podían superar los 60 km/h.
La otra razón es que ya hace tiempo tenía pensado hablar de Unquera en mi primer artículo de junio. Más concretamente quería hablar de «El Bosque del Álbum» I Encuentro Internacional del Libro Ilustrado 2020 que Peonza se había atrevido a convocar allí. La relación de intervinientes asegura mucho y muy interesante de qué hablar. Y de ello hablaremos cuando se celebre, desde luego, pero como tantas otras cosas de momento está aplazado.
Descolocado por no poder hablar del festival, déjeme que le cuente algo del grupo Peonza, por la misma razón por la que traje aquí los coches de línea de mi abuelo: porque se dice poco de él. Se ha hablado últimamente más porque recibió el Premio Nacional de Fomento de la Lectura 2018, cuando ya llevaba muchos años mereciéndolo.
El grupo está compuesto por maestros y publica la revista del mismo nombre «en torno a ese binomio fantástico que forman los niños y los libros». Es una creación original, por cuyas páginas han pasado los autores más interesantes de la literatura infantil y de los álbumes ilustrados de estas décadas. Y los maestros se han convertido en expertos que no dejan de señalar novedades de importancia ni de recordar lo que corresponda. (Puede consultarse en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes).
Más allá de su mérito, revalidado sin desmayo trimestre tras trimestre, con alguna irregularidad que simplemente evidencia la dificultad de la empresa, lo que más admiración despierta del grupo Peonza es que haya sobrevivido 30 años enteros, dado lo cainita del entorno. Quizá tenga algo que ver que no haya poetas entre ellos, quién sabe si por prudencia elemental o por casualidad simple. También puede ser que la vocación de los maestros, un colectivo que merece un respeto parejo al que sentimos por los sanitarios, incluya un sentido común que no abunda en otros ámbitos: el caso es que ahí sigue, trabajando con discreción, prácticamente el mismo equipo del principio, sin más enmiendas que las impuestas por la biología.
Y esperemos que siga haciéndolo mucho tiempo. Cuando la mayoría de las publicaciones están en manos de grupos internacionales de comunicación, es un consuelo y una esperanza encontrar productos excelentes hechos a partir del amor (a los niños y a los libros, en este caso) y con una sabiduría desarrollada por años de trabajo con ellos.
Sobre este blog
Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
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