Gil rememora el holocausto armenio

La Librería Gil, ubicada en la Plaza Pombo de Santander, acoge este jueves, a las 19.30 horas, una charla titulada 'Reconocimiento del genocidio armenio' que correrá a cargo del historiador Iván Gaztañaga y el escritor Regino Mateo y que tratará sobre el segundo genocidio más estudiado después del Holocausto.

El genocidio armenio se inició oficialmente el 24 de abril de 1915 y significó la deportación forzosa que el gobierno del Imperio Otomano, los Jóvenes Turcos, llevó a cabo con más de un millón y medio de civiles armenios que fueron trasladados –la mayoría murió durante el trayecto por el hambre, enfermedades o agresiones de los oficiales otomanos- fuera de las fronteras de la actual Turquía.

Aunque se recuerde el inicio del siglo XX como escenario de esta masacre ya desde el año 1894, con el reinado del sultán Abdul Hamid II, se comenzaron a suceder las masacres que tenían como objetivo la sublevación de este pueblo cristiano para legitimizar el posterior genocidio.

Después de la rebelión de los Jóvenes Turcos –partido de corte nacionalista que expulsó al sultán Abdul Hamid II en el 1908- y ya iniciada la Primera Guerra Mundial, el nuevo gobierno decidió seguir con la política llevada a cabo por el sultán otomano y comenzó a asesinar y hostigar a la población armenia para desencadenar una sublevación que diera al ejército 'carta blanca' para exterminar a este pueblo.

La población civil que fue deportada murió en su mayor parte. El pueblo armenio tuvo que recorrer largas distancia privados de cualquier tipo de alimento, atacados por las enfermedades y asesinados por el mismo ejército que debía supervisar su traslado a los campos de concentración –se calcula que existieron 26 emplazamientos de este tipo- donde también les esperaba la muerte.

La limpieza étnica se sucedió en los años siguientes por todo el imperio y las cifran manejadas por los distintos historiadores hablan de un millón y medio o hasta dos millones de armenios asesinados. Cifras que el gobierno de Turquía desmiente, como también niega, a día de hoy, que se tratara de un genocidio.