El jefe de Cultura, Educación y Juventud del Ayuntamiento de Santander, Enrique Álvarez, asegura que la tolerancia al Islam es la causa del terrorismo yihadista que está sufriendo Europa. En un artículo de opinión en el periódico del grupo Vocento, El Diario Montañés, bajo el título 'El Islam y el Mal', define la citada religión como “mala y perversa”, y subraya que “urge restaurar la religión de Cristo y limitar al máximo la de Mahoma”.
“No me cansaré nunca de repetir que cualquier concesión hecha a las mezquitas para darles ejemplo de tolerancia, a fin de que los terroristas se aplaquen un poco, constituye un error gravísimo”, sostiene en la tribuna publicada este martes 22 de agosto.
En el texto, Álvarez expresa su rechazo hacia la religión de Mahoma destacando que es “tremendamente insensato reaccionar ante el terrorismo yihadista favoreciendo al Islam moderado en nuestras sociedades”.
“El Islam ha traído al mundo desde el minuto uno hasta el día de hoy, un sinfín de guerras, de odios y de divisiones irreconciliables, tanto en su ámbito interno como en sus relaciones con la cristiandad, a la que por cierto también contribuyeron a envenenar más de lo que ya lo estaba por causa del cesaropapismo”, señala.
El artículo concluye subrayando que “los muertos de Barcelona, París, Londres y los que vengan, habrán derramado útilmente su sangre para el avance del Islam”.
Ante estas afirmaciones, Podemos y el PSOE han manifestado este miércoles a través de un comunicado su “más enérgica condena y oposición”. “Es absolutamente inconcebible que una persona que es miembro del área de acción cultural y de promoción educativa de un ayuntamiento democrático en un país aconfesional emita estas opiniones”, recalcan desde la formación morada.
Así pues, Podemos solicita la destitución del jefe de Cultura. Considera necesario que la alcaldesa, Gema Igual, haga las gestiones oportunas para que Enrique Álvarez deje de ostentar representación en esta área, y que sus “ofensivos comentarios” no menoscaben el trabajo que otros miembros de la Corporación puedan llevar a cabo.
Este partido argumenta que afirmaciones como la de que “el Islam es una religión mala y perversa” constituyen “una flagrante estigmatización e interesada simplificación de la diversidad de un universo cultural que abarca a más de mil millones de personas, algunas de ellas precisamente ciudadanas del Ayuntamiento de Santander”, institución en la que ostenta un cargo el autor de la misma.
“No es el momento de emitir mensajes simples o demagógicos en torno al atentado que fomenten el miedo o el odio al diferente, como sucedió en las épocas más oscuras y desgraciadas de Europa”, señalan desde Podemos.
“Una sociedad madura y democrática debe saber mantenerse en guardia frente a quienes quieren aprovechar el momento para hablar de recortes de derechos y libertades, amparar el racismo o instar al fin de la separación entre religión y Estado”, sentencia la formación morada, ante la afirmación en la que Álvarez asegura que “urge restaurar la religión de Cristo y limitar al máximo la de Mahoma”.
Finalmente, incide en la importancia de “combatir discursos de odio como el del señor Álvarez, que retroalimentan el conflicto social y en última instancia hace el juego a los terroristas”, concluyen desde Podemos Santander.
Por su parte, el portavoz del PSOE, Pedro Casares, ha censurado que la alcaldesa no haya reprobado las críticas al islam vertidas por el jefe del Servicio de Cultura del Consistorio y, en este sentido, ha cuestionado su “indulgente” postura ante unas declaraciones “que alimentan el odio y la xenofobia”.
Para Casares, miembro de la Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez, “la unidad de todas las fuerzas democráticas para combatir la sinrazón y la barbarie terrorista, debe ser también una unión que fomente el respeto a una sociedad plural y diversa, tolerante y respetuosa con la identidad de todas las personas”.
Por ello, para el socialista, “lo que debería haber hecho la alcaldesa es reprobar las declaraciones de un funcionario público que trabaja en este Ayuntamiento en vez de intentar disculparle argumentando que es una opinión personal”.
Delito de odio
Además, la Asamblea Cántabra por las Libertades y contra la Represión (LIBRES) y Pasaje Seguro Cantabria también exigen la destitución de Álvarez y, además, exigen que se investigue “si ha cometido delito de odio”.
Ambos colectivos creen que este tipo de textos y su difusión en un medio de comunicación “instigan el odio y animan a una guerra religiosa propia del medievo y no de una sociedad democrática, laica y plural en la que no hay ninguna religión dominante ni ninguna verdad que imponer por la violencia”.
Aseguran que “nadie se puede amparar en la libertad de expresión para cometer este delito de odio que estigmatiza a colectivos o comunidades enteras y que fomenta las relaciones violentas y excluyentes entre las personas”.
“Opinión personal”
Por su parte, la alcaldesa de Santander ha mostrado “su respeto absoluto a la opinión personal” del jefe de Cultura, y como la suya, la “todos y cada uno de los que quieran expresarla en un medio de comunicación”.
Tras los atentados en Cataluña perpetrados por una célula terrorista vinculada al Estado Islámico, se han sucedido las reacciones xenófobas y racistas hasta el punto de que la policía ha registrado un auge de los ataques islamófobos desde entonces.
En el caso de Cantabria, el grupo de ultraderecha 'Asociación Cultural Alfonso I de Cantabria', ha tratado de sacar tajada de lo ocurrido promoviendo mensajes islamófobos y contra la acogida de refugiados, tachando a los “buenistas” del 'Welcome Refugees' como “cómplices” de los atentados.
Álvarez, reincidente
No es la primera vez que el responsable de Cultura en el Ayuntamiento de Santander escribe un artículo de opinión para este periódico de Vocento que suscita polémica. A raíz de la celebración del World Pride 2017 el pasado mes de junio en Madrid, publicó una tribuna titulada 'Cuando a pensar se le llama odiar'.
En ella acusaba a “defensores y defendidos del lobby LGTBI” de “imponer por coacción de la plebe y por el control de los principales medios de comunicación, su propio pensamiento y su propias fobias”.
Además, aseguraba que la “libertad/diversidad sexual lleva años vindicada, reconocida, instituida y protegida” y sentenciaba que “no hay el menor atisbo de amenaza para ella en el horizonte político ni social”, a pesar de los numerosos casos de agresiones homófobas y transfobas que se suceden a diario.
“La homo y la transexualidad y sus afines están hasta en la sopa, están presentes y normalizadas totalmente, y nos las meten por los ojos a diario en nuestras pantallas”, incidía en el artículo. Seguidamente, llegaba a comparar al colectivo LGTBI con la inquisición y comparaba la fiesta del Orgullo Gay 2017 como “un paseo militar y triunfal” que “ha vencido toda resistencia”.
“Sí, esta ideología ha triunfado, ha arrasado, y nadie puede contradecirla en el ámbito público sin sufrir las consecuencias sociales y jurídicas más desagradables. Eludamos el tópico de «estamos ante una nueva inquisición». Porque ya quisiera la Inquisición Española, incluso en sus mejores tiempos, haber dispuesto de un aparato tan eficaz para aplastar disidentes y uniformar conciencias como el que tiene hoy en sus manos el lobby LGTBI”, recogía el artículo.
Hacía hincapié en que “se ha silenciado, se ha conseguido tapar la boca a todo aquel, del Rey y del Papa para abajo, que se atreva a proponer, sólo proponer, que todavía hay muchos millones de ciudadanos en este país que no están ni pueden estar de acuerdo con esa ideología”.
Finalmente, concluía opinando que “alguien debería decir en público, como una mera opinión más, que estas fiestas del World Pride, sobre todo las de Madrid, son un poquito abusivas y exageradas, ofenden un tantico al buen gusto y agreden una pizca al resto de los ciudadanos”.