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Una joven trans denuncia la persecución de una veintena de adolescentes al grito de “travelo” y “maricón”

Lo que menos imaginaba María (nombre ficticio) cuando arrancó su noche del sábado en Torrelavega era que terminaría huyendo de un ataque tránsfobo solo por ser quien es. Seis chicos, que terminaron convirtiéndose en una veintena, decidieron insultarla y perseguirla durante el transcurso de una fiesta, según ha denunciado la joven.

Rondaba la 1.00 de la madrugada cuando María comenzó a escuchar cómo la llamaban por su 'deadname', -su nombre de nacimiento-, lo que supone un insulto para cualquier persona trans. El impulsor de los descalificativos fue un compañero de colegio, aunque sus acompañantes no dudaron en acompañarlo con insultos como “travelo” o “maricón”.

La incomodidad de la chica fue aumentando a medida que iba percibiendo cómo el grupo de atacantes se iba acercando hacia ella. Ignorarles no hizo que cesasen el acoso y María explotó de rabia. “Cogí una botella y la golpée contra la pared a modo de defensa, pero sin atacarles”, relata la joven. Después dejó la botella en el suelo y decidió abandonar el lugar.

“De repente me gritaron que corriese”, declara María. Al mirar hacia atrás vio a seis personas persiguiéndola. “Tenían intención de pegarme”, afirma. Ella corrió y consiguió salir ilesa del ataque, pero tal y como le contaron sus amigos que se quedaron en el lugar de los hechos, los chicos que la perseguían no eran seis, sino cerca de una veintena. Una vez perdida la pista de María, el grupo de adolescentes pasó a meterse con sus amigos, tal y como detalla la propia joven.

La chica interpuso una denuncia por delito de odio ante la Policía Nacional de Torrelavega. “Un montón de gente se quedó mirando pero nadie hizo nada” cuando se estaba produciendo el ataque tránsfobo, ha lamentado.

Ataque de ansiedad

Este relato fue recibido por la Asociación de Lesbianas, Gais, Transexuales e Intersexuales de Cantabria (ALEGA), a través de un mensaje de texto, que lo han compartido a través de sus redes para denunciar este hecho. “Se vio acorralada, y lo más triste de todo es que solo le ayudaron sus amigos, nadie que vio todo el ataque la defendió”, indica la presidenta de este colectivo, Kiara Brambilla.

Como consecuencia de los hechos, la joven tuvo un ataque de ansiedad y tres días después continúa asustada. “Sigue estando tocada, pero lo que ha demostrado es que es una chica muy fuerte. Se ha atrevido a denunciar el caso y es de admirar porque en muchas situaciones por el susto o por sentirse culpable al final no se denuncia”, comenta Brambilla.

Como cuenta la portavoz de ALEGA, María decidió “visibilizar su caso para luchar contra la transfobia de nuestra sociedad y contra que siga habiendo personas que se vean con el derecho de agredirte y perseguirte por ser quien eres”.

La presidenta de la asociación considera que la aprobación de la Ley LGTBI en Cantabria debe ser “inminente”. “Si esto hubiese ocurrido con la ley en la mano sería diferente, porque en ella se contempla la formación en centros educativos, lo que provoca una mayor sensibilización y menos gente ignorante que agrede”, asegura a este medio.

Además, “la Policía también estaría más formada, porque hay que recordar que aunque en este caso no haya ido a más, sigue habiendo agentes que no contemplan este tipo de agresiones como delito de odio”, concluye la representante de este colectivo en defensa de los derechos LGTBI.