Hace apenas un año ningún ganadero en España había escuchado hablar de la enfermedad hemorrágica epizoótica. Ahora, con una decena de comunidades autónomas reportando numerosos brotes en sus estabulaciones y haciendo recuento diario de las pérdidas de animales, este virus que se propaga por la picadura de unos insectos poco frecuentes en España, que el cambio climático y el movimiento internacional de animales ha permitido ampliar la difusión de estos vectores de contagio, se ha convertido en un tema de conversación constante.
“El primer caso de la enfermedad hemorrágica epizoótica en España se detectó en noviembre de 2022. No tiene alta mortalidad para los animales infectados, es de una gravedad moderada, pero no hay vacunas autorizadas y el único tratamiento es el uso de insecticidas y repelentes en las vacas, en las cuadras y en los medios de transporte donde viajan los animales”, explica a elDiario.es el veterinario Ceferino San Millán, docente en el Centro Integrado de Formación Profesional La Granja de Heras, especializado en la formación de la rama agraria y ganadera.
Y es que esta enfermedad ha atacado especialmente a Cantabria en las últimas semanas, donde la a Consejería de Desarrollo Rural ha detectado centenares de nuevos casos de ganado vacuno afectado en tan solo unos días, con cerca de una decena de animales muertos por las complicaciones derivadas del virus. “Los principales síntomas son las dificultades respiratorias, fiebres o cojeras en las vacas, con semejanzas al virus de la lengua azul, así como abortos, pérdidas de la leche y dificultades para la fertilidad”, confirma San Millán.
En el ganado vacuno, esta enfermedad generalmente se resuelve en un par de semanas, aunque en algunos casos los síntomas pueden agravarse. Por eso, una vez detectada, se recomienda tratar los síntomas para evitar el empeoramiento del estado de salud del animal. También es aconsejable adoptar medidas de lucha contra los insectos, como el empleo de insecticidas y repelentes en animales, instalaciones y vehículos para reducir las áreas de reproducción del mosquito, recoge en su web el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que está tratando de coordinar una estrategia común en todo el país ante el avance imparable de la enfermedad.
En el caso de Cantabria, al igual que en otras comunidades afectadas como Castilla y León, Asturias, Euskadi, Aragón o Andalucía, se mantienen activadas las medidas restrictivas que impone el Plan Nacional Zoosanitario, de tal manera que se limita el movimiento de los animales y se están implementando medidas de desinfección del transporte de animales. Además, ya se han cancelado o suspendido temporalmente algunas tradicionales ferias ganaderas en las localidades donde se han reportado casos de vacas con la enfermedad hemorrágica epizoótica.
El presidente del Sindicato Veterinario de Castilla y León, Manuel Martínez, confirma que los ganaderos se enfrentan a una enfermedad va a suponer la afección de “entre el 10% y el 20% del total de reses”, lo que supondrá sumar “unas pérdidas cuantiosas”. Según insisten todas las fuentes consultadas, “esta enfermedad no es infecciosa para las personas ni repercute en la carne, pero tiene graves consecuencias económicas para los ganaderos”, que han comenzado a solicitar ayudas a las distintas administraciones implicadas para afrontar los cuantiosos gastos del tratamiento veterinario y la pérdida de animales.
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Información elaborada con la colaboración de las ediciones de elDiario.es en Asturias, Euskadi, Castilla y León, Aragón y Cordópolis.