El día a día de un ciudadano cualquiera ha cambiado por completo en apenas dos meses, el tiempo que ha pasado desde que estalló la crisis sanitaria del coronavirus hasta que se han comenzado a dar los primeros pasos de la desescalada en España

De las calles desiertas y los establecimientos comerciales cerrados, con toda la atención puesta en los profesionales sanitarios que hacían frente en primera línea a la enfermedad, al resurgimiento de la vida cotidiana ganada en pequeños gestos ciudadanos

El dolor por las víctimas y sus familiares, así como el miedo por el avance imparable del virus, ha dejado paso progresivamente a las protestas de algunos sectores sociales que han acallado los aplausos de agradecimiento a los trabajadores esenciales