Los trastornos alimenticios van mucho más allá del control del peso corporal. Estas enfermedades, que pueden llegar a provocar la muerte de las personas que las padecen, deben ser cortadas de raíz. Sin embargo, y a pesar de que las nuevas generaciones son las que más información tienen sobre estos problemas de salud, el número de casos ha incrementado en los últimos años y, además, la edad de inicio es cada vez más temprana.
Por ello, María Escorial Briso-Montiano, pediatra y miembro de la Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria de Cantabria, impartió esta semana una conferencia sobre los trastornos alimenticios que se dan en la adolescencia. El evento tendrá celebrado en CASYC forma parte del ciclo 'Educación Familiar en Salud' del Ayuntamiento de Santander, que pretende facilitar consejos para las diferentes etapas vitales de los menores.
Según explica esta experta, diferenciar entre los diferentes trastornos alimenticios que existen es esencial para su detección. La anorexia y la bulimia, eje de la charla impartida por María Escorial, son enfermedades muy diferentes aunque compartan ciertas características. ''La anorexia es la pérdida de peso deseada y mantenida por el paciente. Esto conlleva la distorsión de su imagen corporal, por lo que tienen la necesidad de perder peso aunque tengan una delgadez extrema'', explica la pediatra en conversación con eldiario.es.
''La bulimia, en cambio, se da en personas con un peso normal o incluso con sobrepeso. Ellos mismos se ven impulsados a comer de manera excesiva en poco tiempo, y luego intentan compensarlo con prácticas de riesgo como la provocación de vómitos o el uso de laxantes'', aclara.
''Hay síntomas que son muy típicos pero nada precoces. Por ejemplo, la amenorrea -ausencia de menstruación- en la anorexia, o la alteración del esmalte dental en la bulimia'', desvela Escorial. No obstante, lo peor de estas enfermedades no son sus síntomas como tal, sino los graves problemas de salud que derivan de ellos, puesto que en algunos casos provocan la muerte del enfermo. Escorial manifiesta que ''el 20%, es decir, uno de cada cinco enfermos, muere por las complicaciones en la enfermedad'', y que ''otra de las importantes causas de muerte es el suicidio''.
La pediatra dice que ''la anorexia no solo modifica los mecanismos digestivos, sino también los mentales, ya que la preocupación por perder peso ocupa la mayor parte de su tiempo. Además, supone en el paciente otros trastornos como la ansiedad o la depresión''. Por su parte, la bulimia deriva en ''enfermedades urinarias y respiratorias'', además de ''favorecer el alcoholismo''.
Escorial indica que ''el 55% de los pacientes con anorexia y el 60% de los que padecen bulimia se curan, pero hay que mantener la atención sobre esas personas para que no recaigan''. Además, destaca que ''el resto de los casos se hacen crónicos''. ''En los casos de los pacientes con anorexia no se les puede ayudar si antes no se trata la desnutrición, puesto que dicha desnutrición modifica la forma de pensar y razonar de una persona'', apunta. ''Estas personas normalmente son reacias a pedir ayuda porque niegan la enfermedad'', dice tajante.
Respecto a los tratamientos que se aplican para la cura de estas enfermedades, la pediatra incide en que ''cada persona es un mundo, con un entorno y una situación personal diferente, por lo que el proceso consta de unas pautas y una duración diferente en cada caso''. ''Para ellos es un sufrimiento tener que realizar tres comidas diarias en un centro'', confiesa. Asimismo, añade que ''una persona es ingresada cuando el grado de desnutrición u obsesión por la pérdida de peso pone en peligro su vida''.
Según los datos de Sanidad, el 85% de los casos se inician en edades comprendidas entre los 14 y los 18 años. Escorial asigna este dato a que ''la adolescencia es una época de cambios en la que queremos gustar a los demás, por lo que nos adecuamos al canon que dicta la sociedad''.
Actualmente, este trastorno en los comportamientos alimenticios se da más en mujeres que en hombres ''porque se nos inculca que el canon de belleza es la delgadez extrema'', asegura la especialista. No obstante, ahora también se les está empezando a imponer a los hombres la figura del deportista musculado'', sentencia.
En definitiva, la pediatra insiste en que ''la familia y los profesores de los jóvenes son una pieza clave en la detección precoz de estas enfermedades porque están en continuo contacto con adolescentes. Por ello, Escorial hace hincapié en que ''comer en familia es una de las medidas preventivas más importantes''.