Sayak Valencia habla de feminismo, capitalismo y violencia con la autorización que da hacerlo habiendo nacido en la frontera norte de México y ser mujer, feminista y lesbiana en un país donde se asesina a mujeres con casi total impunidad. También con la legitimidad que le aporta ser doctora en Filosofía, Teoría y Crítica Feminista, poeta, ensayista y dedicarse a dar clases y conferencias sobre feminismo en múltiples universidades europeas. La autora de 'Capitalismo gore' entiende el mundo como un sistema de ansia de enriquecimiento, opresión y patriarcado.
¿Qué relación tiene el capitalismo con la opresión de la mujer?
El capitalismo invade el cuerpo de las mujeres para que trabajen de manera gratuita. Todo el trabajo no pagado lo hacen muchas mujeres desde hace siglos y son explotadas. También el trabajo sexual no pagado es parte de los mandatos del capitalismo y del patriarcado, porque el cuerpo de las mujeres no solo es mano de obra, sino que también es un cuerpo disponible para ser abusado y explotado. Es una relación coyuntural, el capitalismo y el patriarcado se ensañan con el cuerpo de las mujeres para obtener ganancias.
¿Ser una mujer pobre o procedente de un país subdesarrollado acrecienta estos problemas?
No es que sean mujeres pobres de países subdesarrollados, es que son mujeres que están en un grado de subalternización porque esos países fueron conquistados, colonizados y saqueados. Siguen saqueados y eso hace que la gente tenga que irse de esos países porque ya no puede seguir ahí si quiere sobrevivir. Vienen a otros lugares a ser explotadas, porque son consideradas mano de obra barata y su situación provoca las condiciones perfectas de explotación y abuso.
¿Qué papel tiene la violencia? En su libro, 'Capitalismo gore', tiene mucho protagonismo...
Que el capitalismo es gore lo sabe todo el mundo, pero había que ponerle un apellido porque todo lo que no nombramos no existe. Es una manera de decir que es fuerte, espeluznante, que trabaja con el despellejamiento de cuerpos… En la frontera del norte de México, la explotación se da a través de la violencia. La violencia no es solo una herramienta de control político y social, sino que se vuelve una herramienta de trabajo y de empoderamiento de ciertas poblaciones que están minorizadas y desvalidas, pero quieren cumplir con un mandato patriarcal. Entonces, empieza el problema del crimen organizado a volverse una empresa depredadora para el propio país. La violencia como un motor económico. Se rompe entonces con todos los tabúes de la violencia y de la masacre. El capitalismo gore vuelve mercancías a las personas, pero también lleva al asesinato de esas personas.
Mucho del precariado gore del narcotráfico son varones racializados que, en lugar de hacer alianzas con las mujeres o con otros grupos minorizados, se quieren adscribir al proyecto político del neoliberalismo y lo obedecen a punta de pistola. Se piensa que Wall Street no tiene nada que ver con el crimen organizado, pero están bastante conectados. Para poder obtener ganancias y que los mercados financieros legales funcionen, está esta economía de muerte y de crimen.
¿Se puede extrapolar a otros lugares del mundo?
Exacto, no solamente a través de las drogas, sino a través de violencia intimidatoria y otra serie de mercados que en Occidente no se considerarían posibles -porque la lógica occidental está muy enfocada en una idea derecho humanista-. Tomemos en cuenta que la gente racializada, en las excolonias, está haciendo un trabajo de tratar de sobrevivir con esas condiciones atroces en las que se quedan después de los saqueos coloniales y capitalistas. El caso del coltán en Congo o el saqueo de los recursos mineros en México, por ejemplo, también son una serie de violencias económicas muy vinculadas a obedecer al capitalismo contemporáneo.
¿El capitalismo se está viciando de tal manera que llegará a ser insostenible?
El capitalismo tiene varias facetas y en la que vivimos es el neoliberalismo. Ese neoliberalismo se complejiza, se vuelve atractivo y una forma de cultura, no solamente una forma de producción de valor y de dinero. Convierte a los seres humanos en hiperconsumidores que quieren acceder a esta lógica del consumo, del triunfo, del éxito casi inmediato y del enriquecimiento a cualquier precio y no solamente es una forma de economía, sino una forma de socialización y un imaginario cultural y político y social.
Esto se va sofisticando cada vez más y el meollo del asunto tiene que ver con una lógica extractiva, en algún punto no dará más, pero buscará reciclarse. Trabaja a través de la destrucción creativa: para que algo exista y pueda tener beneficios, tiene que destruir a veces a una serie de personas, relaciones o recursos y crea con eso el enriquecimiento de unos pocos.
¿El capitalismo nos deja de tener en cuenta como cuerpos individuales?
El capitalismo estandariza los cuerpos y los vuelve atómicos. Quita la idea de colectividad y de compartir con otros, nos aísla y evita alianzas e insurrecciones, alianzas políticas afectivas y formas de sobrevivir en un espacio que, a veces, solo tiene que ver con el consumo. Y podemos dejar de ser consumidores, porque hay otras lógicas fuera del capitalismo en las que entienden que la única finalidad del mundo no es consumir, ni enriquecerse.
El feminismo es muy pertinente para hacer una crítica anticapitalista, porque a pesar de las diferencias y no estar siempre de acuerdo, los movimientos feministas racializados, blancos, heterosexuales, LGBT, de primer mundo o de todos lados están haciendo una resistencia pacífica y formas de organización política.
¿Qué es la economía feminista?
Pone la vida en el centro y no tanto la muerte, como el capitalismo. Parte de la idea del buen vivir de cada uno, no a través del enriquecimiento y de tener grandes cantidades de dinero, sino cubrir las necesidades que cada uno tiene y hacerlo de manera común. Una economía más de la vida, de las relaciones y de lo colectivo frente a un capitalismo depredador que aísla y que asesina también.
¿Qué alternativas hay al capitalismo?
Hay muchas alternativas al capitalismo. Necesitamos hacer alianzas entre nosotras y otros movimientos sociales, porque parece que el capitalismo se lo comió todo. Hay muchas formas de construcción de otras lógicas, pero no las conocemos y el capitalismo tiene muy buenos publicistas.
¿Se puede ser feminista y de derechas?
No. No digo que no haya disidencias, pero creo que la derecha apoya a sistemas conservadores de opresión del cuerpo de las mujeres y de exclusión de los derechos y garantías de los homosexuales, bisexuales… Y precariza a ciertas poblaciones que explota y exclaviza.
¿Cree que actualmente algunos partidos conservadores apoyan medidas feministas y LGTB para conseguir votos?
Dan un baño feminista a las cuestiones solo para atraer adeptos y subirse a los capitales culturales y simbólicos que el feminismo está desarrollando, pero sin adherirse realmente al proyecto político del feminismo, solo lo usan. Es una visión liberal y capitalista cómo se van apropiando de los lenguajes del feminismo, que son críticos. Los vuelven ortopédicos e institucionales y, por tanto, los desacreditan. Si el feminismo se vuelve de derechas, se va a volver dogma y es, esencialmente, antidogmático.
¿El feminismo ha de ser radical o no será?
Tenemos que hacer una reflexión en torno a qué entendemos por radical. Creo que con el trabajo de despolitización que se ha hecho en muchos países, incluyendo España, piensan que ser radical es ser extremista. Ser extremista es hacer polarizaciones y ser radical es ir a la raíz de las cuestiones, profundizar y ver la complejidad de las cosas. El feminismo es radical en este sentido porque va a las estructuras, al cuestionamiento de la estructura patriarcal. Si no es profundo, no podríamos pensar que es feminismo.
¿Cómo es ser mujer en México?
Depende cuántos privilegios tengas. La sociedad está muy construida en el racismo, el clasismo, los capitales raciales, políticos… Si eres una mujer blanca, heterosexual, casada con un hombre rico, probablemente vivas en un paraíso ajena a la realidad mexicana. Si eres una mujer racializada, pobre, que tiene que trabajar, puedes desaparecer en cualquier momento porque alguien pensó que era buena idea matar a una mujer ese día. Pero es peligroso casi en sí mismo, porque hay un sistema de impunidad político y social de los varones para ejercer violencia contra las mujeres y que nadie haga nada al respecto.
¿Qué supone la liberación de 'la manada'?
Aquí en España se está sentando un precedente terrible con el hecho de que se haya liberado a los violadores de 'la manada', porque podríamos hablar de un efecto llamada a otros violadores para que violen a mujeres. Ya ha habido dos casos más. Tenemos que estar preparadas para evitar que algo que parece lejano, como el feminicidio en México, no se replique en el estado español, porque la justicia (injusticia) patriarcal está diciendo: “Venid a España a violar mujeres porque es gratis y puedes salir completamente impune”. Pero no vamos a dar ni un paso atrás y yo creo que aquí las compañeras feministas tienen que seguir saliendo a la calle porque, si no lo hacen, esto que parece lejano y propio de países atroces, lo van a tener en la cara en los próximos años. Se está sembrando una semilla de autorización a la violencia contra las mujeres.
¿Qué cree que hubiera pasado si los violadores de 'la manada' fueran migrantes?
Les hubieran linchado mediáticamente, les hubieran deportado, les hubieran condenado a penas máximas. Más si hubieran sido migrantes racializados. Todo esto no sucede porque es un sistema en el que están implicadas hasta las instituciones: Hay un guardia civil y un militar y están protegiendo a sus máquinas de guerra y de violencia y criminalizando a la víctima.