La tasa de suicidios entre mayores se disparó un 50% en el primer verano de la pandemia

El suicidio baja en el mundo menos en España en donde ha aumentado y lo ha hecho bastante, sobre todo entre hombres mayores de 65 años. De esta manera se ha pronunciado esta mañana en los cursos de la UIMP en Santander Gonzálo Martínez-Alés, psiquiatra y epidemiólogo, investigador del Programa de Inferencia Causal de la Universidad de Harvard.

Martínez-Alés ha ofrecido los últimos datos recogidos sobre cómo ha influido la pandemia en las tasas de suicidio y lo ha hecho dentro del seminario que significativamente lleva por nombre '¿Qué hacer ante la epidemia de conductas suicidas en los jóvenes?'

Según el también codirector del seminario, mientras la crisis económica de 2008 impactó fuertemente en los grupos más vulnerables, sobre todo inmigrantes, el suicidio durante la pandemia de 2020 empezó a escalar sus cifras a partir del verano, una vez superado el efecto de cohesión social de los primeros meses y cuando las consecuencias entre los más mayores -viudedad, soledad, discapacidad- empezaban a arreciar. Así, durante el verano se constató un 50% más de muertes en mayores de 65 de lo esperable en circunstancias prepandemia.

Si el suicidio se cobra en España al año cerca de 4000 vidas, a razón de unas 300 al mes, durante la pandemia la tasa experimentó un incremento hasta rondar los 400 muertos mensuales, algo atribuible en mayor número a las personas mayores, aunque también se dio un exceso de sucidios entre jóvenes sobre la expectativa de este grupo de edad.

La tendencia actual en el mundo es a la baja, sobre todo por las medidas que se han introducido en países muy poblados como China, India y Rusia. Según Martínez-Alés, la principal medida es restringir el acceso a las armas de los potenciales suicidas, algo que con la restricción al consumo de alcohol, como ocurrió en el pasado en Rusia, tiene efectos inmediatos en los países con elevadas tasas de suicidio.

En sentido contrario se observa una ligera tendencia ascendente en Estados Unidos, en donde el acceso a las armas de fuego está universalizado, algo que puede atribuirse también a la “erosión general de la clase media” como consecuencia de la crisis económica.

En España, se ha pasado de un descenso de las tasas de suicidio en los años 80 por el menor abuso del alcohol y la mejora de la sanidad, entre otras circunstancias, a un incremento que, paradójicamente, no se produjo de forma global durante la crisis de 2008, sino que se ha revelado durante la pandemia de 2020.

El consenso científico es que “con la crisis de 2008 no hubo cambios claros” sobre el volumen de suicidios, algo “sorprendente porque se sabe que el desempleo tiene relación” con los intentos de quitarse la vida. Sin embargo, esto no es aplicable al grupo de riesgo de los inmigrantes, a los cuales sí afectó la crisis de 2008. Junto al desempleo, los recortes en el acceso a este colectivo a la sanidad por el decreto de 2011 conllevaron un aumento de los suicidios.

Con la pandemia de 2020 no se produjo la 'tormenta perfecta' de circunstancias que los expertos barruntaban, alertando de un potencial incremento de suicidios, cosa que no se dio a escala global, pero en España sí. Concretamente, en el verano (período del año propicio para las tentativas de suicidio por regla general), de junio a agosto, se produjo “una subida descomnal” algo que se atribuye al desempleo por el cierre y restricciones que afetaron sobre todo a la industria turística, así como al efecto en los mayores de la pérdida de familiares.

Jóvenes

En España, la principal causa de muertes entre jóvenes es el suicidio. Según datos de los servicios sanitarios, a tenor de las consultas en urgencias por ideación o intento, los casos se han duplicado. La tendencia al alza se empezó a producir en septiembre de 2020, pero los mayores picos se han producido en octubre de ese año y en febrero de 2021, según los datos existentes.