El ajuste laboral firmado por la compañía Altadis con las organizaciones sindicales ha dejado en la calle a casi medio centenar de trabajadores eventuales de la fábrica que la multinacional tabaquera tiene en el municipio cántabro de Entrambasaguas. Estos empleados, que ocupaban sus puestos desde hace más de un lustro, deben dejar paso a las 152 personas que recalarán en la comunidad autónoma a lo largo de los próximos meses procedentes de Logroño, una de las medidas más polémicas de la reestructuración que se ha puesto en marcha.
Este plan de recolocación, que se hará efectivo a partir del 31 de diciembre de este año -fecha prevista para el cierre de la planta de cigarrillos en el polígono de 'El Sequero' de Agoncillo-, conlleva el despido de un grupo de más de 40 personas que desde hace varios años -entre cinco y siete- trabajaban como eventuales en Cantabria. Sin embargo, este colectivo no tira la toalla y tiene previsto incrementar sus movilizaciones en los próximos días con el objetivo de conservar unos puestos de trabajo que desempeñaban con la promesa de integrarse en la plantilla lo antes posible.
Según ha podido saber eldiario.es, el casi medio centenar de trabajadores despedidos por la multinacional en Cantabria ha emprendido acciones legales contra la compañía, en forma de demanda laboral, y este martes mantendrán un encuentro institucional con responsables de la Dirección General de Industria del Gobierno autonómico en busca de una intermediación con la empresa y un mayor apoyo institucional ante una situación que califican de “desemparo”.
De hecho, en declaraciones a este diario, un portavoz del colectivo ha afirmado que se sienten “defraudados” con la dirección de la fábrica y con el comité de empresa, porque durante todo este tiempo les habían asegurado que se incorporarían como fijos cuando se produjeran prejubilaciones o jubilaciones.
“Hemos trabajado sin rechistar, sin poner una pega a nada, esperando año tras año esas jubilaciones que nunca acababan de llegar. Y ahora que por fin llega el día tan esperado, que se crean en Cantabria casi 150 puestos de trabajo, trasladan a la gente de Logroño y esa gran ilusión pasa a ser la peor decepción”, explican.
En esta línea, se muestran muy críticos con la delegación sindical, a la que acusan de haberse “vendido” y “reído” de ellos. “Hemos estado desamparados, sin ninguna ayuda del comité, que no quiere saber nada de nosotros. Hemos sido totalmente invisibles”, denuncian.
Del 'riesgo cero' a los despidos
Los sindicatos habían mantenido en un primer momento que el plan de reestructuración de Altadis no afectaría a la fábrica que esta empresa tiene en la localidad de El Bosque, que será la única del Grupo Imperial Tobacco en Europa dedicada a la producción de puros y cigarros.
Así lo apuntó el secretario de Política Industrial de la Federación Agroalimentaria de Comisiones Obreras, Jorge Tomé, quien subrayó durante las negociaciones con la multinacional que la factoría cántabra -cuya plantilla está compuesta por unos 230 trabajadores- “no corre peligro”.
Según la compañía, el objetivo del plan de reestructuración es “evitar la pérdida de eficiencia y competitividad” ante la “compleja situación” que atraviesa el mercado del tabaco en España y en otros mercados. En nuestro país, concretamente, ha sufrido una caída de ventas en volúmenes de cigarrillos de más del 45% en los cinco últimos años.
La tabaquera achaca este descenso, fundamentalmente, a la influencia de dos factores que se han agravado en ese período: la presión regulatoria sobre el tabaco y el considerable aumento del comercio ilícito, provocado en gran medida por la situación de crisis económica y cuyo índice se estima actualmente en el 10,6% de las ventas legales.
Ante esta situación, la compañía ha cerrado en los últimos 16 años un total de 12 fábricas en España, incluyendo la anunciada este martes, lo que ha supuesto la salida de unos 6.000 trabajadores.