Araceli González, antropóloga: “En Cantabria existe una desprotección legal y política del patrimonio lingüístico”
“No se ha hecho ningún estudio en profundidad del cántabru y no tenemos investigaciones sociolingüísticas ni un trabajo fiable que nos diga el número de hablantes y la salud de la lengua”.
Quien así habla es la antropóloga y científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Araceli González Vázquez, quien participará este viernes, 6 de octubre, en un ciclo de encuentros por la cultura cántabra organizados por Cantabristas. El ciclo se iniciará en Cartes a partir de las 19.00 horas y versará en torno a tres elementos patrimoniales -la cultura inmaterial, la lengua y la arquitectura-. En concreto, la historiadora impartirá una charla sobre cómo proteger y dignificar el cántabru en la que también se reflexionará sobre lo que no se ha hecho y lo que todavía se puede hacer al respecto.
En palabras de González, que ha abierto una línea de investigación y divulgación sobre la etnografía y antropología de Cantabria, el cántabru es una “variedad lingüística” del idioma asturleonés, una lengua cuya perdurabilidad está “severamente amenazada”, según “recuerda la Unesco periódicamente”. En definitiva, se trata de una “lengua romance” que procede del latín -y “no del castellano”-, tal y como ocurre con otras como el gallego o el catalán.
Sin embargo, pocos datos sólidos se tienen hoy en día sobre este idioma, ya que, a diferencia de otras comunidades autónomas, en Cantabria “no se ha hecho ningún estudio en profundidad y no tenemos investigaciones sociolingüísticas ni un trabajo fiable que nos diga el número de hablantes y la salud de la lengua”, comenta González. Así, la historiadora denuncia que hay “una total dejadez y falta de interés” respecto al conocimiento y la conservación de esta lengua, así como “una desprotección legal y política”. “Nuestro Estatuto de Autonomía no reconoce la existencia de una diversidad lingüística en Cantabria”, añade.
Por el contrario, la antropóloga detecta que existe una “cierta protección social”, puesto que hay investigadores que, a título individual, hacen sus tesis doctorales sobre ello y hay algunas asociaciones que todavía promueven el conocimiento del cántabru. “También hay un curso online anual, organizado por la asociación Alcuentru, en los que se matriculan alrededor de 400 personas”, asegura. En este sentido, González insiste en que “hay un movimiento en todo el Estado de creciente reconocimiento de la diversidad lingüística y la idea de que es riqueza cultural”. “Nos empobrecería perderlo porque con la pérdida de una lengua se pierde una forma de comprender el mundo”, subraya.
Se producen demoliciones y transformaciones que no tienen consecuencias legales
Pero en Cantabria no solo se está perdiendo la lengua. También está desapareciendo el patrimonio arquitectónico. Así lo ve González, quien apunta a la existencia de “una serie de negligencias” con las que se incumplen “sistemáticamente” la Ley de Patrimonio. “Caminamos aceleradamente hacia la destrucción, ya que se producen demoliciones y transformaciones que no tienen consecuencias legales”, advierte. Una gran problemática a ojos de quien considera que Cantabria cuenta con “una diversidad cultural enorme, donde hay cultura de montaña, marinera y pastoril”.
Así, la antropóloga señala al Lazareto de Abaño como ejemplo de “dejadez absoluta” de “todas las administraciones que estarían implicadas en la salvaguarda de un elemento que es valiosísimo”, puesto que “los barcos medievales en ese tipo de manifestación pictórica no tiene parangón en toda la cornisa cantábrica”. Lo mismo ocurre con la casa solariega de los Velasco: ¿Cómo puedes cargarte algo que lleva ahí desde la baja Edad Media para hacer un hotel sin que el Gobierno de Cantabria, Cultura, Patrimonio y el Ayuntamiento de Voto hagan nada?, se pregunta González.
En definitiva, la científica del CSIC considera que, en lo que a la preservación del patrimonio se refiere, “la actividad turística que se permite en Cantabria a veces es bastante incompatible” con tal objetivo, por lo que la región “se está quedando atrás desde hace mucho tiempo con respecto a lo que se hace en otras comunidades autónomas”.
Por todo ello, González cree que “la arquitectura patrimonial de Cantabria está totalmente en riesgo” e invita a “mirar a aquellos lugares de Europa donde se ha conseguido una protección del patrimonio gracias a una regulación y teniendo muy claro qué se puede hacer y qué no”. “Tiene que haber conciencia de que se trata de bienes patrimoniales que no estamos dispuestos a perder, sino que queremos que perduren en el siglo XXI y XXII”, sentencia.
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