“Vaya por delante el cariño en lo personal, pero mañana domingo, Cantabria se enfrenta a una cita clave para nuestro futuro, y lo es, porque tras 16 años en el Gobierno nuestro Presidente [Miguel Ángel Revilla] se ha hecho mayor, su discurso está agotado, su vitalidad ha perdido fuerza y hoy es una caricatura de lo que fue antaño”.
Este es el encabezado del contundente editorial con el que el diario ALERTA abrió su portada el día de la jornada de reflexión de las elecciones autonómicas y municipales celebradas el 22 de mayo de 2011.
Titulado “Cantabria necesita otro presidente”, el periódico aseguraba en su primera página que Revilla, candidato del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), se había convertido en “actor cómico de la farándula”, criticaba su “falta de seriedad” y “nulo compromiso” y denunciaba su “tendencia a mentir” y su “nula capacidad de trabajo”, entre otras muchas cosas. Además, animaba de forma velada a votar al líder del PP, Ignacio Diego, quien obtendría posteriormente la mayoría absoluta.
El PRC denunció al diario y a su entonces director Ciriaco Díaz Porras por un delito electoral ante la Junta Electoral, que se inhibió aunque dio traslado a la jurisdicción ordinaria. El Juzgado de lo Penal número 1 de Santander admitió a trámite la denuncia pero absolvió al periódico y a su director al considerar que el editorial encaja dentro del “ejercicio de un derecho fundamental como es la libertad particularmente de opinión”. A su juicio, el medio no pretendía “mover la voluntad de los electorales a favor o en contra del voto a ningún partido”.
La formación regionalista recurrió el auto argumentando que no se habían tenido en cuenta las entrevistas a los candidatos del PP a la presidencia de Cantabria y a la alcaldía de San Vicente de la Barquera publicadas también el mismo sábado 21 de mayo, con la campaña electoral ya finalizada, por lo que la Audiencia ordenó que se repitiera el juicio. La sentencia, sellada el pasado mes de marzo, volvió a eximir a ALERTA.
Ahora la Audiencia Provincial ha desestimado otro recurso del PRC, al que se adhirió la Fiscalía, y ha archivado definitivamente el caso, según ha dado a conocer este jueves el propio periódico en su portada, la cual abre con el enunciado: “La libertad gana por tercera vez a Revilla”, a quien en su página 2 dedica un nuevo editorial titulado: “La máscara de Revilla no debe engañar a nadie”.
La Audiencia de Cantabria no entra a valorar el fondo del asunto, ya que, según expone, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Tribunal Constitucional no permite la revisión de las sentencias absolutorias si no hay posibilidad de una revaloración de las pruebas o una modificación de los hechos probados, es decir, si se trata exclusivamente de modificar la interpretación de las normas jurídicas aplicadas por el Tribunal de instancia.
En este sentido, sostiene que es “imposible” que la Sala pueda valorar las pruebas -fundamentalmente la declaración del acusado- de otra forma sin haberlas podido oír personalmente ni poderlas oír, al no prever la Ley de Enjuiciamiento Criminal tal posibilidad. Por ello, no se pronuncia al respecto y rechaza el recurso.
La portada, a subasta
Aquella portada del diario ALERTA causó un gran revuelo en Cantabria. Además de su contenido, dedicado íntegramente a desprestigiar al candidato regionalista, su diseño también fue peculiar: tan solo había texto, sin fotografías, y juntando la primera letra de cada párrafo, destacada en estilo capitular, se podía leer: “Revilla no”.
Algunos medios de comunicación y fuentes cercanas al PRC y al PSOE aseguraron que el propietario de ALERTA, el empresario Ciriaco Díaz Porras, varios meses antes de que arrancara la campaña, ofertó a estos partidos la compra de la información electoral a cambio de pagar en efectivo 100.000 euros y poner otro tanto en publicidad en sus páginas.
Esas mismas fuentes afirman que a diferencia de socialistas y regionalistas, el Partido Popular sí que aceptó la oferta y acordó con el rotativo usar sus páginas de forma coordinada para cargar las tintas contra sus rivales políticos, especialmente contra Miguel Ángel Revilla.
En aquella cita con las urnas, los populares lograron la mayoría absoluta por primera vez en la historia de la Cámara autonómica al obtener 20 de los 39 escaños, por delante del PRC (12) y del PSOE (7), quienes en las dos legislaturas anteriores habían gobernado en coalición y estaban desgastados por la propia gestión y la crisis económica.