Un antiguo almacén de tabaco, un archivo histórico o un espacio cultural y expositivo de primer orden. Las vidas y los usos de la actual sede de la Biblioteca Central de Cantabria, situada en la zona portuaria de Santander, han sido muchos y muy diferentes durante los más de cien años que acumula este representativo edificio, que tiene también un pasado negro: las instalaciones de Tabacalera sirvieron como cárcel durante la Guerra Civil y los primeros años del franquismo, en un terrible paréntesis poco conocido para los vecinos de la ciudad.
Ahora, más de 40 años después del fin de la dictadura, las asociaciones defensoras de la memoria histórica en Cantabria han conseguido que en el patio central de este edificio se levante un homenaje a las víctimas del bando perdedor, una lápida en su honor en un lugar que califican de “emblemático” del horror, la represión y el crimen contra los republicanos y que esperan que sirva para conseguir “verdad, justicia y reparación”.
Así lo han puesto de manifiesto en una rueda de prensa los representantes de algunos de los colectivos que han impulsado este reconocimiento, coordinado con la Consejería de Educación, Cultura y Deporte. A partir del próximo 30 de enero, el edificio ubicado en la calle Ruiz de Alda de Santander acogerá una lápida de piedra en memoria de las víctimas del franquismo en Cantabria.
Era una propuesta largamente demandada, que se hizo pública a finales de 2015 y que verá la luz en unos días con el apoyo del Grupo Regional de Memoria Histórica del PSOE, Izquierda Unida, Partido Comunista o CNT, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras y las asociaciones Héroes de la República y la Libertad, Archivo Guerra y Exilio o Desmemoriados, entre otros.
Todos ellos han solicitado que el edificio de la Biblioteca Central se distinga como un lugar de memoria histórica, a través de una placa en honor de las víctimas del franquismo en la ciudad y en la comunidad autónoma. También consideran que ese solo debe ser un “primer paso” de los muchos que se deben de dar en Cantabria para restituir tantos años de “olvido y abandono”.
Según han informado, el acto de inauguración de esta lápida de piedra será el 30 de enero, coincidiendo con el Día Internacional de la No Violencia, y los portavoces de estos colectivos han hecho un llamamiento a los ciudadanos de Cantabria para que acudan a “arropar” el acto.
En una rueda de prensa, han recordado que la antigua Tabacalera fue destinado a confinar a muchos de los 50.000 hombres y mujeres hechos prisioneros por las tropas de Franco en Cantabria y utilizado como una especie de centro de distribución de los reprimidos hacia cárceles, campos de concentración o hacia el 'paredón' del Cementerio de Ciriego y en el que también muchos murieron por enfermedades.
Labor pedagógica
“Hubo muchísimos horrores en este lugar”, ha afirmado el representante del Grupo de Memoria Histórica del PSOE, Isidro Cicero, quien ha explicado que con esta lápida en la Biblioteca Central comienza la “dignificación” que han solicitado de ciertos lugares de la ciudad que fueron “muy importantes” para los vencidos en la Guerra Civil y “recuperarlos así para la conciencia y la cultura democrática”.
Los representantes de estas asociaciones han considerado que es “muy importante” este “reconocimiento” a las víctimas del franquismo para que exista “verdad, justicia y reparación”. “Mientras no haya justicia no va a haber reparación”, han señalado.
También sostienen que esta placa cumplirá una “labor pedagógica”: la de dar a conocer a los usuarios más jóvenes de la Biblioteca Central una parte de la historia reciente de España de la que, a su juicio, tienen un “desconocimiento absoluto”.
Incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica
Por otra parte, el representante de CNT en la rueda de prensa, Fidel Manrique, se ha referido al proceso que se está llevando a cabo en Santander para cumplir con la Ley de Memoria Histórica en lo relativo a cambios de nombre de calles con denominaciones franquistas.
Manrique ha afirmado que “no están demasiados contentos” con el dictamen elaborado por el Grupo de Historia y Patrimonio Histórico de la Comisión Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Santander sobre la aplicación de la Ley de Memoria Histórica en la ciudad.
Así ha considerado “escandaloso” que se siga denominando la calle “más larga de Santander” y un centro de salud con el nombre del General Dávila, que fue quien ocupó Santander el 26 de agosto de 1937, iniciando la represión contra los republicanos.