El Gobierno de Cantabria, por mandato judicial, deberá reorganizar el trabajo de los bomberos forestales con arreglo a “un calendario anual con desglose de turnos (con horarios) y descansos en caso de activación”. Así lo recoge el fallo emitido por el Juzgado de lo Social Nº 4 de Santander en febrero de este año y que ha sido ratificado en julio por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) al haber desestimado el recurso interpuesto por el Ejecutivo autonómico.
Y es que, según ha dado a conocer este lunes el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) -parte demandante-, “el modelo organizativo actual está caduco” y “no sirve” para afrontar “las consecuencias del cambio climático”: han desaparecido las tradicionales temporadas en las que se venían produciendo los incendios y ahora la alerta está activada durante todo el año.
Así, según Carmelo Renedo, delegado sindical y bombero forestal con más de 40 años de experiencia en la profesión, en Cantabria “se queman al año más de 600 hectáreas de manera innecesaria por la descoordinación de efectivos”. En concreto, se ha referido a la falta de coordinación “total y absoluta” que existe entre los casi 500 trabajadores -los 260 operarios, más los agentes del medio natural, los técnicos de guardia y los agentes de escucha- que conforman las 36 cuadrillas de cada una de las 13 comarcas de la comunidad. “Cada una hace su calendario y lo que reclamamos es un operativo con una visión regional y que unas comarcas apoyen a otras”, ha señalado Renedo.
Y es que, según ha relatado, actualmente se dan casos en los que “la mitad de los trabajadores están en casa” mientras otros trabajan “hasta 14 días seguidos con jornadas de 12 horas sin descansar”. “No estamos acompasados ni en los ritmos ni en las necesidades; unas comarcas se activan y otras no; algunos trabajan y se sobrepasan, y otros no”, ha expuesto el sindicalista.
Así, tal y como ha destacado, la sentencia del TSJC “da un vuelco total al funcionamiento del operativo”. “Hasta ahora, el nivel 2 solo se activa cuando hay mucho riesgo, de hoy para mañana se nos pone un calendario que incumple el decreto, no conocemos los descansos y trabajamos como a peonadas”, ha explicado, incidiendo en que el operativo “está obsoleto”. “No puede ser que te activen un viernes porque hay viento sur”, ha ejemplificado.
Ante esta situación, CCOO espera que la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria, que dirige Pablo Palencia (PP), se siente a negociar el calendario. “Ya no hay excusas, se puede hacer en 15 días”, ha destacado Renedo, quien espera se pueda hacer durante el mes de agosto, antes de que comience la nueva temporada de incendios, y que el Ejecutivo no recurra la sentencia ante el Supremo.
Tal y como ha manifestado Renedo, no se trata de un problema de presupuesto, sino de “comodidad”. “Se viene haciendo así 11 años y no hay una visión de futuro de cómo se deberían abordar los incendios en Cantabria. Ya no llueve todos los días, es un mito”, ha señalado, reconociendo que aunque hacen falta más efectivos, la clave es la prevención: hacer desbroces, mantenimiento de pistas, de instalaciones...
“Ya hemos dado un toque a la Consejería”, ha afirmado, tras advertir de la posibilidad de movilizaciones si no responden al mandato judicial y a sus demandas, porque los trabajadores no están dispuestos a “asumir esas cargas de trabajo innecesarias por la mala planificación”. No obstantes, Renedo ha reconocido ser “un poco escéptico” con la Administración: “La dirección de la Consejería no es la mejor que podemos tener para abordar este tema; no estamos en la mejor situación y somos un poco escépticos de que con este equipo podamos hacer grandes cosas”, ha lamentado.
Finalmente, Renedo considera que hay zonas en las que hay que “reforzar la plantilla”, especialmente en Liébana, Valderredible y Pas. A su juicio, sería necesario dotar de cinco cuadrillas más al operativo regional para que funcione 24 horas los 365 días al año. Asimismo, ha denunciado la “falta de medios”, poniendo como ejemplo que ha habido trabajadores que han entrado al monte “a oscuras y sin ningún tipo de cobertura”, y que han tenido que comprarse walkie talkies a nivel “personal” para estar comunicados.