Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León han rechazado hoy el borrador de nueva estrategia nacional para la gestión del lobo ibérico en España que plantea el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), al considerar que “carece de rigor y consenso, y no se ajusta a la realidad”.
Al mismo tiempo, han decidido abandonar el grupo de trabajo tutelado por el departamento que dirige la ministra Teresa Ribera y han acordado la constitución del Grupo de Trabajo del Lobo Ibérico en el Noroeste de la Península Ibérica, con el objetivo de aprovechar los datos y el conocimiento acumulado durante más de 20 años de gestión por las comunidades autónomas que albergan a más del 95% de los lobos que existe en España, ha indicado el Ejecutivo autonómico en nota de prensa.
El objetivo es desarrollar de manera conjunta actuaciones encaminadas a elaborar un “verdadero” censo de la especie, como ya ocurre en el caso del oso pardo o el urogallo cantábrico.
Así lo han anunciado hoy los directores generales con competencias en biodioversidad de Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León, tras mantener una reunión presencial de coordinación en las instalaciones que la Junta de Castilla y León tiene en el Centro del Fuego de León, y en la que también han participado técnicos de las administraciones regionales expertos en la gestión de la especie.
Durante la reunión, la primera del nuevo grupo, todos ellos han puesto en evidencia la necesidad de recopilar el “importante bagaje” de conocimiento acumulado en las comunidades autónomas que han gestionado la especie, a través de diferentes fórmulas que se adaptan a las características y singularidades de cada territorio.
Así, han puesto en valor el análisis de los datos recogidos desde el año 2014 en las sucesivas campañas de estima poblacional realizadas por las cuatro comunidades autónomas, según la metodología aprobada en la vigente Estrategia para la conservación del lobo en España.
Se han puesto en común los trabajos realizados anualmente desde hace más de 20 años en el Parque Nacional de Picos de Europa; las estimas poblacionales anuales desarrollados en Asturias que incluyen radioseguimiento con GPS para mejora de conocimiento etológico, y las campañas de estimas y censos desarrollados en Galicia y Castilla León, donde, además, parte de su población se encuentra protegida y recoge una mayor intensidad de seguimiento, ha informado el Ejecutivo.
Según han subrayado, “nuestros territorios acumulan más del 95% de la población de lobo ibérico en España y son miles los datos recogidos en transectos, recogida de muestras, estudios veterinarios y análisis de restos con numerosas instituciones universitarias o investigadoras, que han generado artículos científicos de importante calado”.
En su opinión, el estudio conjunto de los datos de cada región resulta “crucial” para conocer el estado de conservación de una especie, a semejanza de los trabajos realizados con los recursos propios de estas mismas comunidades autónomas en el marco de otros planes o programas, como el vinculado al oso pardo cantábrico, “con una gran solidez en sus resultados”.
Entre los objetivos “a corto plazo” que se ha marcado el nuevo grupo de trabajo, destaca el de servir de punto de encuentro para la emisión de criterios científico-técnicos, la puesta en común de experiencias en la gestión y la coordinación efectiva de las acciones de estima poblacional de la especie.
El encuentro también ha servido para acordar el desarrollo de un censo coordinado del lobo ibérico en el territorio que alberga la mayoría de las poblaciones de lobo en España (Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León), según la metodología avalada por la propia estrategia, como primer paso para conocer el verdadero estado de conservación de la especie.
Un desarrollo que, como ha explicado, “se hará siguiendo la lógica de actuación que todos los organismos internacionales promueven y siendo la propia Comisión Europea a través de la Directiva Hábitats la que insta a los estados miembros a ese primer paso ante de cualquier otra medida”.
De igual modo, se ha analizado “la deriva” seguida por la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio en relación con la “desacertada” inclusión del lobo ibérico en el LESPRE, “sin razones científico técnicas que lo avalen, sin conocimiento sobre el estado de conservación de la especie y, sobre todo, por vez primera, sin el consenso de los territorios que gestionan la mayoría de las poblaciones de lobo en España”.
Los directores generales de las cuatro comunidades han coincidido en señalar que la gestión de una especie como el lobo “nunca ha de desligarse de los habitantes del medio rural y ha de buscar un equilibrio en la coexistencia con la población local”, algo que “no se ha tenido en cuenta pese a las continuas peticiones de diálogo y consenso que desde las comunidades autónomas se trasladaban a esa dirección general”.
El nuevo grupo de trabajo ha mostrado su desacuerdo con el borrador de nueva estrategia para la gestión del lobo en España, “que está teniendo un desarrollo diametralmente opuesto al que en su momento se llevó a cabo y que permitió un diálogo entre todos los sectores”.
Se trataba, han recordado, de “un acuerdo general de los ponentes que redundó en una mejor gestión del territorio, permitiendo una clara recuperación de las poblaciones en el noroeste peninsular”.
Han lamentado que el borrador del Ministerio “no ha seguido el procedimiento administrativo, no han tenido en cuenta las aportaciones de los técnicos y expertos de las comunidades autónomas y se ha menospreciado la experiencia en más de 20 años de gestión del territorio, ultrajando la esencia de una estrategia que perdería con esta nueva redacción el objetivo de conservación de la especie”.
Prueba de ello, han criticado, es que se trata de “la primera vez que se cambia el título de una estrategia, intentando poner por delante la ordenación de actividades que no son de su competencia para justificar la inoperancia y la desafección que esa dirección general tiene para con el medio rural, con sus habitantes y finalmente, también con el propio lobo”.
Por todo ello, las comunidades de Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León han decidido abandonar el grupo de trabajo tutelado por un ministerio que cuenta con un departamento, la Dirección General de Biodiversidad, que “pretende utilizar de forma capciosa para dar carta de naturaleza a un trabajo que, ni se ajusta a los mínimos criterios de exigibles, ni cuenta para nada con el respaldo del personal técnico de las comunidades autónomas que precisamente albergan y gestionan las poblaciones de lobo ibérico en España”.