Cantabria cierra el ocio nocturno y reduce aforos a las puertas de Nochevieja
Cantabria decreta el cierre del ocio nocturno de manera inmediata, reduce una vez más los aforos en el sector de la hostelería y la restauración y aplica nuevas restricciones en las instalaciones culturales o deportivas en la práctica totalidad de su territorio, especialmente en aquellos municipios más poblados y con mayor incidencia del coronavirus. Así lo ha determinado la Consejería de Sanidad tras la última actualización del Semáforo COVID realizada este lunes, que eleva la alerta en toda la comunidad autónoma hasta el nivel 3 por el empeoramiento generalizado de la pandemia e impone medidas más duras para intentar frenar la expansión de la enfermedad.
En las últimas semanas se habían introducido nuevas restricciones, como la obligatoriedad de usar el pasaporte COVID en determinados ámbitos sociales tras obtener el aval de la Justicia, y se había ido elevando el nivel de riesgo conforme empeoraban los datos. Sin embargo, los efectos han sido casi nulos. Ahora, a las puertas de las fiestas de Nochevieja y Año Nuevo, la principal novedad será el cierre de discotecas y bares de copas, aunque la Asociación de Hostelería de Cantabria ya ha anunciado que no descarta recurrir esta decisión ante los tribunales, pidiendo medidas cautelares que permitan la celebración de los tradicionales cotillones.
En el nivel 3 de alerta sanitaria en el que se sitúan un total de 50 municipios de Cantabria -todos los que tienen más de 5.000 habitantes están en ese nivel- también se condiciona la apertura de los locales de hostelería y restauración a la utilización de medidores de CO2 y el acceso debe realizarse con pasaporte COVID, además de estar permitido un aforo en el interior del 75%, con seis personas por mesa. Además, el comercio minorista debe limitar su aforo a un tercio, igual que los velatorios y funerales o las instalaciones deportivas, mientras que en los equipamientos culturales es del 50% y con grupos máximos de seis personas.
Tal y como avisó la semana pasada el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez (PSOE), el rápido avance de la COVID en esta sexta ola, en plenas fiestas navideñas, ha obligado a su departamento a adelantar la aplicación de estas medidas, que además en esta ocasión entrarán en vigor de manera inminente y serán efectivas a partir de esta misma madrugada. Y es que todos los parámetros que sirven para valorar la evolución de la pandemia han empeorado gravemente en pocos días y dejan a la comunidad en una situación muy preocupante, que previsiblemente irán a peor cuando se comiencen a notificar los contagios registrados durante las comidas y cenas de Navidad.
Según los datos que registra el Servicio Cántabro de Salud (SCS), la incidencia acumulada a 14 días se sitúa actualmente en Cantabria en 997 casos por 100.000 habitantes, mientras que la relativa a 7 días alcanza los 693 casos por 100.000 habitantes, cifras récord desde el inicio de la pandemia. Además, la positividad de las pruebas realizadas roza el 16% y la tendencia al alza es del 128%. También preocupa la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) por pacientes COVID, que está en el 16,3% después de tener que habilitar nuevas camas y suspender operaciones quirúrgicas para atender a los enfermos con coronavirus, que suponen ya el 7,5% de las hospitalizaciones.
Semáforo COVID
Tras esta última actualización, la evaluación del Semáforo COVID sitúa esta semana a 50 municipios de Cantabria en nivel 3 de riesgo alto,16 en nivel 2 de riesgo medio y, al resto, los 36 restantes, en riesgo bajo. La Consejería de Sanidad adelanta así la publicación de los datos de incidencia por municipios, debido al empeoramiento de todos los indicadores epidemiológicos utilizados para la evaluación. Las medidas sanitarias de prevención asociadas a cada nivel de riesgo entrarán en vigor a las 00.00 horas del martes 28 de diciembre.
De hecho, están en rojo en el mapa de incidencia 50 municipios de la comunidad, entre ellos, todos los municipios de mayor tamaño: Santander, Torrelavega, Castro Urdiales, Camargo, Piélagos, El Astillero, Santa Cruz de Bezana, Laredo o Santoña. A ellos hay que sumar Los Corrales de Buelna, Bárcena de Cicero, Santa María de Cayón, Reinosa, Suances, Colindres, Reocín, Cabezón de la Sal, Medio Cudeyo, Polanco, Cartes, Entrambasaguas y Marina de Cudeyo. También están en nivel 3 de alerta por COVID otros municipios como Miengo, Ribamontán al Mar, Ampuero, Villaescusa, Ramales de la Victoria, Puente Viesgo, Val de San Vicente, Voto, Noja, Liérganes, Ribamontán al Monte, Penagos, Arnuero, Corvera de Toranzo, Limpias, Argoños, Santiurde de Toranzo, Villacarriedo, Hazas de Cesto, Molledo, Potes, Cillorigo de Liébana, Liendo, Solórzano, Cabuérniga, Escalante, Cabezón de Liébana y Herrerías.
A los citados hay que sumar, en nivel 2 de riesgo medio, a los municipios de Santillana del Mar, San Vicente de la Barquera, Campoo de Enmedio, Castañeda, Alfoz de Lloredo, San Felices de Buelna, Guriezo, Valdáliga, Comillas, Mazcuerras, Meruelo, Bareyo, Selaya, Riotuerto, Rasines y Camaleño. El resto de los 36 municipios de la comunidad se sitúan en nivel 1 de riesgo bajo por COVID, ya que no queda ninguna localidad que permanezca en el nivel de riesgo controlado.
1