La consejera de Desarrollo Rural y Ganadería, María Jesús Susinos, ha confirmado que Cantabria exigirá al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico los informes positivos que avalen la extracción de ejemplares del lobo “totalmente controlada” en base a los datos del censo poblacional, realizado con datos científicos y objetivos llevados a cabo por una empresa externa recomendada por el propio Ministerio, que constata un crecimiento de la población de un 92% en diez años, hasta los más de 200 lobos.
Así se ha expresado la consejera en el transcurso de la Mesa del Lobo, que ha presidido por primera vez tras la toma de posesión de su cargo, y que no se reunía desde el año 2017, una mesa en la que se encuentran representados todos los actores implicados en la vida y en la conservación de la especie.
Tal y como ha detallado Susinos, las cifras actuales “lo dicen todo”, dado en que los datos del año 2012-2014 se hablaba de 12 manadas de lobos y actualmente existen en Cantabria 23 manadas de las que 9 son compartidas con regiones limítrofes, como Castilla y León y Asturias.
En el censo oficial que se va a remitir al Ministerio antes de que finalice este año se maneja un incremento de un 92% en diez años, lo que supone que haya en el territorio más de 200 lobos.
“No se trata de hacer un control poblacional sin sentido, ni criterio, sino llevado a cabo por profesionales y especialistas en esa materia sin comprometer la supervivencia del lobo”, ha remarcado Susinos, que ha subrayado que el control poblacional de esta especie en la comunidad “es necesario y urgente”.
“En Cantabria no queremos terminar con el lobo, somos conscientes de que tenemos que convivir con él, pero que se circunscriba a las zonas en las que debe estar”, porque según los datos de la Consejería, actualmente el lobo ocupa 4.082 kilómetros cuadrados, es decir, casi el 80% de la superficie regional.
PLAN DE GESTIÓN DEL LOBO
Además, en el transcurso de la reunión, otro de los temas que se ha abordado es la redacción del nuevo Plan de Gestión del Lobo en Cantabria, dado que debe revisarse tras cinco años de su aprobación en 2019.
En este sentido, la consejera ha concretado que la realidad desde la inclusión del lobo en el LESPRE en 2021 se ha visto modificada, dado que “ni la situación legal, ni la situación biológica de la especie es la misma que entonces”. “Hay más lobos y más daños y, además, estos se encuentran ya en zonas donde no es su hábitat natural y adecuado desde un punto de vista social y medioambiental”, ha remarcado.
Según los datos aportados, la especie se ha expandido hacia zonas muy próximas a la costa, como por ejemplo Val de San Vicente, llegando incluso a zonas fuertemente urbanizadas como Torrelavega o Los Corrales de Buelna.
Por ello, en el nuevo plan se definirá la nueva zonificación de municipios para adaptarla a la evolución de los daños producidos por la especie en Cantabria en los últimos años y al contenido que formará parte de la nueva orden.
GESTIÓN DEL LOBO EN CANTABRIA
Entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2024 se han contabilizado 1.568 expedientes de ataques de lobo verificados, con 1.858 animales muertos (39% equino, 29% bovino, 4% caprino y 2% asnal).
Y desde 2019 hasta 2023, incluido, se ha pasado de 1.048 ataques y 1.656 animales muertos, a más del doble, con 2.310 ataques y 2.756 animales muertos.
Para hacer frente a estos daños, la Administración cántabra contrata una póliza de seguro. Los importes que no cubre el seguro, por superar el límite por siniestro o la cuantía anual, se tramitan por responsabilidad patrimonial de la Administración.
A la Mesa del Lobo han asistido representantes las OPAS, las cooperativas, AFCA, la Federación de Razas, de caballar y diferentes asociaciones de animales más pequeños, como ovejas y cabras; la Federación de Municipios; la Consejería con representantes de los Agentes del Medio Natural; y entidades ecologistas, animalistas y conservacionistas, como Fundación Naturaleza y Hombre, Fundación Oso Pardo, Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, Ecologistas en Acción y ARCA.
Aunque actualmente la mesa no es un órgano formal, desde la Consejería se va a llevar a cabo su regularización, tanto su celebración como su composición, aprovechando la redacción del nuevo Plan de Gestión.
La Mesa del Lobo se reunirá de nuevo en febrero de 2025.