La Federación de Enseñanza de CCOO en Cantabria ha denunciado la “indefensión, la desprotección y el abandono” de los trabajadores que desarrollan su labor en los siete centros de Menores Extranjeros No Acompañados (MENAS) que hay en Cantabria.
En un comunicado, el sindicato ha denunciado que la “sobreocupación” de los centros, el “deficiente” sistema de identificación de la edad de los usuarios, la “violencia verbal y física” que padecen los empleados, la “falta de profesionalización del sector” o las “pésimas” condiciones laborales son los cinco problemas fundamentales que, a juicio de CCOO, tiene “un sector olvidado donde hay falta de recursos y de interés por parte de las partes implicadas”.
Para el sindicato, a pesar de que la Administración sigue abriendo centros nuevos en la región, la demanda supera a la oferta y, en muchas ocasiones, se produce sobreocupación en las plazas concertadas, llegando a darse situaciones de “hacinamiento” de menores.
En este sentido, el delegado de CCOO en la Fundación Diagrama, empresa encargada de gestionar estos centros, Jerónimo Cagigas, ha subrayado la necesidad de “ampliar” los recursos existentes para dar cobertura a la demanda actual de los usuarios, y “garantizar así las medidas necesarias de atención al usuario, salud, higiene, etcétera”.
Por otra parte, el “deficitario” sistema de identificación de la edad de los usuarios provoca que en estos centros convivan personas de muy diversas edades “creando un prejuicio evidente para los mismos”. Al respecto, Cagigas ha señalado que “sospechamos que algunos de los usuarios no representan su edad real, así que no es raro que se den situaciones de ingreso y convivencia de menores y mayores en los centros. Habría que utilizar un método más preciso y concreto para derivar a los usuarios a los lugares que mejor se ajusten a sus necesidades”, ha advertido.
Violencia verbal y física
La situación anímica, psicológica, terapéutica y médica de un alto porcentaje de estos menores es “preocupante y compleja”, dando lugar su tratamiento “inadecuado, entre otras cosas, a situaciones de violencia verbal y en ocasiones física, que son otro de los hándicaps a los que día a día se somete a los trabajadores de estos centros, que desarrollan sus funciones en un ambiente hostil donde no hay seguridad y ante la impunidad de los usuarios que acaban recibiendo el mensaje erróneo de que todo vale”.
Para combatir estas situaciones, CCOO apuesta por dotar de seguridad a los centros más conflictivos así como reducir el número de plazas por centro y hacerlos más pequeños. Además, insta a los responsables a formalizar un protocolo de actuación para identificar, comunicar y tratar de forma adecuada las incidencias para que no acaben transformándose en situaciones habituales y normales.
El sindicato ha lamentado que la ausencia de dichas medidas de seguridad da lugar, a día de hoy, a situaciones de agresiones físicas y verbales a los trabajadores y cuya respuesta es “totalmente deficitaria o directamente inexistente” por parte de la entidades gestoras.
La falta de experiencia o formación adecuada al puesto es otro de los graves problemas al que se enfrentan los trabajadores de este sector pues “rara es la persona que aguanta en estos centros más de uno o dos años, por lo que al final acaban trabajando aquí personas que no se han formado en educación social”, ha añadido Cagigas.
Por último, desde CCOO se reivindica una mejora de las condiciones laborales del personal, “al ser evidente que no son las más óptimas para conseguir regularizar unos centros marcados por el continuo trasiego de sus trabajadores”.
“Estos recursos, estos centros, se convierten en una auténtica máquina de picar carne por la que han pasado legiones de trabajadores que constantemente entran y salen huyendo de unas condiciones laborales malas y de un trabajo poco gratificante y mal pagado, repercutiendo esta situación en la atención al usuario que, a su vez, repercute de nuevo en el trabajador en lo que se convierte en un círculo vicioso”, ha concluido el delegado de CCOO en la Fundación Diagrama.