Los dos conductores acusados por el accidente mortal de la calle Castelar, ocurrido en febrero del año pasado y en el que falleció un motorista de 19 años, han considerado que antes del siniestro circulaban a velocidades “moderadas” por las calles de Santander, y han negado que vinieran manteniendo una carrera por el centro de la ciudad.
“En ningún momento me he picado con nadie” y “yo no compito con nadie”, ha zanjado este martes en el juicio contra ambos B.B., el autor material del choque con la motocicleta. Circulaba con un Audi negro y tenía 26 años -se enfrenta a catorce de cárcel por homicidio y otros delitos que pide para él el fiscal y sigue en prisión provisional desde los hechos-.
“No tenía ninguna intención con ese coche. No le conozco de nada (al conductor)”, ha manifestado por su parte el segundo implicado, A.B., que manejaba un Golf rojo y quedó en libertad provisional. Tenía 31 años y el ministerio público solicita cuatro años y medio de encarcelamiento por conducción temeraria y otros ilícitos (la acusación particular, ejercida por la familia, reclama doce años y cinco meses al entender que fue coautor de lo sucedido).
Los dos procesados han respondido en la segunda sesión de la vista oral, que se celebra esta semana con jurado popular en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria, a las preguntas de todas las partes. La jornada ha arrancado con el interrogatorio al principal encausado, que ha empezado y terminado su declaración pidiendo “perdón” a los familiares del joven fallecido.
“Aquí estoy, desde el minuto uno”, ha dicho a allegados y amigos, varios de ellos presentes en el salón de actos donde se desarrolla el plenario, y ante los que ha explicado -y a los miembros del tribunal también- que no ha pedido salir de El Dueso porque quiere “acarrear con las consecuencias” de sus actos, de forma “justa y en su medida”, ha apostillado.
Según ha expresado, desde que ocurrió el suceso, el 3 de febrero de 2023 sobre las diez de la noche, no ha habido un “día” en el que no piense en la víctima y sus familiares, y ha justificado que ha decidido seguir en prisión porque no consigue perdonarse a sí mismo. “Necesito perdonarme primero” y “no creo que me llegue a perdonar una libertad que no es libertad: estar en la calle esperando un juicio”, ha indicado.