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El Congreso deja un PSOE sin nexo de unión entre la dirección y el Gobierno

El decimotercer Congreso Regional del PSOE de Cantabria ha deparado una situación insólita en la historia de la formación. Los socialistas cántabros están acostumbrados a vivir entre “familias”, como ellos mismos se refieren a los diferentes grupos de poder y sensibilidades que históricamente cohabitan dentro del partido, pero nunca se había producido una ruptura tan marcada entre la dirección orgánica y quienes ostentan los cargos de responsabilidad en el Gobierno autonómico.

La renovación del PSC-PSOE ha pillado al partido a mitad de legislatura e implicado en las labores de gobierno gracias a la reedición del pacto sellado con el PRC de Miguel Ángel Revilla tras los comicios celebrados en 2015, que acabaron con la mayoría absoluta del PP. Desde entonces, los socialistas gestionan las áreas de economía, educación, sanidad, medio ambiente, servicios sociales, cultura y deporte, además de la presidencia del Parlamento y algunas empresas públicas, como Sodercan, vinculada al desarrollo industrial de la comunidad.

Eva Díaz Tezanos ha sido hasta ahora secretaria general y es la cabeza visible del PSOE en el Gobierno de coalición, del cual es vicepresidenta y consejera de Universidades, Investigación, Medio Ambiente y Política Social. La estrategia del partido fue otorgar a Díaz Tezanos una macroconsejería, con el mayor número de responsabilidades posibles, para tratar de ganar visibilidad frente al mediático Revilla.

Ahora, la vicepresidenta del Ejecutivo cántabro ha quedado, por voluntad propia, relegada dentro de su partido, sin ningún tipo de responsabilidad ni cargo más allá de pertenecer al Comité Regional, del que forman parte un centenar largo de militantes. Díaz Tezanos perdió las primarias frente al sanchista Pablo Zuloaga, alcalde de Santa Cruz de Bezana, y rechazó la propuesta de este para pasar a ser la presidenta de la formación por considerarlo “humillante”.

Además, todos sus afines se han negado a integrarse en la nueva Ejecutiva, la cual se ha renovado por completo -de la treintena de miembros tan solo repiten el propio Zuloaga; la concejala de Castro Urdiales, Susana Herrán, y la exalcaldesa de Cabezón de la Sal, Isabel Fernández-. Así, de la dirección han salido todas las personas que ostentan cargos en la Administración, como el titular de Educación y mano derecha de la vicepresidenta, Ramón Ruiz; la directora de Política Social, Chabela Méndez; la directora general de Igualdad, Alicia Renedo, o el asesor en el Parlamento, José Guerrero. Tan solo el director general de Juventud y Cooperación, Jorge Gutiérrez, se ha incorporado al nuevo equipo formado por Zuloaga, aunque en la Comisión de Garantías, un órgano a priori menor.

De este modo, no existe ningún enlace entre la dirección del partido y el área socialista del Gobierno, lo cual no tendría que ser un problema si la relación entre las personas con mayor responsabilidad en ambas funciones -Díaz Tezanos y Zuloaga- no se hubiera deteriorado como lo ha hecho a raíz del proceso congresual, tal y como pudo palparse este domingo con un frío saludo entre ambos mandatarios al finalizar el cónclave.

El PSOE cántabro tiene ante sí el reto de gestionar una división insólita. ¿Quién marcará las directrices dentro del Gobierno? ¿La vicepresidenta o el secretario general del partido? ¿Y dentro del Parlamento y del resto de instituciones? Las fuentes consultadas por este diario señalan que el partido está por encima de las personas. “Pasa igual que a nivel nacional, las directrices se marcan desde el partido. Los parlamentarios tienen que seguir la disciplina de las decisiones que tome la nueva dirección”, apuntan.

Sin embargo, para facilitar la transición, una de las condiciones puestas por Díaz Tezanos y su equipo, que han llegado a amagar con una división en bloque que ahora parece poco probable, fue tener capacidad de decisión y manos libres a la hora de gestionar, así como el derecho para poder mantener o no a los distintos cargos dentro del Ejecutivo. Precisamente, este último punto ha sido uno de los motivos que ha generado mayor controversia entre ambos sectores.

Por lo pronto, en este impase entre la celebración de las primarias y el Congreso Regional, el grupo parlamentario socialista ha votado a favor de subir el sueldo de los diputados cántabros un 1%, una postura que no fue consultada con la nueva dirección, que se enteró por los medios de comunicación, lo que ha provocado malestar. Esta medida salió adelante con el voto favorable de PP y PRC, además de PSOE, y el único voto en contra de Podemos.

Revilla pide “estabilidad”

Por su parte, el socio de Gobierno de los socialistas se ha mantenido al margen del proceso, aunque sí dejó caer que el pacto entre ambos partidos se mantendría independientemente de qué persona ostente el liderazgo.

Al respecto, Revilla ha reiterado que “al día siguiente” de las primarias en el PSOE cántabro pidió estabilidad tanto al nuevo secretario general como a su antecesora. Una estabilidad que le “confirmaron” ambos y que también le han “confirmado desde Madrid”, y que supondría que no se “alterara para nada la estabilidad del Gobierno”.

No obstante, el líder regionalista, a preguntas de los periodistas, ha anunciado este lunes que mantendrá esta semana una reunión con Pablo Zuloaga para “conocer sus planteamientos” y para que se le “garantice” la estabilidad del Gobierno PRC-PSOE.

“Es muy importante para que acabemos la legislatura como en todas las que yo he estado, con estabilidad absoluta de Gobierno, con presupuestos y con un dinamismo de actividad que, si no hay colaboración de los partidos, es imposible”, ha subrayado.

También Podemos ha manifestado vía comunicado que quiere reunirse “cuanto antes” con el nuevo secretario general del PSOE con el objetivo de explorar nuevas vías de colaboración parlamentaria, para que haya una relación “más fluida” entre ambos partidos, después de que las relaciones “parecían bloqueadas” con la anterior dirección.