Los cuatro condenados por la violación grupal a una joven en la Semana Grande de Santander recurren la sentencia

Europa Press

15 de junio de 2024 14:37 h

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Los cuatro condenados por la violación grupal a una joven en las fiestas de Semana Grande de Santander de 2022 van a recurrir la sentencia de la Audiencia Provincial de Cantabria y que impone a tres de ellos 19 años de cárcel, como autores y cooperadores necesarios de la agresión sexual, y ocho al cuarto, como cómplice por omisión.

Los procesados por la conocida como 'manada' de la capital cántabra interpondrán recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad autónoma -según ha podido saber Europa Press por fuentes jurídicas- tras conocer el fallo, esta semana, de la Sección Primera.

El tribunal condenó a 19 años de cárcel a los tres hombres que violaron de manera conjunta a la chica, a la que acababan de conocer y que se encontraba afectada por la ingesta de alcohol y drogas, autores de un delito de violación y cooperadores necesarios de otros tres delitos de violación.

Además, impuso al cuarto implicado ocho años de prisión como cómplice por omisión de cuatro delitos de agresión sexual, ya que permaneció inmóvil mientras los demás violaban a la joven.

Junto a las penas privativas de libertad, los magistrados decretaron para los primeros la prohibición de comunicar y acercarse a la mujer durante un periodo de 30 años, les inhabilita además para desarrollar profesión que conlleve contacto con menores durante el mismo tiempo y les impone una medida de libertad vigilada tras la prisión de diez años.

Para el cómplice, la prohibición de comunicar y acercarse a la joven es de 16 años, la misma duración que la inhabilitación para desempeño con menores. Y también se le impone una medida de libertad vigilada de cinco años.

Los cuatro acusados deberán indemnizar de manera conjunta y solidaria con 30.000 euros a la mujer, que padece un trastorno de estrés postraumático grave. Incialmente, se enfrentaban a una pena conjunta que sumaba más de cien años de prisión que pedía para todos el fiscal, y superior a los 200 según la reclamación de la acusación particular, ejercida por la víctima, que ratificó la denuncia en el juicio, celebrado el pasado mes de marzo.

Mientras, algunos de los encausados variaron su versión de los hechos en la vista oral y respecto a lo manifestado con anterioridad en la fase de instrucción.

Hechos probados

Según los hechos probados recogidos en la sentencia, la víctima, que se hallaba de fiesta y había consumido “grandes cantidades de alcohol, además de cocaína y cannabis”, conoció en un after a uno de los acusados, quien se encontraba acompañado de otros tres hombres, también procesados.

Horas después, tras el cierre del local, “estando la mujer en un considerable estado de intoxicación”, fue convencida por el primero para que fueran a casa de uno de los otros.

Una vez allí, ella “se introdujo voluntariamente” en un dormitorio de la vivienda junto con el hombre que había conocido “con la intención de entablar una relación con el mismo”.

“Sin embargo, de forma inesperada, mientras se besaban, en la habitación se introdujeron” dos de los otros acusados, “realizando estos un gesto con la mano pidiendo silencio” y “con ánimo libidinoso, comenzaron a tocar el cuerpo de la joven, dejándola semidesnuda”.

Ante esa situación, se quedó “paralizada, en estado de shock”, momento en que la trasladaron hasta la cama y, sin usar protecciones, uno de ellos la penetró vaginalmente.

Entonces, accedió a la habitación el cuarto acusado, que “se sumó a dicho acto sexual pese a la voluntad contraria” de la joven, y otro quinto varón, que no ha sido identificado.

La mujer sufrió penetraciones anales, vaginales y bucales por parte de cuatro personas. Durante todo este tiempo, el hombre con el que ella había accedido a la habitación tuvo una “presencia pasiva”, “sin evitar los hechos descritos”.

El tribunal sentencia que la joven “nunca quiso mantener las citadas relaciones sexuales, pero se vio rodeada de cuatro varones casi desconocidos de fuerte complexión en el reducido espacio de un dormitorio”.

Segunda vivienda

Tras estos hechos, “en un estado de máxima confusión por lo ocurrido”, salió de la vivienda con dos de ellos hacia la estación de autobuses para dirigirse a su casa.

Sin embargo, el hombre al que primero conoció y con el que había accedido a tener una relación le convenció para que le acompañase a su casa, donde se extrajo el pene del pantalón y la mujer salió corriendo por la puerta de la vivienda hasta encontrarse con una amiga a la que había llamado previamente pidiendo auxilio.