Lo que iba a ser una de las citas musicales del verano en Cantabria, el festival de música electrónica 'Delirium', que se ha celebrado este fin de semana en Ajo, ha terminado en caos organizativo y en desastre medioambiental, y ha vuelto a colocar a la comunidad autónoma en el mapa de los fiascos musicales tras la sonora y mediática pitada a Enrique Iglesias.
Las malas noticias para los asistentes al 'Delirium' comenzaron el viernes. Horas antes de comenzar a sonar la música, la empresa Great Concert anunciaba a través de un breve comunicado colgado en su cuenta de Instagram que los tres djs cabeza de cartel, Richie Hawtin, Steve Angello y Snake, no participarían en la cita. La organización alegó que los artistas “decidieron cancelar unilateralmente sus actuaciones por problemas de diversa índole”, como la denegación municipal para hacer un espectáculo de pirotecnia durante su actuación.
Por su parte, los músicos han lamentado a través de las redes sociales su ausencia y, en contra de la versión de la promotora, la atribuyen al incumplimiento del contrato, que incluía el pago por adelantado de parte del caché.
Además de las bajas de última hora, los usuarios también han criticado con dureza el “caos” en la organización. Entre sus quejas, señalan el reducido espacio de acampada, la falta de los cargadores anunciados para los móviles y la saturación de los parkings habilitados desde el primer día, lo que obligó a parte del público a dejar su vehículo a varios kilómetros. También el cobro de diez euros para poder salir y entrar del recinto y que no se pudiera acceder a la zona de acampada con comida y bebida propia, entre otras cosas.
Así, con el “cabreo generalizado” y la “indignación” por lo que consideran una “estafa”, en la mañana del domingo parte de los asistentes decidieron tomarse la justicia por su mano en las barras de bebida y los puestos de comida. Tal y como se muestra en el vídeo, decenas de jóvenes entraron en las carpas habilitadas como bar y comenzaron a llevarse todo lo que encontraron: refrescos, agua, vino, sillas y hasta los hielos.
Todo ello con el beneplácito de los camareros, quienes sospechaban que no iban a cobrar después de que responsables de la organización cogieran el dinero de la caja pese a que el festival iba a continuar prestando servicios durante toda la jornada del domingo. Tampoco ha cobrado la empresa subcontratada para el servicio de comida, según han confirmado a este diario varios trabajadores.
Quien sí actuó fue la seguridad del evento, que trató de impedir el desvalijo. De hecho, una de las escenas más tensas se produjo cuando un miembro de la seguridad persigue y acorrala con un Hummer a varios jóvenes que habían saltado una de las vallas del recinto.
Desastre medioambiental
Otra de las notas más negativas del festival de música ha sido la cantidad de basura que en la mañana de este lunes todavía permanece esparcida por la campa, situada en uno de los lugares más bonitos de la costa cántabra, el cabo de Quintres. Los acantilados han quedado como un vertedero, repletos de bolsas de plástico, botellas, latas y todo tipo de residuos generados tras un macrobotellón. Según ha apuntado el alcalde de Bareyo, José de la Hoz (PRC), la Guardia Civil estima que 15.000 personas y 7.500 vehículos han acudido durante este fin de semana al 'Delirium'.
En declaraciones a eldiario.es, De la Hoz ha explicado que el Ayuntamiento está haciendo “lo posible” para retirar los residuos y aunque la “limpieza general” es obligación de la empresa organizadora, señala que varios operarios municipales han comenzado a las 7.30 horas a recoger plásticos. Además, esta tarde cuarenta personas de la organización se sumarán a estos trabajo, recalca.
Preguntado por qué la limpieza no procedió a realizarse en la jornada del domingo, argumenta que se concedió hasta las 21.00 horas para que los campistas fuesen abandonando el recinto “tranquilamente” y de forma progresiva. “A la playa ya te digo que no ha caído nada; te asomas desde arriba del acantilado y ves que no hay nada, porque ha habido la gran suerte de que las vallas de protección estaban puestas y entonces todas las bolsas se han quedado pegadas a la vallas”, añade.
“Muy bien para el pueblo”
Por otro lado, el regidor subraya que el festival ha ido “muy bien” para el pueblo y destaca que la gente que ha acudido “se ha comportado excepcionalmente”. “Han gastado dinero en los comercios y no han ocasionado ni un solo problema de seguridad ni de absolutamente nada”, asevera.
No obstante, reconoce que el “fallo en el cartel” ha provocado “un poco de malestar” que ha derivado en “algún acto de pillería”, “pero muy leve”, incide. “En el pueblo no han ocasionado nada; todo limpio, todo perfecto, los caminos perfectos… Ya te digo, el tema creo que ha sido un poco fallo de la organización, al caerse del cartel los artistas fundamentales”, insiste.