Hendrik Röver, guitarrista, compositor y cantante de la banda Los DelTonos, contesta a la llamada de elDiario.es sin preámbulos y directo al grano, como buen rockero. Con la seguridad que le dan 34 años sobre los escenarios, la cara más visible de este grupo de rock and roll cántabro -de Muriedas, más concretamente-, se lleva la palma en lo que a sinceridad se refiere, algo que se puede percibir a través de sus canciones reivindicativas e inspiradoras a partes iguales. Ellos, como tantos, han tenido que sufrir las consecuencias de la pandemia reduciendo su nivel de trabajo al mínimo, aunque siempre deseando volver a la palestra. Pese a no cebarse echando culpas, Röver sí que admite que las cosas “se podían haber hecho mejor” en lo que respecta a la cultura, sin embargo, prefiere centrarse en lo positivo y, entre risas, hace un pronóstico sobre lo que vendrá: “El futuro es tan brillante que vamos a tener que llevar todos gafas de sol todo el día”.
Más de 30 años en la música y, de repente, hay una pandemia mundial que paraliza todo. ¿En qué ha cambiado la vida para Los DelTonos con esta pandemia?
Por cuestiones sanitarias este año apenas hemos podido tocar. El último disco de Los DelTonos salió en enero del 2019, por lo que, como los discos suelen durar entre un año y medio o dos, aún estábamos en la gira de 'Fuego' cuando nos pilló todo esto. Al final hemos hecho alguna cosa, pero como se hace ahora: con aforos reducidos, medidas de seguridad… Aún así tengo que decir que pocas veces me he sentido tan seguro como durante los conciertos que he hecho este año. El público se ha portado de primera.
¿Cómo surge la tradición de tocar cada 25 de diciembre en Santander? Este será vuestro octavo año...
Teníamos una traición de hacer conciertos el día de los Santos Inocentes por diferentes ciudades, pero hace ocho años, desde Escenario Santander nos sugirieron la idea de hacerlo allí, en la sala grande y el día de Navidad, así que probamos. Y como la cosa fue bien desde el primer año y hemos ido creciendo, lo seguimos haciendo. Además, para mucha gente y especialmente este año, el concierto de Los DelTonos va a ser lo que les recuerde a la Navidad. ¡Somos la mejor disculpa para huir de una sobremesa tediosa! [Ríe]. La verdad es que un poco de rock and roll el día de Navidad es perfecto y ya es algo que está institucionalizado y que la gente espera. De hecho, este año antes de que lo anunciáramos ya había tenido llamadas preocupadas por si haríamos o no el concierto, pero claro que lo iba a haber. No fallamos, el reloj atómico y Los DelTonos el 25 de diciembre son dos cosas inamovibles.
Muchos compañeros de la cultura se han quejado de la dureza de las restricciones del sector. ¿Comparte su visión?
Creo que se han matado moscas a cañonazos. Desde el principio, por cubrirse las espaldas, las instituciones han considerado que cualquier acto cultural era como un macrofestival o botellón, y realmente no es así. Al final las cosas que se han permitido, y en las que hemos participado nosotros, estaban perfectamente organizadas y no ha habido ningún tipo de problema. Pero es más fácil generalizar y asociar el ocio nocturno a los conciertos, aunque no sea así. Habría que distinguir. En situaciones como estas hay muchas visiones, aunque entiendo que es difícil agradar a todo el mundo. Pero con la cultura creo que se podía haber abierto la mano mucho antes. En España hay casi un millón de trabajadores del sector cultural, no somos solo los músicos. Y este sector, aunque suene un poco victimista, está acostumbrado a ser maltratado en este país y por eso la cultura ha estado sufriendo en silencio mientras otros no dejaban de manifestarse.
En general, el pueblo tiene bastante memoria de pez. Se puede apreciar cuando vemos lo que reivindica cierta gente o, directamente, viendo lo que votan. Creo que en cuanto suelten las amarras la mayoría de la gente se va a olvidar rápidamente del asunto
En su último disco se mostraron especialmente reivindicativos con asuntos como la desigualdad entre ciudadanos y realeza...
Personalmente soy republicano y considero que la monarquía es una estupidez prehistórica, pero la canción ‘Majestad’ no es antimonárquica, sino que más bien habla sobre el cuento de 'La princesa y el guisante'. Pero normalmente la gente ve la palabra 'majestad’ y se cree que vamos a por el emérito, pero nada más lejos de la realidad… [Rie]. Aún así, soy autor, pero también soy ciudadano y lo que les pasa a los demás me pasa a mi también. Pero hay cosas que te 'chinan' un poco más y acabas haciendo una canción sobre ello.
¿Considera que es una etapa inspiradora a la hora de escribir?
Pues la verdad es que he seguido con mis rutinas porque soy un tipo muy casero. Sí que he notado que he viajado menos, pero mis rutinas de composición o grabación han seguido igual. Lo único diferente es que se ha ido amontonando el material, y el año que viene cuando saquemos cosas nuevas tendremos más para escoger que en otros momentos.
Cree que cuando esto pase, ¿será difícil olvidar esta etapa?
En general, el pueblo tiene bastante memoria de pez. Y eso se puede apreciar cuando vemos lo que reivindica cierta gente o, directamente, viendo lo que votan. Mi opinión es que en cuanto suelten las amarras la mayoría de la gente se va a olvidar rápidamente del asunto. Ahora parece que todo el mundo anda rascando hasta dónde puede llegar con las normas que hay, y mirando a ver si pueden saltárselo un poquito sin que pase nada. Y la actitud debería ser la contraria. No es lo que puedes hacer sino lo que debes hacer, y lo que debes hacer es quedarte en casa, no juntarte con mucha gente y ser cabal. También te digo que es peor ir poniendo 'normitas' que cerrar todo, y mi opinión al respecto es que todo se tenía que haber paralizado al menos dos semanas cuando empezaron a subir los casos. Y así nadie se queja o se quejan todos igual. Esa hubiese sido la única manera de cortar el brote y actuar con una cierta normalidad, pero la política es más el “tira, que libras”, y busca contentar a unos y otros. Pero aquí se ha visto que no ha funcionado.
¿Cuáles son los planes de Los Deltonos para 2021?
Pues nos toca disco nuevo y ya tenemos canciones, así que lo que nos queda es planificarlo en enero y saber cuándo las registramos y sacamos a la luz. Pero como yo tengo estudio y, por tanto, lo tengo siempre disponible, quedaremos de forma más improvisada y con unas cervezas. Lo que sí imagino es que en invierno y primavera sigamos dependiendo un poco del dinero público, haciendo ciclos en teatros y cosas así. Hasta que un promotor privado pueda volver a arriesgarse a sacar conciertos adelante, las cosas aún tienen que aclararse mucho más. Pero el futuro es tan brillante que vamos a tener que llevar todos gafas de sol todo el día [Ríe].