La Fiscalía ha solicitado 28 años de cárcel para el autor confeso del crimen machista registrado en Laredo a principios de 2019. El ministerio público pide 25 años por asesinato con alevosía y ensañamiento, con las agravantes de género y parentesco, y otros tres años más por amenazas a las compañeras de la joven a la que apuñaló.
Además, la Fiscalía solicita para la hija de la víctima una indemnización de 120.000 euros y para la madre de 60.000 euros, según han informado a Europa Press fuentes del caso.
El Gobierno de Cantabria y la Asociación Clara Campoamor, personados como acusación popular, han solicitado 30 años de cárcel para el acusado, 25 por asesinato y cinco años más por amenazas, el máximo previsto para estos delitos.
Por su parte, la acusación particular, que ejerce la madre de la víctima, ha solicitado 23 años y nueve meses de cárcel por asesinato, además de penas accesorias de alejamiento y prohibición de comunicación, y una indemnización de 72.000 euros.
Todas las acusaciones consideran que hubo “alevosía y ensañamiento”, dado que el acusado asestó a la joven una veintena de puñaladas, y solicitan la aplicación de las agravantes de parentesco y género.
Por su parte, la defensa alega como atenuantes la confesión y haber actuado en estado de arrebato y pide 15 años.
Primer crimen machista de 2019
Este caso fue el primer crimen por violencia machista de España el año pasado. Los hechos ocurrieron sobre las cuatro de la madrugada del 3 de enero de 2019 en el piso de la joven, ubicado en la Plaza Rosario Ochandiano de Laredo.
El asesino confeso, de 29 años y natural de Ecuador, asestó a la joven una veintena de puñaladas con dos cuchillos: uno que se llevó de la cocina del bar de Laredo donde había estado con ella antes de los hechos, y otro que cogió en el piso de la chica, en el que residían otras dos compatriotas de la víctima que intentaron, en vano, frenar la agresión.
T.S.M.R., en prisión tras entregarse a la Policía y declararse autor de la muerte de R.A.C.S., se encontraba esa noche en el pub de la Puebla Vieja que frecuentaban ambos, que habían sido pareja durante año y medio aunque estaban en proceso de separación. La joven llegó después que él al local, pero se fue aproximadamente al cabo de media hora.
Tras esto, el asesino confeso cogió un cuchillo de la cocina del bar, se dirigió al domicilio de quien había sido su compañera sentimental, y una vez dentro, le asestó primero un par de puñaladas con el cuchillo del bar que portaba consigo, y luego con otro que cogió de la cocina de la casa con el que siguió achuchillándola en el tórax, mientras las compañeras de piso permanecían refugiadas en un dormitorio desde el que alertaron al 112.
A su llegada, los servicios de emergencias no pudieron hacer nada por reanimar a la joven, que deja huérfana una hija de cinco años en su país de origen. Mientras, el agresor, que alegó en su declaración que había tomado un par de copas, había abandonado ya el lugar de los hechos.
Tras hablar con su familia, se entregó a la Policía Local, donde quedó custodiado en los calabozos por agentes de la Guardia Civil hasta que pasó a disposición judicial, y el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Laredo -el que estaba de guardia cuando sucedió todo-, ordenó su ingreso en prisión.