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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Un ganadero cántabro se topa con un oso y tiene que guarecerse en un árbol para no ser atacado

Un ganadero de Yebas (Cabezón de Liébana) se vio este viernes por la tarde sorprendido por un oso que estaba devorando a una de sus cabras, tras lo que tuvo que encaramarse a un roble para evitar un posible ataque.

Según la versión que ha relatado a Europa Press Pedro Álvarez --así se llama el ganadero--, el suceso se produjo ayer, viernes, sobre las 17.30 horas cuando acudió, acompañado de su hijo pequeño, a recoger a su rebaño.

Cuando llamó a las cabras, que, según ha indicado, habitualmente acuden solas a la llamada, vio cómo éstas y los perros empezaron a correr dispersas, lo que le hizo temer que podía haber un lobo.

Al intentar juntar al rebaño, el ganadero “se dio de morros” con un oso que estaba comiendo una de sus cabras.

En ese momento, Pedro ha explicado que empezó a dar voces y a hacer ruidos para intentar espantar al animal que, tras “hacer amago” de ir a por él, siguió comiendo la cabra.

Para resguardarse, el hombre se subió a un roble que estaba a “10 o 15 metros” del oso y la cabra, donde permaneció durante una media hora, que, según ha reconocido, se le hizo “eterna”.

En ese tiempo vio cómo el oso se comía a la cabra y, a la vez, “le controlaba”, llegando incluso “a pinarse”. Finalmente, tras las voces reiteradas, el animal cogió lo que restaba de la cabra y se lo llevó, momento en el que el ganadero pudo bajarse del árbol y huir a su casa. Sin embargo, ha reconocido que aún tiene el susto en el cuerpo.

El ganadero ha informado del suceso a la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, a la que, según ha asegurado, ya se le había informado previamente de que el animal rondaba la zona desde “hace tres meses”.

De hecho, ha asegurado que, en este tiempo, a algunos ganaderos de su pueblo y de otros de los alrededores les han faltado cerca de medio centenar de cabezas de ganado.

“Un día va a pasar una desgracia”, ha afirmado el ganadero, que ha pedido a la Consejería medidas para que lo que le ha ocurrido no vuelva a pasar. De hecho, cree que “hay que matar” a ese oso y no cree que la solución sea llevarlo a otra zona, lo que, a su juicio, sería trasladar el problema a otros.

Por su parte, desde la Consejería han corroborado a Europa Press que el ganadero se ha puesto en contacto para informar del suceso.

Fuentes del departamento que dirige Guillermo Blanco, han explicado que los agentes del Medio Natural llevan “unas semanas” detrás de un “par de ejemplares de oso” que están ocasionando “un poco de alarma” en la zona.

Han detallado que existe un protocolo de actuación para actuar en estos casos y disuadir a osos que se acerquen a los pueblos y generen problemas.

Ese protocolo tiene tres niveles, con diferentes medidas de actuación, y en el caso de este oso se habían activado ya las correspondientes al nivel 1 y 2, en las que se han usado diferentes elementos disuasorios, como petardos, para intentar alejarlo de la zona.

Esas medidas habitualmente se suele tener la situación “más o menos controlada” y suelen bastar, pero tras conocer el suceso, se van a “intensificar” los controles y en estos días se va a valorar la situación “para tomar aquellas medidas que sean necesarias siguiendo el protocolo”.

Por ahora, se han dado instrucciones a los agentes del medio natural a acompañar al ganadero a supervisar la zona por si se le logra localizar.

Desde la Consejería han explicado que las medidas de nivel 3 contemplan la posibilidad de capturar al oso, dormirlo y trasladarlo a otro lugar en el que no suponga un peligro, aunque han advertido que esto solo ha ocurrido dos veces en Cantabria porque hay que poner de acuerdo a todas las comunidades autónomas en las que se extiende Picos de Europa.