El Centro Botín abre sus puertas con el objetivo de seguir el 'efecto Guggenheim'
Después de cinco años de obras, el Centro de Arte Botín, diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano, abrirá sus puertas este viernes 23 de junio. Lo hará para una comitiva de 300 personas, entre ellas, los Reyes de España, Felipe VI y Leticia, que presidirán el acto inaugural previsto para las 12.45 horas. El resto del público podrá descubrir el interior de los dos edificios anexos que sobrevuelan la Bahía de Santander a partir del sábado.
Tras una inversión aproximada de 100 millones de euros, que ha incluido el soterramiento de parte del tráfico en las inmediaciones, y con la Fundación Botín detrás del proyecto, el Ayuntamiento de la capital, el Gobierno de Cantabria y los agentes económicos y sociales -especialmente la hostelería y los comerciantes-, así como el sector cultural de la comunidad, esperan que el Centro Botín sirva para generar riqueza y dinamizar la ciudad.
A escasos 100 kilómetros está el ejemplo del Guggenheim, que ha revolucionado Bilbao precisamente cuando más se necesitaba, cuando el sector metalúrgico y la industria naval estaban de capa caída. El edificio de Frank O. Gehry, que acaba de cumplir su vigésimo aniversario, ha supuesto un antes y un después para la urbe bilbaína, que ha sabido aprovechar el tirón para reinventarse como una ciudad cosmopolita y moderna, capaz de atraer a casi un millón de turistas al año.
Pero, ¿hasta dónde llegará la influencia y repercusión del Centro Botín en Santander y Cantabria? ¿Podrá reproducir lo que se conoce como el “efecto Guggenheim”? En cuanto al urbanismo está claro que no. A diferencia del Centro Botín, que se ha levantado en la zona noble de Santander, junto a los Jardines de Pereda, la construcción del Guggeheim ha servido para regenerar un espacio degradado y convertirlo en una zona de ocio y esparcimiento de gran interés.
De hecho, la ubicación elegida para el Centro Botín ha sido motivo de polémica en Cantabria. Distintos sectores, como la Plataforma Deba o la Plataforma para la Defensa del Sur de Cantabria, reclamaron seguir el ejemplo urbanístico de Bilbao e incluso acabaron llevando sin éxito el proyecto a los tribunales por vulnerar, a su juicio, la Ley de Costas.
En cuanto al aspecto cultural, la Fundación Botín asegura que se integrará en la red internacional y que contará con “una programación artística de excelencia”. Las exposiciones 'Y' de Carsten Höller (Bruselas, 1961) y 'Ligereza y atrevimiento. Dibujos de Goya' y el conjunto de obras diversas 'Arte en el cambio del siglo' son las muestras que se podrán contemplar en estos primeros meses. Para completar la programación de 2017, en octubre llegará la exposición 'Julie Mehretu. Historia universal de todo y nada'.
La financiación
Una de las mayores dudas del proyecto está en torno a la financiación. Según sus promotores, el Centro Botín dispondrá de una partida anual de 12,5 millones de euros, en la que también se incluyen los costes de mantenimiento. Por su parte, en 2016, el presupuesto del Guggeheim, cuyo espacio expositivo es cinco veces superior -10.500 metros cuadrados frente a 2.000-, fue de 27,7 millones, de los cuales el 70% procedieron de la autofinanciación.
La Fundación Botín, que económicamente no pasa por su mejor momento y que en la construcción del edificio de Renzo Piano ha tenido que hacer frente a un sobrecoste de unos 20 millones, ya ha expresado que el proyecto debe autofinanciarse en un alto porcentaje. Además de los recursos que se obtengan de las entradas y de venta de souvenirs en la tienda, se ha instalado en los bajos el restaurante El Muelle, dirigido por el cocinero dos estrellas Michelín Jesús Sánchez (Cenador de Amós).
